Donkey Kong Country Returns 3D
Este mono me suena de algo.
Donkey Kong Country Returns 3D - Análisis
Pocos corazones quedarían impasibles en aquel E3 de 2010, probablemente el último gran E3 de Nintendo, cuando el siempre afable Reggie hizo por fin mención al esperado nuevo juego de Retro Studios, y un sonido familiar de tambores abría el telón para una jungla en la que aparecería un gorila bien conocido por todos. Retro Studios y Donkey Kong Country, algo bueno tendría que salir de eso por fuerza.
Y así fue. Meses después, en aquella navidad de 2010, salió a la venta el que sin duda es el mejor plataformas 2D de la ya vetusta Wii –que ya es decir, teniendo a Mario y a Kirby como competencia directa– y probablemente uno de los mejores títulos de la pasada generación.
Ahora Nintendo rescata de nuevo al gorila con corbata para llevarlo a la pantalla autoestereoscópica de su portátil, en un port casi directo del mismo juego diseñado por Retro Studios, pero en esta ocasión adaptado a 3DS por Monster Games (Excite Trucks, Excitebots: Trick Racing). Donkey Kong Country Returns 3D es esencialmente el mismo juego que ya disfrutamos en Wii, excepto por tres novedades fundamentales: el más que obvio efecto 3D, un nuevo modo de juego `Fácil´ – o `Normal´, dependiendo de tu habilidad como jugador–, y un nuevo mundo que desbloquear una vez cumplidas ciertas metas.
Monos en 3D
Resulta curioso cómo un juego que no fue diseñado con la estereoscopia en mente encaja tan condenadamente bien con el uso de esta técnica. Y es que en el mismo momento en el que echas un vistazo por primera vez a esta nueva forma de ver una selva ya de por sí exquisita, empiezas a entender por qué Nintendo ha llevado este juego a su portátil.
Donkey Kong Country Returns no era un juego visualmente llamativo por sus alardes técnicos. De hecho, en algunos aspectos era incluso inferior a entregas previas de la saga en GameCube, como la tan citada ausencia del efecto fur shading que sí tenía Jungle Beat. Pero lo que es indudable es que el juego de Retro tenía una apabullante potencia visual, auspiciada principalmente por sus preciosistas animaciones, la obsesión por decorar el escenario con cientos de elementos a cual más vivo e ingenioso, y una factura artística verdaderamente exquisita.
Y ahora todos esos elementos, que hacían de Donkey Kong Country Returns un juego visualmente delicioso, se ven potenciados por un efecto 3D que dota de alma al conjunto. Sin cambiar ni una sola coma en el diseño de niveles, se consigue ese efecto diorama tan satisfactorio que pareció inaugurar Mercury Steam con su Castlevania –salvando las distancias con los fastuosos planos panorámicos del estudio de Enric Álvarez–, y que tan bien le sienta a la consola.
Pero toda cara tiene su cruz. Si bien el efecto 3D y las posibilidades visuales del nuevo sistema le dan un aire diferente y muy favorecedor, lo cierto es que Donkey Kong Country Returns 3D se deja por el camino algo de limpieza y claridad en la imagen, algunos efectos gráficos, y fluidez de movimientos (adiós a los 60 fps).