Donkey Kong Country Tropical Freeze
Analizamos Donkey Kong Country Tropical Freeze, el primer lanzamiento de Nintendo para Wii U en este 2014 y la vuelta del simio más famoso a la actualidad del videojuego.
Donkey Kong Country Tropical Freeze - Análisis
Es precisamente en estos niveles donde vemos el gran salto visual de Donkey Kong Country Tropical Freeze. No es que en los primeros niveles no se llegue a intuir la calidad gráfica que atesora, sin duda estamos ante un juego que no se recordará por su potencia bruta, pero es cuando vemos en funcionamiento una iluminación en tiempo real, con todos los elementos en movimiento de tanto fondo como en el plano de acción, que podemos decir con rotundidad que Retro ha hecho el cambio de generación en condiciones.
Todos los escenarios tienen varios detalles que nos harán sonreír o levantar una ceja de sorpresa. Retro trabaja en varios planos, trabajando tanto donde se desarrolla la acción como el primer plano o el fondo, que muchas veces es un adelanto de lo que le espera al jugador cuando progrese en su avance. Ramas que se mueven, viento, plantas, rocas, animales… Hay mucha vida en este Donkey Kong, constantemente en movimiento, y más aún cuanto más dispuestos estemos en fijarnos en los detalles por un momento y dejar la acción a un lado.
Como de todas formas hay que hacerse los niveles varias veces (veo realmente complicado hacerse todo a la primera) siempre tendremos tiempo de fijarnos en esa broma de fondo, esa nave de Samus estrellada o en lo orgánico y natural que resulta todo. En esto hay que incluir a los enemigos de Donkey en esta entrega, pingüinos, búhos, morsas y osos polares, que vienen dispuestos a robarles todos los plátanos a Donkey.
Hay varios enemigos normales en las fases, pero hay que destacar a los finales, ya que huyen de todo convencionalismo para convertirse en pequeños niveles en sí mismos. Cada uno incorpora mecánicas exclusivas y requieren de varios intentos mientras nos aprendemos sus rutinas. Son geniales, todos y cada uno de ellos, y no hay forma de sentirse decepcionados por lo elaborado de su construcción y desarrollo. Nada de tres golpes y fuera, sino que sus estrategias cambias, su velocidad aumenta, su complejidad crece y, sobre todo, que hay que hacerlo bien a la primera, ya que en los Donkey no hay puntos de guardado y ayuda que valga.
Preparaos para recoger y perder más globos que el viejo de Up. No hay misericordia para los novatos. Calculad los saltos al milímetro, agradeced las ayudas de Dixie y de Diddy, y los rebotes en los enemigos. Estad atentos a los corazones y, por favor, no saltéis encima de los pingüinos con cuernos vikingos. No hay superguía, así que la única forma que vais a tener de pasaros Donkey Kong Country Tropical Freeze es con mucha práctica y una buena dosis de paciencia, ya que todos sabemos lo que ocurre cuando se atasca un nivel. Pero creedme, la satisfacción de superarlo merece la pena.
La única ayuda que vamos a tener es la de un compañero que se nos una a dobles, que por otro lado también es una excelente forma de perder vidas más rápidamente, y el KONG Fu, una nueva técnica que se puede activar después de recoger muchos plátanos. Dependiendo de nuestro compañero podremos convertir a todos los enemigos en la pantalla en monedas, globos de vida e incluso doblar nuestra reserva de vida, transformando los corazones rojos en corazones dorados. Son las únicas concesiones a un título desafiante a la par que divertido.
Dejo en último lugar uno de los apartados más espectaculares de todo el juego: la música. David Wise vuelve a encargarse de la partitura y nos deleita con una serie de composiciones absolutamente magistrales, largas (como los niveles que ilustran) y absolutamente evocadoras. Son, además, piezas que van cambiando dependiendo de lo que ocurra en la pantalla. Me vienen a la mente dos momentos que retratan esto con especial relevancia: cuando pasamos de un nivel de superficie a un nivel acuático y los niveles de los fiordos y las jarras de cerveza alemanas. La música cambia, se funde con el escenario y las acciones del jugador y forman un todo. Como comentábamos al principio del texto: como el mecanismo de un reloj.
Donkey Kong Country Tropical Freeze no es el juego perfecto, pero ha sabido adaptarse magníficamente bien al paso de los años. No innova, pero expande conceptos y añade la tridimensionalidad al mundo de Donkey sin renunciar a su inmejorable jugabilidad en 2D. Es desafiante, es bonito y musicalmente es una verdadera maravilla. No podía haber un mejor estreno para Wii U en 2014.