Mario Golf World Tour
Analizamos Mario Golf World Tour, la nueva entrega del Mario más deportista para Nintendo 3DS.
Mario Golf World Tour - Análisis
A pesar de todo, no olvidamos que lo que tenemos entre manos es un juego de golf. En esta ocasión parece que ha habido licencia para dar rienda suelta a la imaginación y crear algunos circuitos poco convencionales. Más allá de los típicos en bosque, costa y desierto, podrás ver campos de golf submarinos, formados por plataformas flotantes, con cintas aceleradoras o con barriles disparadores. Esto, sumado al uso de power-ups, da lugar a la vertiente más arcade del juego. Tal vez los recorridos realistas no lleguen a ser excesivamente técnicos y desafiantes o los campos más atípicos tampoco presenten un diseño tan enrevesado como Pangya! y derivados; pero el uso combinado de las características especiales de estos últimos y el power-up idóneo (desde un champiñón hasta un Bill Bala pasando por flores o Bob-Ombs) se puede explorar hasta dar con la estrategia perfecta para hacer un Eagle en determinado hoyo. Eso sí, se echa en falta que los tutoriales aborden mejor el tema de los power-ups, pues al principio pasan inadvertidos y el jugador finalmente tiende a permanecer reacio a su uso.
Pero no olvidemos que se trata de un juego en golf, un deporte en el que predomina la técnica. Si ésta no acompaña, no hay estrategia que valga. Mario Golf World Tour incorpora dos modos de control: manual y automático. Aunque ambos se basen en el timing para detener la barra de turno, tienen sus diferencias. El automático siempre será un tiro bien ejecutado del que sólo podremos controlar la potencia; pero que por ello mismo se nos priva de la posibilidad de añadir efectos. El manual requiere la doble pulsación de siempre (una para potencia y otra para precisión); pero cuenta con la ventaja de poder añadir efectos de spin o aplicar cuvaturas a la bola pulsando en el lugar adecuado en la táctil. La dificultad añadida al manual tiene premios que bien merecen la pena, pues por ejemplo un backspin puede ser la diferencia entre pasarse y caer en una trampa o permanecer en la calle.
Donde mejor parado sale el juego es en el multijugador online y en sus desafíos. Mario Golf World Tour posiblemente sea uno de los juegos de Nintendo que incluye un abanico de posibilidades más rico para competir en la red. A las partidas típicas y las comunidades hay que añadir un prometedor calendario de eventos y torneos oficiales de todo tipo: desde el formato más clásico buscando la mejor puntuación en los 18 hoyos hasta concursos de drive más largo o approachs más cercanos al hoyo.
También hay otra novedad que podría impulsar las partidas entre amigos y clanes: los torneos privados. Un jugador podrá abrir un torneo escogiendo sus reglas entre una variedad de posibilidades para nada escasas. Este torneo podrá hacerse público o privado (accesible mediante un código que tendrá que proporcionar el creador) y no necesitan que los jugadores coincidan, sino que permanecerá abierto durante un tiempo que puede oscilar entre las pocas horas y las dos semanas. Cada jugador que quiera unirse no necesitará nada más que entrar mientras el torneo esté abierto, echarse los hoyos que toquen y enviar su puntuación.
La única pega que se le puede poner a los torneos (tanto oficiales como privados) es que no muestran ninguna clasificación hasta que finalizan. El jugador apenas recibe realimentación que le motive a repetir el torneo buscando superar una determinada marca. Como mucho, ve los movimientos de algunos fantasmas enviados por el servidor; pero resulta insuficiente para comparar.
Fijándonos en sus gráficos, apreciamos un juego cumplidor, que no destaca pero tampoco recoge fallos. Sí es cierto que el 3D es demasiado discreto para lo que podía haber dado de sí en un deporte como el golf. Mención especial al sistema de cámaras, que aunque completo, es a veces un poco torpe, sobre todo en su control a lo largo del eje vertical, complicando a veces su uso para apreciar la trayectoria de la bola.
Donde sí que se queda pobre es en el apartado sonoro. Aunque el golf sea un deporte en el que predomina el silencio, no dejamos de estar en un videojuego. Aquí un jugador no se dedica a sentir la naturaleza mientras recorre el circuito, busca un rato ameno en el que poder distraerse, busca algo que le mantenga más animado. Por desgracia, la música se pasa de discreta y monótona. Como resultado, el jugador se cansa antes de las partidas. Esta falta es mayor aún cuando en las pantallas de créditos suenan arreglos de las sintonías clásicas de Súper Mario Bros que le habrían sentado de maravilla al juego.
Mario Golf ya no es el juego de rol de antaño. Es una evolución que tal vez no agrade a los más puristas de esta subsaga y que, además, podía haber sido mejor implementada. No obstante, parece que se avecina uno de los juegos con un multi online más completo y pulido. El control es rico y los circuitos son originales y bonitos. Podría ser igualmente un juego entretenido; pero que desgraciadamente se ve empañado por una música que no está a la altura.