Donkey Kong Country Tropical Freeze
Analizamos Donkey Kong Country Tropical Freeze, el primer lanzamiento de Nintendo para Wii U en este 2014 y la vuelta del simio más famoso a la actualidad del videojuego.
Donkey Kong Country Tropical Freeze - Análisis
Donkey Kong Country Tropical Freeze ya está aquí. Ha sido un largo camino desde que lo vimos por primera vez en el E3 y ha sido un camino accidentado, con retrasos de por medio y presentaciones inadecuadas, pero por fin tenemos la última aventura del carismático personaje de Nintendo a la vuelta de la esquina. A Retro Studios le persigue la sombra de RARE, sobre todo a raíz del Donkey Kong Country Returns. El juego de Wii (y luego de Nintendo 3DS) era sobresaliente, pero hay que recordar que Rare consiguió cosas increíble con Super Nintendo en aquella época y que la trilogía Country en Super Nintendo se convirtió en una saga que proponía una enorme cantidad de novedades, además de reimaginar el mundo del primer enemigo de Mario.
Donkey Kong Country Tropical Freeze es un título que se puede llegar a intuir en vídeos e imágenes, pero que sólo cuando se juega te das cuenta realmente de la calidad que atesora. Es como ver un mecanismo de un reloj, con miles de pequeñas partes funcionando al unísono, perfectamente conjuntadas, todo con un fin común. No le sobra ni le falta nada: los gráficos, los niveles, los controles, la música… Todo está calculado al milímetro para tener una experiencia absolutamente Donkey, pero de las de la vieja escuela, esas que te picaban toda la tarde frente a la televisión.
Y es que solos o acompañados estamos ante una experiencia de juego tremenda que no revoluciona, sino evoluciona. Es cierto que se puede echar en falta que se use más el mando de Wii U, al fin y a la postre, no sólo de Off-TV vive el usuario de Nintendo, pero tampoco es que vayamos a echarlo en falta durante la enorme extensión de este plataformas, que sorprende por lo largo que es, y a la vez lo cortito que se te queda después de pasártelo.
Niveles no, nivelazos
Podría hacerse un máster de diseño de niveles y en cada clase poner una de Donkey Kong Country Tropical Freeze. Tenemos una enorme variedad de ambientes diferentes, que se alejan de los estereotipos de “fase de fuego”, “fase de hielo” o “fase de agua”. Aquí tenemos “fase de manglar”, “fase de sabana” y “fase de fiordos”, por poner unos rápidos ejemplos si meter mucho destripe. Cada isla tiene las fases normales y luego unas cuantas escondidas, pero con mucha mala idea. El mapa general te deja falsas pistas de dónde pueden estar los niveles escondidos y que las fases K de las letras KONG estén ahí expuestas tampoco ayuda ya que no sabes si durante la última media hora has estado buscando un nivel secreto o haciendo el mono por ahí.
Letras KONG, las piezas de puzle, el contrarreloj y las salidas secretas. Todo esto, combinado con la enorme extensión de los niveles hace que tengamos un juego de plataformas de una longitud extraordinaria, mucho mayor que otros títulos de su género. Además, se trata de una duración real, no ficticia basada en la rejugabilidad, pues aquí se trata de encontrar todos los tesoros escondidos por ahí.
Los niveles, además, introducen la suficiente variedad como para sorprender constantemente. Durante la mayor parte del tiempo manejaremos a Donkey haciendo equipo con Diddy, Dixie y Cranky, pero en cualquier momento pudemos atravesar una fase de barriles, saltar a lomos de una vagoneta de mina o surcar los aires a bordo de un barril cohete. Estos niveles, ya conocidos por todos los aficionados, ven aquí una pequeña evolución a raíz de un avance visual en la saga. Estamos en la época del polígono, no en la renderización, y todo en Donkey Kong Country Tropical Freeze es tridimensional. En ciertos momentos esto se notará mucho más, ya que la cámara comenzará a rotar, siguiendo a Donkey, y mostrando los niveles desde un punto de vista completamente nuevo.
Puede ser un giro que acompañe a una vagoneta, que rodea una gigantesca planta, o una vista trasera, que nos obligue a cambiar de carril para no comernos un obstáculo más adelante. Sin duda, lo más espectacular son las fases sobre barriles con esta perspectiva, ya que son los niveles que requieren de más habilidad y esta nueva perspectiva puede resultar mucho más desafiante y divertida.
No se puede seguir hablando sin hacer una pequeña mención a los nuevos / viejos mundos acuáticos, que vuelven en todo su esplendor. Entre ellos están algunas de las fases más espectaculares de todo el juego, sobre todo las que nos obligan a ir contrarreloj. La limitación del oxígeno incluye un elemento de urgencia que no hay en las fases en tierra firme. Hay incluso alguna en la que las profundidades abisales nos priva de luz y tendremos que molestar a bancos de peces fluorescentes para que nos iluminen el camino. Genial.