Final Fantasy Crystal Chronicles: My Life As A King
Un juego de casitas con careta de Final Fantasy.
Final Fantasy CC: My Life as a King - Análisis
El avance de nuestro reino dependerá de dos recursos: la elementita y el dinero. La primera se usa exclusivamente para la construcción de nuevos edificios y se obtiene al limpiar mazmorras, mientras que el segundo se empleará en la investigación y desarrollo de las armas y habilidades de nuestros aventureros y lo conseguiremos cobrando tributos a nuestros súbditos.
El desarrollo de una partida es sencillo... y monótono tras superar el "efecto novedad". Poner nuevas misiones, distribuir a los aventureros, edificar o investigar y hablar con la gente para subir su moral. Hay otros pequeños factores que complementan a todo esto, como mejorar el estatus del reino (con la susodicha moral), aumentar nuestro cupo de aventureros o abrir tabernas para que formen grupos, pero son simplemente anecdóticos.
Cuando nuestros valientes aventureros vayan completando misiones, desbloquearemos edificos, profesiones, mejoras para su equipo y haremos avanzar la historia, que no es nada del otro mundo. Los que al ver la coletilla Final Fantasy se esperen personajes complejos, relaciones tormentosas y giros de guión, que lo olviden.
La imposibilidad de varias ramas de desarrollo de nuestro reino hace que la única diferencia posible entre partida y partida sea la de la distribución de nuestra ciudad, ya que My life as a king coarta cualquier tipo de libertad asociada a este tipo de títulos. Al final del todo puedes tener absolutamente todo, sin sacrificios y, por tanto, sin alicientes para rejugarlo.
Para los más fanáticos, contamos con la posibilidad de usar el servicio "Pay and play" para obtener al resto de razas del mundo Crystal Chronicles (en un principio sólo podremos tener clavates, aunque las otras razas hacen aparición en nuestra posada), nuevas edificaciones, mazmorras y trajes por precios que oscilan entre los 100 y los 300 wiipoints. La sensación no es de disponer de contenido nuevo tanto como que se trata de un juego troceado e incompleto, más parecido a pensar que el jugador es un consumista descerebrado que no alguien que desea una experiencia completa por un precio justo.

Resumiendo: un juego que al principio entretiene, pero que luego se hace aburrido a lo largo de las 8-10 horas que dura. Visualmente es bonito, pero el motor gráfico se vuelve inestable en estados avanzados de la partida. La gestión, se supone que es su punto fuerte, está guiada y no permite la personalización de tu civilización. El Final Fantasy del título es sólo para vender más.