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Prince of Persia Las Arenas Olvidadas (The Forgotten Sands)

Trabajado en exclusiva para Wii siguiendo la fórmula del éxito de los 128 bits.

Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas - Análisis

 Llegar a la falda de una montaña, con edificaciones talladas en la roca y grandes columnas giratorias que escalar abruma al principio, pero hay demasiadas ayudas como para perderse. Además, un haz de luz azul se extiende hasta el posible salto o hasta el próximo punto que efectivamente se puede alcanzar. Con tanta facilidad, es normal que te lo empieces a tomar menos en serio y arriesgar más; a no planificar las pantallas y a seguir hacia delante movimiento por movimiento. Sin duda, la curva de dificultad es demasiado plana, quizá para que sea accesible a todo tipo de jugadores, pero echa a perder el gran diseño de los puzles. Contrasta con el tramo final, bastante complicado y en el que perderás vidas sin parar.

Aquí está la gota que colma, y es que hay puntos de guardado casi en cada esquina desde los que se comienza cuando se pierden todas las vidas. Y hay que esforzarse para llegar a esa situación, porque se pueden acumular hasta seis y se van rellenando con esos orbes blancos que señalan la ruta, es decir, a cada paso. Al final, con Ubi cuidando tanto de uno, te quedas sin reto y pierdes un poco el interés por seguir avanzando.

 De vez en cuando, si hay algún trozo de superficie firma, aparecerá un puñado de enemigos dispuestos a cortar el camino. Para combatirlos, el Príncipe puede utilizar su espada (moviendo el Wiimote), sus puños (moviendo el Nunchaku) o los poderes especiales. Al igual que los puzles, enfrentarse a ellos sólo será una auténtica tarea en los últimos compases de la partida, porque antes sólo se presentarán como un estorbo que se puede superar hasta sin mirar, agitando el mando sin parar. Y es que el sistema de combates parece más rico de lo que luego resulta, porque todos los poderes, combos, magias y evoluciones no son apenas necesarios. Además, apenas hay media docena de monstruos a los que se les coge el truco muy pronto. Finalmente, habrá que pelear también con la cámara y con el sistema de autoapuntado, que se marean con facilidad y lo hacen todo mucho más confuso.

No sólo hay que felicitar al equipo por el diseño de escenarios-puzle, también por su producción. El trabajo gráfico es altísimo y no flojea en ningún momento, de principio a fin, porque no se han conformado con dar lugar a las plataformas, sino que las han adornado con un paseo por un mundo fantástico, cargado de influencias de la cultura arábiga. Las texturas planas a las que nos acostumbran en este tipo de juegos han sido sustituidas por modelados poligonales donde ha hecho falta, sin escatimar en recursos. Los movimientos del Príncipe son rápidos y ágiles; está muy bien animado siendo fiel a sí mismo. Y todo, moviéndose con la fluidez que el equipo ha perseguido siempre.

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Decía que Las Arenas Olvidadas para Wii es un juego con mimo, y eso se aprecia también en la enorme cantidad de contenido extra del juego. Lo primero, pantallas especiales mucho más difíciles que se completan con gusto. Los logros, tan de moda como están, abundan, pero tienen mucho sentido. Hay vídeos, imágenes y presentaciones de los productores a desbloquear. Trajes, armas y detalles de la trilogía de Las Arenas del Tiempo y, lo mejor de todo, ese pedazo de juego que fue el primer Prince of Persia, sólo para quien complete esta aventura en la consola de Nintendo. Ni merece la pena comentar el multijugador, que como en otros títulos de Wii, es sólo un puntero para entretener a un espectador, pero no aporta prácticamente nada (ayuda, en caso de dificultad extrema).

Los altibajos de Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas no pueden pasarse por alto y merman la calidad de este juego, con momentos sobresalientes y un trabajo muy delicado. Las decisiones sobre la dificultad y las ayudas, así como la pobreza de los combates impiden que sea una aventura redonda, tan buena como las de la década pasada, porque al terminarlo, queda la sensación de que se ha desaprovechado un mucho potencial durante las primeras horas. Pero aún así, aquí quedan un montón de pantalla-puzle de lo más entretenidas, aderezadas con un uso del puntero magistral transformado en poderes especiales. Un título muy bienvenido al catálogo de Wii.

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