BOOM BLOX
Diversión básica llevada a la tele con excelencia.
BOOM BLOX - Análisis
Pero además, Boom Blox es un juego muy abierto y no obliga a casi nada para progresar. Quizás cuando hayas tanteado cada tipo de bloque en "explorar" no te apetezca conocerlos a fondo y prefieras ir al modo historia. Quizás todo te parece muy fácil y prefieres los desafiantísimos desafíos. Quizás quieres intentar ir a construir porque has desbloqueado una pieza muy original y hay que probarla. Este diseño abierto hace todo accesible desde el principio para que la diversión venga de formas distintas para cualquier jugador. Y esta elección no funcionaría si dejara al juego sin algún tipo de progresión, de esa necesidad de maestría, de domino, que decíamos necesitan los puzles. Ese punto, que diferenciará a los jugadores más ocasionales de los que quieran experimentar y avanzar (EA, ¿por qué dices que este juego es para niños? sabes que funciona con cualquier ser humano), es tan sencillo como un sistema de medallas. Así, por ejemplo, tirar cuatro torres cercanas con jugosos Blox piedra en su cima y con sospechosos Blox fugaces dispuestos a distintas alturas con un solo tiro será esa apuesta que aceptarán los que pidan ese plus, mientras que dará un poco igual a los demás (mentira, ¡seguro que todos caéis!). Así es fácil pasar media hora intentando hacer un oro porque sabes que se puede hacer, porque dándole unas vueltas más, probando a tirar la pelota aquí y allá, estudiando la estructura, llegarás a tirarla de un solo disparo. Y entonces sentirás una satisfacción enorme, esa que dejan los buenos puzles. Y también un poco de agujetas, porque el ímpetu de lanzamiento te habrá dejado el brazo K.O.Y hablando del brazo, la mayor parte del juego requiere lanzamientos de bolas contra los bloques. El sistema de detección basado en el acelerómetro sentirá la fuerza del lanzamiento en unos cuantos niveles (no, no sirve que lo hagas TAN fuerte). Y lo hace realmente bien. En unas partidas sabrás pegar el zambombazo requerido para esa junta de tres bloques que se resiste o el toquecito suave para recolocar aquel cubo que si se cae resta puntos. Como esa fuerza repercute en unas piezas de distintas propiedades que se comportan según un sistema físico impecable, el surrealista mundo de Boom Blox cobra realidad tras tu actuación y se ven bloques saltar, plataformas inclinarse, torres tambalearse o explosiones en montones de piezas que de tan realistas da gusto solo contemplarlas. A los lanzamientos se unen otros modos de control con distinta relevancia pero igual precisión en pantalla. Están los juegos de quitar bloques con la herramienta mano -algunos tipo Jenga con su tensión y pulso y otros en los que mover bloques de forma mucho más brusca-. Después quedan otros métodos menos usados como el láser -que dará lugar a galerías de tiro- o la manguera -bastante incontrolable-.

Pese a que el propio modo "explorar" está guiado y se van mostrando nuevos elementos poco a poco para instruir, existe también el modo historia, una ingeniosa excusa para jugar otro puñado de puzles en cierto orden y siguiendo una línea "argumental". En realidad es un cuento contado con rimas (esta sería la parte infantil, pero no hace daño ni al más duro del barrio) que trata una historia de bloques buenos y malos, de escenarios medievales, selváticos, volcánicos o del oeste y que aprovechando cada capítulo propone al jugador situaciones muy diferentes a la exploración. Así se introducen en el juego los bloques con vida, que son unos curiosos diseños de animales cuadriculados, y los cuatro mundos de ambientación. Pintados a mano, personajes y entornos tienen un diseño muy elemental que procuran recordar a los recortes y dibujos que usábamos de pequeños para fondo de nuestros juegos. En realidad da un poco igual, pero quizás se podría haber cuidado más el dentado de los bloques, que de tanta sierra a veces cuesta creer que se sostengan.
Todo lo que se va viendo en los dos modos de juego descritos se va sacando para usar en las creaciones propias. Tipos de bloques, modos de control, personajes animalescos, fondos planos, elementos de decoración… todo se puede usar en la parte más avanzada del juego, el estudio de creación, que tiene opciones infinitas, está muy bien planteado y explicado y permite crear puzles de todo tipo, cuyo límite en ingenio lo pone la imaginación del jugador. No hay más que buscar en Youtube para descubrirlo. Eso sí, habrá que echarle mucho tiempo y paciencia para crear algo medianamente “profesional”. Y luego, a compartir mediante los amigos de la Agenda Wii, otra idea obligatoria.
¡Oro!
Boom Blox es una de las sorpresas del año. Es un puzle nuevo y original que se aprovecha descaradamente de Wii para ligarse sólo a ella. Su diversión es diversa, pudiendo llamarle el “ejemplo de juego casual” o el “reto para las mentes más inquietas”. Pero, sobre todo, consigue cumplir con la fórmula mágica de los buenos puzles que procura una adicción casi involuntaria sin límites. Ojalá todos los juegos de terceros se enfocaran así, desde la innovación, la diversión y la dedicación a Wii.