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Cursed Mountain

Deep Silver nos ofrece una original y elaborada propuesta dentro del género de los survival horror, en la que tendremos que encontrar a nuestro hermano desaparecido en una de las montañas más altas del mundo, el Chomolonzo.

Cursed Mountain - Análisis

Dentro de esta experiencia de juego es muy importante cómo se desarrolla la partida, y en ese aspecto los chicos de Deep Silver también han dado en el clavo. Desde la punta más alejada de la pantalla podremos ver, hasta cierto punto, el final del nivel en el que nos encontremos. Eso no quiere decir que los niveles sean cortos, ni mucho menos. De hecho el tiempo medio para superar cada pantalla rondará entre los 40 minutos y una hora y cuarto. ¿Eso qué quiere decir? Pues que Cursed Mountain  es un juego bastante lento. De hecho, el propio acto de ir avanzando por el nivel, con el control preciso pero pesado de Eric Simmons, nos dará la sensación de realmente estar escalando una montaña, pues cada escalera, cada puerta, cada balcón nuevo alcanzado se siente como un logro. Realmente tendremos la sensación de estar ascendiendo una montaña muy costosa de escalar.

Por supuesto, no podemos olvidar el apartado de los combates. Debido a la linealidad relativa del avance del juego, los combates tendrán un peso importante a la hora de dar variedad y movimiento al título. Los demonios nos asaltarán en casi todo momento y situación, y para su eliminación no contaremos con un gran arsenal. De hecho, el inventario de Eric es más bien parco, limitándose a un piolet, una grabadora, las anotaciones que nos vayamos encontrando que nos cuentan la historia del lugar, y varitas de incienso que nos curarán en templos específicos para sanar nuestro espíritu.

Cursed Mountain Wii Preview

Como podemos observar, obviamente el piolet será nuestro único medio de defensa, que estará bendecido para poder combatir a las fuerzas del mal. Podemos golpear con él pulsando B o agitando el mando de Wii, pero realmente lo que manda a los demonios de vuelta a su plano de existencia serán las danzas rituales. Sí, sí, danzas rituales. Y antes de alarmaros hay que decir que la verdad es que son un componente muy original. A modo de "Quick Time Events" (QTE) tendremos que mover el mando de Wii en la dirección correcta para poder eliminar a los demonios que nos rodeen. Al principio serán sencillitos de eliminar, pero cuando avance la historia nos iremos encontrando con demonios que requerirán danzas realmente complicadas y que nos pondrán en más de un aprieto.

 Toda esta ambientación no sería posible sin una serie de elementos de vital importancia para ello. Por una parte tenemos el apartado gráfico, que sin ser ninguna revolución dentro del catálogo de la plataforma de Nintendo, consigue mostrar todo con una solidez digna de admiración. A nivel tanto de texturas como de modelado de los entornos y de los personajes, así como en los efectos de luces o climáticos se raya un nivel notable, aunque como en todo, siempre nos podemos encontrar ciertos elementos que chirriarán más que otros. Quizás en este sentido una de los fallos más evidentes es lo poco que se puede interaccionar con los escenarios, a excepción de algunas vasijas o cajas, que casi siempre tendrán como contenido varitas de incienso, y de vez en cuando, algún que otro manuscrito.