Liberation Maiden
Con patrones de juego antiguos y gráficos nuevos.
Liberation Maiden - Análisis
La nostalgia ha sido uno de los factores que ha inspirado más títulos en los últimos años. Desarrolladores de todos los tamaños han creado juegos ``retro´´ para todas las plataformas, partiendo de estilos artísticos, presentaciones y bandas sonoras propias de los años 80 y 90. Liberation Maiden es justo lo contrario.
Por 8 euros se puede comprar en la eShop de Nintendo 3DS este sencillo shooter en tercera persona que aprovecha la tecnología actual para darle una vuelta de tuerca al típico subgénero ``juegos de naves´´. Aparenta ser un juego contemporáneo pero tiene un alma muy clásica.
Liberation Maiden son cinco pantallas de un pequeño mundo abierto por el que volar con el robot gigante destructor de la presidente del gobierno de Japón machacando todo lo que se ponga por delante. La idea parte de la mente siempre llamativa de Goichi Suda, que creó este título en colaboración con Level-5 para un recopilatorio de cuatro títulos. A Europa y América ha llegado suelto y descargable, y dado lo corto que es pasárselo del tirón puede saber a poco. A su favor hay que decir que es bastante rejugable en busca de mejores puntuaciones y que cuesta terminarlo por tanto da para más de su tiempo real corrido entre continuar y reiniciar.
Lo más llamativo y mejor conseguido es su sistema de control y combate, basado en esencia en la pantalla táctil. El robot se conduce con el joystick mediante movimientos bastante lineales así que esquivar es más bien cosa de moverse a los lados. Para conseguir buenos resultados es más importante estar acertado con el disparo, es decir, apuntar bien con el lápiz. Grasshoppers ha diseñado un mecanismo en el que la barre de ataque y la de vida es la misma. Si gastas una ráfaga de disparos quedas prácticamente indefenso y si te golpean pierdes potencia de ataque. Todo combinado con un multiplicador por efectividad. Soberbio.