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Lo que supone Xenoblade Chronicles 3D

¡Éste es el poder de Monado!

La impaciencia nos está matando. Guardada tengo en el cajón mi vieja Monado, esperando como agua de mayo (o, más bien, de 2 de abril) poder volver a recorrer los parajes de Bionis con el relanzamiento de Xenoblade Chronicles para New Nintendo 3DS. Será mi segunda vez y ojalá pudiera olvidar todo lo que disfruté de la primera, allá por 2011, cuando no sabíamos nada de él. ¿Shulk? ¿Quién es ese rubio tirillas? Y ahora lo veo, con mucho orgullo, repartiendo como el que más en Super Smash Bros... Mucho ha pasado desde entonces, pero ya no queda nada para poder disfrutar de Xenoblade Chronicles 3D, el relanzamiento de uno de los mayores hitos en la historia del RPG japonés, que nos servirá para calentar mientras esperamos a Xenoblade Chronicles X, su prometedora secuela espiritual.

Para los que no recordéis muy bien qué tipo de juego era Xenoblade Chronicles o para aquellos, insensatos, que todavía no lo habéis jugado, cabe destacar que uno de los mayores méritos del juego de Monolith Soft fue combinar de forma totalmente natural dos modalidades de RPG que parecían incompatibles entre sí. No fue el primero en intentarlo, ya que años antes había salido Final Fantasy XII con una propuesta similar pero que se quedaba a medio camino, pero fue Xenoblade Chronicles el que consiguió aunar la tradición occidental con la japonesa. ¿Que cómo lo hizo?

Los parajes de Xenoblade Chronicles son, amplios no, enormes y se puede visitar todo aquello que ve en la lejanía. ¿Una montaña aparece dibujada en el horizonte? Nada a lo que Shulk y compañía no puedan llegar. Por el camino, los combates se suceden de forma dinámica y sin interrupciones. Vemos a los enemigos deambular por el escenario haciendo sus cosas, con un pequeño aviso de si son hostiles o no, de su peligrosidad y de cómo nos pueden detectar. Cuando entramos en combate, controlamos a un personaje que ataca de forma automática mientras lo posicionamos en el escenario. Él se encarga de realizar los ataques normales, pero en nuestra mano está el uso de las diferentes habilidades, llamadas artes, y su efectividad depende en muchos casos de su posición con respecto al enemigo.

Podemos también interactuar con nuestros aliados, que pueden ser hasta dos, aunque no controlarlos de forma directa. De esta forma, el combate en Xenoblade Chronicles es fácil de aprender, pero difícil de dominar, y nunca se convierte en algo automático de lo que nos podamos desentender como sucedía con Final Fantasy XII. Este sistema está heredado directamente de los juegos de rol occidentales, especialmente los MMORPG, y de ellos también toma prestado el sistema de misiones, que nos ayudará a conseguir objetos especiales y mejorar la relación entre nuestros personajes.

Xenoblade Chronicles sacrifica por el camino los típicos objetos de curación, que serían de haber totalmente irrelevantes ya que los personajes se curan solos después de cada combate, y las mazmorras. En lugar de éstas tenemos las grandes extensiones de tierra ya mencionadas y, muy de vez en cuando, alguna cueva. En general, un escenario de Xenoblade Chronicles lo mismo puede contener un lago, un bosque, una montaña o incluso una ciudad. Se reduce el número de núcleos urbanos con respecto a un RPG tradicional pero se gana en profundidad y, en fin, el resultado es tan bueno que convierte a Xenoblade Chronicles en uno de los mejores RPGs japoneses de su generación.

Porque, a pesar de haber asimilado muchos conceptos de los RPG occidentales, la magia oriental sigue ahí. La acción se desarrolla según los cánones de las aventuras japonesas, con sus personajes histriónicos y carismáticos que bien podrían haber sido sacados de cualquier manga. No faltan tampoco los esperados giros argumentales inesperados, ni tampoco las escenas de fan service que tanto justan en las tierras del sol naciente. Es más, Xenoblade Chronicles integra un sistema de afinidad entre personajes bastante profundo en el que todos y cada uno de los aspectos del juego interviene. Cuanta más alta sea entre personajes, mayor será su efectividad en combate y, además, tendremos acceso a diferentes conversaciones especiales para cotillear un poco sobre sus vidas privadas. Todo ello mientras formamos parte de la espantosa guerra entre los habitantes de Bionis y los de Mechonis, los dos titanes fallecidos cuyos cadáveres son el escenario en el que se desarrolla la aventura.

Todo esto se ha llevado de forma magistral a New Nintendo 3DS, potenciando la sensación de inmersión gracias al 3D que, como ya anticipamos, parece una ventana abierta al mundo de Bionis y Mechonis. Parte del HUD (Heads-up Display, o indicadores de juego) se ha llevado a la pantalla táctil para liberar espacio de la superior para garantizar así una buena vista. Se ha incluido también un visor de modelos, al que se accede desde la galería de personajes, en el apartado colección del menú. Los diferentes modelos se consiguen vía Street Pass (o con las monedas que consigues mediante pasos) y no traen ninguna información relevante, aunque nos permiten verlos desde todos los ángulos posibles. También se ha incluido una gramola cuyas canciones se desbloquean también usando Street Pass. El amiibo de Shulk también servirá para estos propósitos pero, en este caso, la pregunta es ¿serás capaz de encontrarlo en una tienda? No es casualidad que sea uno de los más demandados por el público.

Lo que sí es una lástima es que el deseado bestiario no se haya añadido al final, lo que hace que este relanzamiento en New Nintendo 3DS arrastre uno de los pequeños fallos del original y que todos esperábamos ver solucionado. Pero, bueno, parece que para disfrutar del juego perfecto todavía tenemos que esperar al lanzamiento de Xenoblade Chronicles X, secuela de este gran juego en la cual sí se incluye el mencionado bestiario.

Xenoblade Chronicles para New Nintendo 3DS es una oportunidad de oro para que todos los poseedores de la nueva portátil puedan disfrutar de uno de los mejores juegos que se han hecho nunca para videoconsola. Es cierto que hay cosas que se podrían haber mejorado, pero lo que no se puede negar es que el juego de Monolith Soft es un auténtico espectáculo para nuestros ojos y oídos y que todavía parece milagroso que esta obra maestra cupiese en la modesta Wii y quepa ahora en la pequeña New Nintendo 3DS. En definitiva, mi vieja Monado espera en el cajón impaciente por mostrar de nuevo su verdadero poder el 2 de abril, que es cuando Xenoblade Chronicles 3D será lanzado en Europa.