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Another Code: R - Más allá de la memoria

Tras sus exitosas aventuras gráficas de DS y su trabajo en Little King’s Story, Cing prueba suerte en su género fetiche con Another Code, el juego que lo inició todo. ¿Será Más Allá de la Memoria un título digno de recordar o algo para olvidar?

Another Code R: Más allá de la memoria - Análisis

Desarrollo del juego

La partida comienza con una Ashley de 16 años (dos años mayor que en su anterior aventura) aficionada a la música que hace tiempo que no ve a su padre, Richard Robins, inmerso en su trabajo en J.C. Valley. Él, como su difunta esposa, es un científico especializado en el campo de la memoria que ha empezado a trabajar en el centro de investigación situado en Lake Juliet y tras seis meses pide a Ashley que vaya a un camping familiar organizado por su empresa; algo que no hace mucha gracia a la chica de pelo blanco porque ya tenía planes.

Nada más empezar el juego aparece el DAS (Dual Another System), un aparato con forma de DSi inventado por Richard. Este aparato será fundamental a lo largo de la partida, y hará las veces de menú de pausa. Con él mandará mensajes a su hija, se podrán tomar fotos y superponerlas (lo que será necesario en algunos puzles), guardar la partida o en un determinado momento acceder a las cámaras de seguridad. Se agradece también la inclusión de un resumen de la historia por capítulos y especialmente una pestaña de relaciones entre los personajes, que al final de la partida prácticamente estará completa con el resumen de cada uno y los lazos que los unen.

 

 

En cuanto llega a Lake Juliet, Ashley comienza a recordar que estuvo allí hace trece años con su madre, y durante toda la partida recordará continuamente escenas de su anterior estancia. Más adelante conocerá a un chico llamado Matt, que se ha escapado de su casa buscando a su padre desaparecido hace cinco años allí. Ambos entablarán una amistad y buscarán pistas juntos sobre el padre de Matt mientras Ashley va recordando cosas, siendo esas las dos principales líneas argumentales (de las cuales salen otras menos importantes).

Ashley contará a lo largo de la aventura con un amplio inventario, aunque hay varios objetos que no se usan para nada (o que son opcionales) y muchos que se quedan tras usarlos, por lo que aunque al final de la partida la pantalla esté casi llena de objetos solo harán falta un par de esos, el resto habrá que seguir encontrándolos. Junto al DAS, el más recurrente es el TAS (True Another System), un dispositivo con forma de mando de Wii que habrá que usar para abrir cerraduras, para lo que habrá que pulsar combinaciones de botones (entre las que están algunas de las más imaginativas vistas hasta la fecha).


El gran punto fuerte de Another Code R, junto al diseño artístico, es la duración. La precuela estaba bien, pero su extremadamente corta duración lo hacía poco recomendable de cara a comprarlo de primera mano. Se ve que han aprendido la lección, ya que la partida durará más de diez horas (al que escribe estas líneas, catorce aproximadamente). La historia se divide en nueve capítulos más el prólogo, y al final de cada uno (como en sus anteriores obras) habrá que resolver una pequeña ronda de preguntas y respuestas sobre lo sucedido en el capítulo para comprobar que te quedas con lo sucedido.

No es un juego muy difícil, aunque se nota el aumento de la curva de dificultad al final y lo más probable es que se atraganten un puzle o dos a lo largo de la partida. Casi nunca se obtienen pistas si no se consigue resolver un problema en numerosas ocasiones, y cuando sí hay alguna lo cierto es que no son de extrema ayuda. Un pequeño detalle molesto es que en varias ocasiones hay que mantener una posición con el mando de Wii o algo parecido, por lo que puedes pensar que no estás haciendo un puzle bien cuando en realidad esperando un rato acaba solucionándose.