BOOM BLOX
Diversión básica llevada a la tele con excelencia.
BOOM BLOX - Análisis
Vivimos una época en la que los juegos de puzle escasean. Es difícil encontrar nuevas creaciones y lo más visto son refritos de las viejas fórmulas de éxito que van a parar a las plataformas de descarga de las consolas o directamente a los móviles. ¿Fue la limitación de recursos lo que hacía exprimir este género tan simple a los diseñadores de antaño? Probablemente. Probablemente por ello, en estos días son pocos los creadores que se plantean dedicar un producto a ese género y precisamente son las plataformas de descarga las que reciben algunas apuestas nuevas (otra vez: pocos recursos). Sin embargo, casi nadie se ha planteado usar los avances técnicos en pos de imaginar nuevos rompecabezas, sino más bien los han dedicado al inundado género de la acción realista. Vaya, en el ejemplo que nos ocupa, resulta tan curioso ver cómo se han aplicado las físicas Havok a un puzle como pensar en que nadie lo ha pensado antes. Pero lo que realmente hace a este género inmortal es esa fórmula mágica: simplicidad más progresión en el aprendizaje es igual a adicción sin límites. Veamos cómo Boom Blox ha conseguido colarse entre esos puzles que se recordarán por lo bien que funciona esa fórmula. Y cómo lo ha hecho entre los mejores juegos de Wii.

De repente, cuando llevas una horita (¿pero no eran cinco minutos?) jugando a Boom Blox, descubres que Spielberg tuvo una idea genial y que quizás estés presenciando otra faceta del aclamado director, que ahora resulta que también es bueno inventando juegos. Porque nadie antes vio Wii (Wii Sports, en este caso) y dijo "Mmmm, esto de que reconozca los movimientos podría ir bien con una física realista... y además se podría aplicar a algo para todo el mundo". Efectivamente, Boom Blox es un juego de construcciones, de destrucciones, de "Jengas", de pensar o de intentar, de jugar en el sentido más remoto de la palabra, que se hace único en Wii gracias al mando usado con inteligencia y gracias a unas físicas excelentes. Esas son sus dos bases. Y esa “jugar en el sentido más remoto de la palabra” es su treta para que caigas enganchado sin saber muy bien la causa.
Todos hemos jugado de pequeños con aquellos bloques de madera de colores (en mi casa se llamaban "Arquitectura"). Pues Boom Blox comienza por la parte más divertida (¡destrozarlo todo!) y termina por la inicial (montar lo que queramos) pasando por retos de precisión e inteligencia. Es interesante comenzar por el modo "Explorar", una sucesión de pruebas divididas según el tipo de bloque que las componen, que sirve para descubrir las propiedades de éstos mientras se aprenden las formas en las que se puede interactuar con ellos y van surgiendo otros métodos para manejarlos. Es decir, es un repaso del funcionamiento de los bloques de piedra (o de cristal más bien), de los dorados de puntos, de los fugaces que desaparecen, de los soberbios químicos que explotan al tocarse, de los devastadores bomba... a la vez que se van presentando la bola de béisbol, la pelota de goma, la bola de bolos, la mano, la manguera y muchas más formas de control, todo durante montajes diseñados por el equipo de EA que no sólo varían excelentemente entre sí, sino que son una pista para inquietar el intelecto del jugador y que se inspire para crear desde cero en el futuro mil y una invenciones propias.