Mario Party 9
Un planteamiento diferente para el regreso de la saga.
Mario party 9 - Análisis
Realmente esta es una verdad a medias. Sí hay minijuegos que pueden marcar la diferencia. En primer lugar están los jefes finales (dos en cada tablero, en el medio y en el final respectivamente). Al llegar a una casilla de jefe final tiene lugar un minijuego algo más largo que la media (no mucho, depende de cada jefe) donde se pondrán en juego el doble o el triple de miniestrellas que en uno normal. Las casillas de Bowser también pueden llevarte a un minijuego decisivo en el que se pongan en juego la mitad de las miniestrellas de todos los jugadores. Si en uno normal el ganador obtiene 5 miniestrellas, aquí puede ganar 50 de golpe.
En general, el modo fiesta es ahora más corto; pero también puede llegar a ser muy desequilibrado. Todo lo que se consigue poco a poco se puede perder con una pizca de mala suerte en un abrir y cerrar de ojos en el último tercio del tablero. Las partidas se mantienen abiertas hasta el final y cada tablero consigue diferenciarse del resto, lo que acaba por completo con la monotonía; pero pueden acabar con situaciones injustas cerca del final que molesten a más de uno. Imagina una carrera de Mario Kart en la que lluevan conchas azules y Bills a “puñaos” en la última vuelta, pues eso.
Mario Party 9 cuenta con un modo para un jugador. Básicamente se trata de una maratón de seis tableros (tranquilos, se puede guardar para retomar la partida otro día) en el que uno o dos de los jugadores son esbirros de Bowser. El objetivo es que estos esbirros no sean los que ganen a la vez que consigues el mayor número posible de miniestrellas.
Normalmente te acompañará algún aliado cuya victoria sí te sirve para pasar al siguiente tablero. La idea de sabotear a un cuarto jugador es atractiva; pero la IA de los compañeros deja mucho que desear. Toman elecciones que les perjudican a ellos directamente y pueden reportar algún beneficio a medio plazo al esbirro de turno. Es un planteamiento que en cooperativo podría dar buenos ratos; pero en solitario desespera cuando tienes un aliado controlado por una máquina incompetente. Se queda en un modo mejorable que se puede hacer cansino (sobre todo en los primeros tableros) cuando te toca repetir tableros por mala suerte en las tiradas o por aliados inútiles. Un modo que posiblemente sólo jugarías una vez para desbloquear un par de extras y punto.
Hablando de los extras. Mario Party 9 ofrece recompensas al final de cada partida en forma de puntos estrella. Con estos, puedes ir al museo y desbloquear nuevos modos, vehículos, algún tablero, música... Hay bastantes recompensas, aunque las que repercuten directamente en la jugabilidad son escasas. Contenido estético en su mayoría.
No olvidemos que el ingrediente principal de Mario Party son los minijuegos. En esta ocasión tenemos 80. Destacan los minijuegos de algunos jefes finales y el Fútbol Goomba (partidos de 2 vs 2 en el que para ganar hay que derribar los 7 goombas del otro extremo del campo), minijuego que, con online, podría dar perfectamente para publicarlo en la eShop. Sin embargo, en general los minijuegos están un peldaño por debajo de Mario Party anteriores, quedándose a medio camino entre los clásicos y los de Wii Party. Además, no hay minijuegos 2 vs 2 (exceptuando el Fútbol Goomba), sino minijuegos de 2 vs Bowsy.