Endless Ocean (Forever Blue)
Un viaje relajante y sobrecogedor a las profundidades de un océano en un instante de tres horas.
Endless Ocean - Análisis
Nada más sumergirnos, y dependiendo de la profundidad que haya debajo de nosotros, veremos una arena clara salpicada de algas y rocas son salientes coralinos, todo reflejado en la piel de los peces, las rocas y el suelo bajo la cambiante y bamboleante luz del sol filtrado por la superficie del agua, o un abismo azul oscuro que a medida que vayamos sumergiéndonos nos irá descubriendo poco a poco los secretos que guarda. Iremos encontrando diferentes especies de peces, algunos microscópicos que vivirán en bancos de peces grandes, que se mueven con rapidez y cambian de dirección de forma aleatoria; otros sin embargo tendrán un tamaño mastodóntico que hará que se nos encoja el estómago la primera vez que los veamos, como el tiburón ballena, o la solitaria ballena azul. El modelado de los peces andará bastante parejo, si bien es cierto que a algunos se les habría agradecido más carga poligonal, como por ejemplo al cachalote.

Pero no sólo nos encontraremos con bancos de peces y rocas, puesto que el Mar de Manaurai esconde muchos secretos que esperan ser desvelados. Desde extrañas especies de las profundidades abisales, hasta barcos hundidos llenos de tesoros, o complejas redes de cuevas interconectadas en las que la luz del sol se filtra a través de pequeños respiraderos. Todas estas actividades se podrán realizar por libre, sólo o acompañado por algún amigo a través del juego online, o cumpliendo los encargos que nos vayan enviando a nuestro teléfono móvil. Cierto es que puede hacerse algo repetitivo al cabo de unas horas largas, al no encontrar más aliciente que bucear, mirar peces, y encontrar algún que otro tesoro, pero también es verdad que cada inmersión es totalmente diferente, y no será lo mismo entrar por la mañana, que bucear por la noche al amparo del haz de luz de tu linterna.
El reto que supone encontrar y fotografiar las alrededor de 200 especies de animales para completar nuestro álbum nos dará bastantes horas de juego, por no decir el hecho de que si queremos obtener la máxima información de cada una de éstas, tendremos que interactuar con ellas, alimentarlas, acariciarlas con un gesto del mando de Wii, para que poco a poco nos ganemos su confianza y obtengamos más información sobre estas. En algunos casos podremos convertir en mascotas a algunos animales, como pueden ser diferentes razas de delfines. Por otra parte, siempre podremos jugar online con nuestros amigos (32 en total), en partidas de cómo máximo dos personas, para explorar ese barco que esta misma mañana descubrimos, por ejemplo. Podremos comunicarnos a través de un chat sencillo en el cual dispondremos de apenas 4 frases del tipo “Sígueme” o para saludar, a través de la cruceta de Wiimote.

Aunque esto es, a grandes rasgos, Endless Ocean, no quería acabar este análisis sin comentar qué es lo que hace a este juego tan especial, y es que desde la primera vez que te sumerges en las aguas del Mar de Manaurai, todo se convierte en una experiencia de contrastes y relax. La sensación que produce ver aparecer la silueta plateada de un tiburón blanco al fondo de la pantalla, o encontrarte de forma súbita en una inmersión nocturna a un tiburón ballena nadando justo al lado mía es una de las mejores sensaciones que ha tenido un servidor jugando a los videojuegos. No estamos ante un título de acción, ni tampoco ha pretendido serlo, aquí los tiburones no te atacarán, el aire tardara muchísimo en acabarse (a mi aun no se me ha acabado nunca), no correrás peligro alguno. Sólo será pasar un rato relajante y agradable, y lo más increíble de todo es que cuando te quieras dar cuenta, ese rato se habrá convertido en dos o tres horas.
Conclusión
Endless Ocean ofrece una alternativa relajante a cualquier otro género que se pueda
