Jett Rocket
Primera hora: un paseo bonito. Segunda hora: un paseo soso.
Jett Rocket - Análisis
Dicen que las comparaciones son odiosas; pero Jett Rocket no pudo evitar ser comparado desde el principio con los dos sobresalientes Super Mario Galaxy. Un plataformas tridimensional (dentro del uso que hasta hace unos meses se le daba a esta palabra) colorido, con un destacable apartado técnico por sus brillantes efectos tipo shadders... que parecía destinado a ser una de las referencias en WiiWare. Insistimos, las comparaciones son odiosas.

Cuando empiezas tu aventura, te descubres ante uno de los trabajos técnicos más finos de WiiWare: niveles amplios, unas superficies bien trabajadas, donde destacan los reflejos metálicos; un gran trabajo de iluminación... Jett Rocket parece el pez gordo de la pecera pequeña. Con esta presentación no quieres perder más tiempo y ponerte ya a jugar. Apenas prestas atención a la historia (que apenas te robará un minuto en todo el juego), te limitas a avanzar, recoger células fotovoltaicas (que te permitirán desbloquear las zonas siguientes) y cargarte los pocos enemigos que encuentras. Ese control ya te suena, es una versión simplificada del control de Galaxy, así que sin apenas ensuciarte las manos has terminado el primer nivel al 100%, pues sigamos.
Pero pasado cierto tiempo es inevitable que te inunde una sensación de monotonía, cambiará un poco el trasfondo; pero cada nivel te deja con el mismo sinsabor del anterior. El plataformeo de Jett Rocket es repetitivo y sencillote. Casi te da igual fallar en un salto, el castigo no es perder una vida pues no hay vacío, en la mayoría de las ocasiones ni siquiera pierdes un corazón, simplemente tienes que volver a ese punto e intentar otra vez el salto. Para la salud de tu personaje no es nada, para ti es aburrimiento.
Los enemigos, carentes de carisma, son fácilmente derrotables sin que sufras daño. Quizás alguno te moleste la primera vez que te lo encuentres; pero ya la segunda será un mero trámite. Un par de jefes finales, viva imagen de la “Ley de los Tres Golpes”, pondrán los únicos momentos de tensión.

Cuando empiezas tu aventura, te descubres ante uno de los trabajos técnicos más finos de WiiWare: niveles amplios, unas superficies bien trabajadas, donde destacan los reflejos metálicos; un gran trabajo de iluminación... Jett Rocket parece el pez gordo de la pecera pequeña. Con esta presentación no quieres perder más tiempo y ponerte ya a jugar. Apenas prestas atención a la historia (que apenas te robará un minuto en todo el juego), te limitas a avanzar, recoger células fotovoltaicas (que te permitirán desbloquear las zonas siguientes) y cargarte los pocos enemigos que encuentras. Ese control ya te suena, es una versión simplificada del control de Galaxy, así que sin apenas ensuciarte las manos has terminado el primer nivel al 100%, pues sigamos.
Pero pasado cierto tiempo es inevitable que te inunde una sensación de monotonía, cambiará un poco el trasfondo; pero cada nivel te deja con el mismo sinsabor del anterior. El plataformeo de Jett Rocket es repetitivo y sencillote. Casi te da igual fallar en un salto, el castigo no es perder una vida pues no hay vacío, en la mayoría de las ocasiones ni siquiera pierdes un corazón, simplemente tienes que volver a ese punto e intentar otra vez el salto. Para la salud de tu personaje no es nada, para ti es aburrimiento.
Los enemigos, carentes de carisma, son fácilmente derrotables sin que sufras daño. Quizás alguno te moleste la primera vez que te lo encuentres; pero ya la segunda será un mero trámite. Un par de jefes finales, viva imagen de la “Ley de los Tres Golpes”, pondrán los únicos momentos de tensión.