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Mega Man 9

Una de las sagas más emblemáticas de Capcom llega a WiiWare para volver a sus orígenes, con sabor añejo, pero en la mejor de las formas.

Mega Man 9 - Análisis

 Cuando hablamos de una saga de tanta veteranía como Mega Man, es inevitable echar la vista atrás y ver cómo ha ido evolucionando. Debido a su longevidad, hemos visto como sus títulos han sufrido diferentes cambios, tanto en su jugabilidad como en su protagonista, que no siempre han contentado a los seguidores habituales de la saga. Daba la sensación de que Mega Man ya no era Mega Man.

Es por ello que nos encontramos con un caso excepcional, en el que el último título del héroe del casco azul, volviendo a sus orígenes y tras tantas idas y venidas, y con la misma fórmula, apariencia y jugabilidad que catapultaron a la saga hace ya casi veinte años, nos vuelve a ofrecer una experiencia que pese a que puede saber a viejo, en el panorama el que surge llega como una enorme bocanada de aire fresco.

Mega Man 9 supone un regreso al control duro y preciso, a la pericia de llegar a la siguiente plataforma gracias al dedo gordo del pie y a un empujón de fe, a la habilidad de esquivar infinidad de proyectiles que te vienen desde diferentes lugares a diferentes velocidades, coordinados con infinita 'mala idea', a las viejas melodías, a la dificultad desesperante en muchas ocasiones. Mega Man vuelve a ser Mega Man.

En este caso, la historia nos sitúa en un futuro incierto donde los robots creados por el Dr. Light, padre inventor de Mega Man, se han rebelado y han empezado a destruir todo cuanto se pone a su paso. El malvado Dr. Willy acusa a Light de haber estado mintiendo durante los últimos años para poder conquistar él mismo el mundo. En el papel de adalid de la libertad, Willy propone a todos los ciudadanos que le ingresen dinero en una cuenta personal para crear un ejército que acabe con el caos. Por supuesto, Mega Man ve que hay gato encerrado, y se propone desmantelar los planes de Willy, sean cuales sean.

Nos encontramos ante un título que, como bien puede observarse, luce exactamente igual que sus hermanos que salieron hace 15 años en la NES. Mucha gente criticará el hecho de que Capcom no se mojara más en este sentido, pero el que suscribe estas líneas está seguro de que más de un veterano agradecerá este estilo gráfico, totalmente nostálgico, lo cual no quita que los jugadores más noveles puedan objetar respecto al hecho de que en este sentido no se haya puesto un poco más de esfuerzo por hacer que el juego luciera mejor. El reciclaje de sprites se da tanto en el propio protagonista como en los enemigos comunes, viejos conocidos en prácticamente todos los casos.