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Devil´s Third

La sangre luce mejor en compañía que en solitario.

Devil´s Third (Wii U) - Análisis

Seis años ha necesitado Tomonobu Itagaki para que su última creación vea la luz. Tras un viaje entre plataformas, varios cierres de empresas, alguna que otra bancarrota por medio y más de una mudanza entre motores gráficos; Devil´s Third ha llegado a Wii U con una mezcla entre Shooter y Hack and slash aderezada con el “toque Itagaki” que, a pesar de tener un apartado técnico alejado de los tiempos que corren, es sorprendentemente divertida.

Una catástrofe de película

En nuestras impresiones finales ya os contamos cómo comienza la trama de este título, pero para todos aquellos que no la ojearan, os ponemos en situación rápido. Nos metemos en la piel de Ivan, un presidiario muy especial encarcelado por pertenecer a un grupo terrorista y que ahora se dedica a ayudar al gobierno de Estados Unidos a cambio de favores en la prisión. Si ya de por sí es una situación bastante peculiar, más lo es (o no) el hecho de que su próxima colaboración con el país de las barras y estrellas hará que se enfrente a sus viejos compañeros, culpables de inutilizar la tecnología del planeta al destruir los satélites artificiales, gracias al síndrome de Kessler, para tratar de desatar el caos en el mundo.

Sin duda nos encontramos ante un escenario muy de película de acción de comienzos de siglo (más si os fijáis en el protagonista), pero que cuenta con la mano del creador de Dead or Alive y encargado del resurgir de Ninja Gaiden, Tomonobu Itagaki. Lo que significa que nos vamos a topar con mucha acción, muchas vísceras, chicas despampanantes, hombres hipermusculados y todo tipo de situaciones que florecen de la unión de las mayores americanadas con las mayores japonesadas. Y para colmo hay hasta mutantes ¡Es como una película de serie B hecha videojuego!

Sin embargo, a pesar de intentar buscar un mayor trasfondo y contar algo más profundo, carece de elementos que consigan una trama destacada, por no mencionar que la banda sonora carece de importancia, consistiendo en un mero acompañamiento a la partida. Si además le sumamos que tenemos que pasar por el aro de leerlo y escucharlo todo en inglés, el desarrollo de la historia acaba resultando ser un medio que sólo sirve de pretexto para llevarnos de una situación a otra y dejarnos hacer lo que realmente queremos hacer: acabar con todo lo que se nos ponga por en medio durante las 8-10 horas de juego que nos ofrece.

Diversión a medio gas

Y aquí es donde la cosa parece mejorar un poco. Estamos ante un título que quiere ofrecernos diversión a la vieja usanza. De hecho es algo que queda bien claro al ver que el GamePad de Wii U no cuenta con ninguna función que lo aproveche salvo el Off-TV. Devil´s Third quiere que nos dejemos llevar por la acción. Y para ello, además de permitirnos disparar como locos con todo tipo de armas (alternando entre la primera y la tercera persona), también nos invita a acabar con nuestros enemigos cuerpo a cuerpo de la forma más sencilla posible.

Para colmo, si el repertorio de armas de fuego es amplio (pistolas, rifles de francotirador, fusiles de asalto, ametralladoras, escopetas, lanzacohetes, etc.), también contamos con muchas posibilidades en el uno contra uno (tuberías de hierro, mazos, tomahawks, navajas, katanas, etc.). Pero la cosa sigue, para darle mayor espectacularidad, Ivan es una total máquina de matar con una agilidad remarcable. Puede lanzarse sobre los enemigos para golpearles, puede acabar con ellos con diferentes finishing moves que varían según el arma y el contexto, aprovechar las coberturas para disparar, y encima cuenta con el Enbaku, un poder que se recarga a base de masacrar enemigos y que al liberarse aumenta nuestra fuerza y añade un tiempo bala la mar de resultón. Con todo esto, ¿qué más se puede pedir?

Pues una mejor cohesión. Con tantas cosas parece que Devil´s Third tenga todas las papeletas para darnos todo un frenesí de acción, disparos y tortas. Pero mientras juegas te das cuenta de que no es así. Para empezar, la disposición de los enemigos (cuya IA brilla por su ausencia) en los frecuentes tiroteos hace que acabes optando siempre por aniquilarlos usando las armas de fuego, y es que en la mayoría de ocasiones habrá alguien en la lejanía que te impida cercenar a tus rivales cercanos. Además, el sistema de combate está cojo. Nos concede una gran cantidad de herramientas en forma de armas, pero no consta de una mecánica de combos como tal, aunque permita alternar entre golpes rápidos, golpes fuertes, esquivar o protegernos de los enemigos.

Por otra parte, y aunque era de esperar, el transcurso de los niveles es completamente lineal. Sales de un punto A y avanzas matando a todo ser viviente mientras recoges, o no, los objetos ocultos que hay repartidos hasta llegar a un punto B en el que en la mayoría de ocasiones te espera un jefe final. Y hay que hacer especial hincapié en estos, ya que son el foco de mayor dificultad del juego. Tanta que a veces puede llegar a ser frustrante no por difíciles, sino por injustos. Para empezar, en la mayoría de estos enfrentamientos tenemos que recurrir al combate cuerpo a cuerpo, y esta vez no vale eso de machacar el botón de golpe fuerte ya que el menor descuido supone sufrir una ristra de golpes que puede acabar con nosotros (por no mencionar que cada uno cuenta con un movimiento que supone la muerte instantánea), así que el botón de esquiva se convierte en un recurso fundamental. Gracias a todo esto no serán pocas las veces que desearás lanzar el GamePad (o el Mando Pro) mientras recuerdas con cariño a los chicos de Valhalla Game Studio.

Aún con esto, Devil´s Third tiene cierto encanto que te hace seguir jugando y querer acabar con todo ser viviente que se interponga en tu camino mientras corres a toda prisa por el escenario tratando de avanzar y sumergirte en el siguiente tiroteo. Y, aunque también se queda un poco a medio gas en ese terreno, trata de ponerte en situaciones bastante variadas, ya que lo mismo te encuentras conduciendo un jeep a toda pastilla por medio de una tundra helada que abatiendo helicópteros a bordo de un IL-2 Sturmovik (avioneta de la II Guerra Mundial, sí, la segunda) o incluso corriendo por los tejados de casas niponas rodeadas de cerezos mientras matas ninjas. Y lo mejor de todo es que, a pesar de estos picos de dificultad y de esos factores que se quedan a medias, te acabas divirtiendo.

En resumen, la campaña individual goza de propuestas que cuentan con un buen punto de partida pero que no terminan de cuajar a la hora de llevarse a cabo. Parece que su tortuoso desarrollo le ha pasado factura. Algo que se nota sobre todo en el ámbito gráfico, donde pasa con más pena que gloria en detalles como la iluminación o los propios entornos (y en ocasiones el framerate) a pesar de que los personajes principales cuentan con un modelado y nivel de detalle notable. En definitiva, una campaña que se queda a medias y que carece de localización a nuestro idioma pero que logra su cometido: divertir al jugador a lo largo de sus 9 misiones. Por cierto, rejugables gracias al modo Score Attack, en el que conseguimos puntos por cada baja enemiga y se nos insta a mejorar la puntuación de los demás jugadores del globo gracias a los ranking online.

Sin embargo, ya dijo Itagaki que este videojuego podía dividirse en dos partes. Por un lado su campaña para un jugador, y por otro su potente multijugador. Un plano que supone, sin duda, lo mejor de este exclusivo de Wii U. Pasad a la siguiente página si queréis conocer qué tal es la otra mitad de la creación de Valhalla Game Studio.