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LostWinds

El juego independiente que quería ser comercial

LostWinds - Análisis

 Estos enemigos son, claro, esbirros de Balasar, y su función es más bien hacer de estorbos que causarte daño. Para deshacernos de ellos podemos ser bastante creativos; cuantos más poderes recuperemos y en función de su resistencia, podemos optar por golpearlos varias veces contra las paredes y el techo o simplemente estrujarlos bajo una brisa contundente, por ejemplo. Un toque sádico para un mundo idílico.

El gran logro de este juego es el diseño de los escenarios (y con ello el de los puzles), la gran carga expresiva de todos los elementos, gracias a su gran profundidad y elevado nivel de detalle. La torpeza de Toku, la serenidad de las corrientes de agua, el verde de la hierba, el rosado de los árboles, la luz de las cavernas, la austeridad de las construcciones, la calidad de las animaciones, la reacción de todos esos elementos cuando el viento-cursor pasa por delante,… todo devuelve esa sensación de mundo vivo y de plenitud. La implicación se acentúa con los pequeños detalles que se derivan de la vulnerabilidad de Toku y la capacidad protectora y de guía de Enril, quien sientes que realmente personifica al jugador (a pesar de que, a diferencia de Toku, habla), pues tienes que librarle de los molestos bichos que se le suben a la cabeza, reanimarlo cuando pierde la energía o sostenerlo
para frenarlo en las caídas peligrosas.


Son muchas las referencias que se vienen a la cabeza al jugar, y la sensación general es la de estar ante un buen plataformas “de los de antes”. Se nota que es un juego cuidado, y realmente se disfruta jugando con él. O al menos se nota hasta que llegas muy cerca del final (cosa que ocurre en torno a la tercera hora de la partida, por cierto), porque el juego termina de forma abrupta, de un modo que no desvelaremos, pero que deja entrever que ha sido cortado artificialmente en el último momento, probablemente para poder llegar al estreno de Wiiware, y es una lástima, pero la cara que se te queda cuando llegas a un final sin clímax, tras una batalla para la que tienes la sensación de que el juego no te ha preparado y que encima termina con un “continuará…” es de coitus interruptus. Así y todo, existen una serie de reliquias esparcidas por todo el juego que requieren una exploración más minuciosa de los escenarios y pueden alargar la partida algo más.

Una verdadera pena para un juego por otro lado redondo terminar así, pero el balance general es muy positivo. Si estás pensando en hacerte con él, tienes que valorar hasta qué punto aprecias la duración con respecto al nivel de calidad, porque este LostWinds no te ofrecerá de los dos. Y un tirón de orejas para Frontier, que tras tan buen trabajo, nos encasqueta una continuación burdamente. Fíate de los independientes.