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Endless Ocean (Forever Blue)

Un viaje relajante y sobrecogedor a las profundidades de un océano en un instante de tres horas.

Endless Ocean - Análisis

Análisis Endless Ocean

La primera vez que vi en vídeo Endless Ocean me picó la curiosidad. ¿Bucear sin límites en un mar muy extenso rodeado de cientos de especies y encima poder compartir la experiencia con amigos a través del juego en línea? Claro, ¿por qué no? Todo eso sonaba muy bien, y sin embargo, cuando tienes este juego entre tus manos todas esas grandes cosas se te olvidan porque el estado de shock en el que entras con las primeras melodías del juego hacen que sólo quieras centrarte en una cosa: sumergirte en las azules aguas del Mar de Manaurai.

 Y es que cuando juegas a Endess Ocean te das cuenta de que ante todo se está ante un título muy sensorial, que se podría decir que se ha hecho a propósito para que el jugador se relaje, comience a jugar, y poco a poco sea envuelto por todas esas pequeñas cosas que van haciendo que ese propósito de decir, “Venga va, media horita y lo dejo”, quede en saco roto; y es que, cuando puedes explorar una cueva submarina al ritmo de música relajante (o una de tu propia elección a través de la tarjeta SD) con un Wiimote en una mano, y un refresco en la otra, es muy difícil levantarse del sillón.

¿Pero cómo empezar nuestra inmersión en este mar sin fin? Bien, lo primero es hacernos nuestro propio personaje (chico o chica) del cual nos darán bastantes pocos parámetros para personalizar, apenas un par de peinados, tres tonos de bronceado, un par de colores de pelo, y un solo tipo de cara, a parte del nombre. Todo esto realmente es anecdótico en el juego, no influirá para nada, y más teniendo en cuenta que el noventa por ciento del tiempo estaremos embutidos en un traje de neopreno, a 20 metros bajo el agua. Tras esto, nos encontraremos en nuestro centro de operaciones: nuestro barco, el Gabbiano, donde nuestra compañera Catherine nos irá desvelando detalles sobre ella misma y su vida, y sobre la historia del mar bajo el cual nos pasaremos la mayor parte de nuestro tiempo de juego. No es que sea decisiva para la progresión, nuestra ayudante y asesora en las expediciones submarinas. Aquí también podremos guardar, aceptar misiones, cambiar nuestra apariencia, o conectarnos con los amigos que previamente hayamos agregado a través de la red Wi-Fi de Nintendo. Es aquí, en este barco, dónde tendrá lugar un pequeño hilo argumental en el cual se nos irán pero sí nos dará un pequeño objetivo hacia el cual dirigirnos si nos cansamos de bucear sin otro propósito que el de ver peces. En este sentido, se nos mandarán hacer cositas sencillas, tales como acompañar a alguien a ver cierto tipo de pez, buscar una especie en concreto y fotografiarla, o dar datos sobre algunos lugares que nos pedirán que investiguemos.

 Hablando de la parte de juego que respecta al barco, hay algo que se debe destacar: los exteriores. Digamos que el conjunto de islas paradisíacas en el que nos encontramos podría haberse recreado en superficie tan bien como ha sido recreado bajo el mar, pero por desgracia no ha sido así. Los modelados de los islotes son muy básicos, nuestro barco en las escasas escenas cinemáticas sufre una falta de antialiasing bastante preocupante, y en general las texturas serán muy planas, y los efectos de luz, salvo en el agua, casi inexistentes. Por suerte, con un exterior así, el deseo de meternos en el agua será aun mayor. Y aquí es cuando la cosa cambia.