Dillon's Rolling Western
Rolling in the Dirt.
Dillon's Rolling Western - Análisis
Luchando con uñas, dientes… ¿Y escamas?
Pero vayamos a lo realmente importante, la jugabilidad. Para empezar, los zurdos pueden tener problemas para jugar debido a que el pulgar izquierdo debe usarse para el Circle Pad, mientras que la mano derecha para usar la táctil. Quitando eso, el control es exquisito a la hora de moverse. Los trazos funcionan a la perfección, y en caso de querer frenar se puede dejar el stylus presionado contra la pantalla táctil (o pulsar el botón L para un frenazo brusco). Solo hay tres cosas que chirrían: la cámara solo se puede cambiar con el L y cuando no estás girando (aunque la verdad es que no suele dar muchos problemas), en los menús hay que tocar la táctil y seleccionar la opción que sea con el Circle Pad (en lugar de hacerlo todo en la táctil o poder usar los botones para cancerlar más rápido) y que para desplegar el menú del juego también hay que pulsar una parte de la táctil estando parado (algo que complica el uso de algunos objetos en combate).
Otra victoria de la buena jugabilidad son los combates, orientados a conseguir combos. Durante las luchas los enemigos van soltando objetos, más mientras más golpes reciban. Esto también se aplica a las cuevas donde hay minerales, así que es importante saber manejar los movimientos de Dillon y ejecutarlos con rapidez y precisión. El ataque básico es rodar, que se puede cargar para que aparezca una onda expansiva al golpear. Al principio se va consiguiendo un nuevo movimiento en cada pueblo, lo cual intenta ayudar a que no se haga todo excesivamente repetitivo (pero sin mucho éxito). Hay ataques como zarpazos aéreos, rodar como una picadora para hacer daño continuo o un especial que solo se puede ejecutar llenando una barra de energía. En general, las peleas recuerdan en cierta manera a un Action RPG (también se pueden usar algunos objetos a partir de un cierto punto), aunque el título no tiene un sistema de experiencia.
Tras numerosas batallas por día, que tarde o temprano se acaban haciendo pesadas a pesar de los nuevos enemigos y ataques que se pueden tener, es la hora de descansar un poco en la taberna del pueblo, lugar donde se reafirma el genial diseño de personajes. Hay un vendedor que ofrece mejoras para el equipo (pero que no duda en venderlo de mala calidad de forma que haya que comprarlo de nuevo si se rompe), un camarero que te sirve la comida y gente que necesita ayuda, representadas en la forma de misiones que habrá que completar para conseguir una recompensa económica y evitar tener que pagar una fianza por no cumplir con tus servicios.
Rodar, preparar, luchar. Rodar, preparar, luchar…
Es realmente destacable la cantidad de contenido que llega a tener este título. De hecho, tiene demasiados niveles para su propio bien. Diez pueblos suenan a poco, sí, pero todos son hacer una y otra vez lo mismo, cambiando un poco la localización de las torres y los recursos disponibles. Además, cada día que pasa el tiempo de día se hace más corto y el número de enemigos aumenta, acabando teniendo que luchar hasta que aburre como si de un JRPG se tratara. Al menos, hasta en este punto se mantiene la importancia de la estrategia, ya que mientras se lucha contra un grupo de enemigos el resto puede seguir avanzando por el mapa.
Como nota personal, y esto es algo que tengo que escribir en primera persona aunque siempre intente evitarlo, jamás en mi vida me ha pasado algo como con este juego. No he sido capaz de jugar más de un pueblo seguido porque por entonces ya me he aburrido, pero tras un par de horas tengo ganas de seguir porque en el fondo es bastante divertido y quiero ver cuál será el siguiente movimiento que conseguiré. No he repetido ningún nivel, aunque podría hacerlo para conseguir las cinco estrellas en cada uno (y es necesario tener un número determinado para desbloquear el siguiente… ¡Pobre del que tenga que hacerlo!), pero aún así sinceramente pienso que es un buen juego. Y además, Dillon me parece el mejor personaje que ha creado Nintendo en mucho tiempo.
Conclusión
No hay duda de que el juego vale lo que cuesta. Como mínimo, terminar los diez niveles puede tardar cerca de las diez horas, pero para conseguirlo todo habrá que dedicarle unas cuantas más. Los personajes tienen mucho carisma, el control es realmente bueno (salvo para zurdos) y se ha logrado un buen equilibrio entre acción y estrategia. Sin embargo, no es un título recomendable para todo el mundo ya que se hace tedioso demasiado pronto, lo cual no quita que sea otro añadido de calidad de Nintendo a la eShop.