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LostWinds

El juego independiente que quería ser comercial

LostWinds - Análisis

Ya está aquí Wiiware, y por fin podemos comprobar hasta qué punto los desarrolladores independientes pueden estar a sus anchas en Wii, con el que parece su gran abanderado, LostWinds.

 En este juego de plataformas con scroll lateral manejaremos al pequeño Toku y al espíritu del viento Enril por su hermoso mundo tridimensional. Toku es un niño sin superpoderes, no salta cinco metros, ni lo hace dos veces en el aire, y con su altura a penas es capaz de subir los escalones. Pero después de una siesta conoce a Enril, el espíritu del viento, que le invita a viajar junto a él para frenar el paso a Balasar, un malvado espíritu que acaba de volver a la vida. Será Enril quien haga que el pequeño muchacho salte esas distancias y abismos imposibles para explorar el mundo y así recobrar sus poderes perdidos.

El esquema de juego es simple, y a todos los jugadores de los Metroid en dos dimensiones les sonará. Exploraremos un mundo completo, dividido en secciones que recorreremos en múltiples ocasiones, lleno de recovecos y cornisas, y a medida que vayamos recuperando las antiguas habilidades de Enril se nos irán abriendo nuevos caminos. Con el stick del Nunchako se controla directamente a Toku, y con el puntero del mando de Wii a Enril y todos sus poderes de forma muy táctil. La precisión en el control marca un gran nivel. Incluso podremos invitar a un segundo jugador que hará de asistente de forma semejante al modo para dos jugadores de Super Mario Galaxy.

 Toku sólo camina y se encarama o salta automáticamente al final de una plataforma, pero cuando está en el aire con el puntero podemos hacer que una brisa le impulse en una u otra dirección. Con los nuevos (e ingeniosos) poderes incluso podremos manejar objetos del entorno como piedras o los propios enemigos, y utilizarlos para resolver los puzles de cada sección, o dibujar la dirección de una corriente de aire para por ejemplo prender una antorcha. Toku también puede agarrar algunos elementos, pero muchas veces le faltará la fuerza para accionarlos, y tendremos que asistirlo con una buena ráfaga. Todas estas pequeñas situaciones están muy bien diseñadas y se comprenden de forma natural, una vez discurres cómo funciona un nuevo poder, la inspiración viene sola (es de agradecer la escasa presencia de tutoriales explícitos a este respecto), lo que dota de gran dinamismo al ritmo de juego.


Y quizás ahora me contradiga, porque si hay una cosa que es este juego, es relajante. Desde la bucólica ambientación hasta la música, todo está diseñado con buen gusto y transmite una calma contagiosa. La propia fluidez del ritmo de juego, con unos puzles que se resuelven intuitivamente, evita los desagradables atascos y fortalece esta impresión. Incluso cuando la música se adorna de percusiones porque aparece algún enemigo esta sensación permanece.