Portada » Artículos » Opinión » Fire Emblem Fates: ¿Tres juegos o el saca cuartos definitivo?

Fire Emblem Fates: ¿Tres juegos o el saca cuartos definitivo?

Ayer se demostró en el Nintendo Direct que cabía en un solo cartucho.

Fire Emblem Fates, el nuevo juego de Intelligent Systems para Nintendo 3DS, ha estado envuelto desde su lanzamiento en polémica. Primero porque cuenta con dos campañas que son historias paralelas y, además, la “verdadera historia del juego” se vende como un DLC de pago aparte. Por lo tanto, tenemos un solo juego, Fire Emblem Fates, dividido en 3 trozos, Birthright, Conquest y Revelations. Hay quien defiende esta decisión, no voy a ser yo, alegando que se trata de juegos independientes. Sin embargo, ¿cómo de independientes pueden ser tres juegos que en el fondo son y se venden como si fueran el mismo?

¿Cómo de independientes pueden ser las tres versiones de Fire Emblem Fates?

La respuesta, a mi modo de ver, bastante clara, es que sólo se pueden diferenciar en la historia. El sistema de juego ha de ser el mismo para las tres ediciones, lo que implica que el núcleo del juego, lo que de verdad lleva tiempo y esfuerzo de desarrollo, es compartido. Tenemos las mismas reglas internas, el mismo contexto histórico para todos los personajes, el mismo motor gráfico, la misma música... Sólo cambia, como ya hemos dicho, la historia.

Cambiar la historia implica, por supuesto, nuevas secuencias de vídeo, nuevos diálogos y, aunque no necesariamente, modificaciones en los escenarios. Es decir, hacer dos campañas totalmente diferentes, como podíamos disfrutar en títulos como Warcraft 1, 2 y 3; Starcraft; TZAR y otros muchos referentes de la época dorada de los juegos de estrategia. Cierto es que Starcraft 2 ya empezó la moda de dividir la trama en tres juegos separados (lanzados en años diferentes) y que sólo con el primero fue consecuente con el precio, pero Nintendo no había hecho nunca nada parecido.

Sin embargo, si en algo se ha caracterizado Intelligent Systems en esta generación ha sido porque sus juegos han sido pioneros en introducir las prácticas más controvertidas del resto de compañías. El primer juego en incluir DLCs de pago con historias adicionales fue Fire Emblem Awakening. En este caso, eran meras expansiones y el golpe no fue en realidad excesivamente duro, pero sí que sentó las bases de lo que vendría después.

Hablamos de Fullblox, el primer juego que puso en la práctica la atroz estrategia del Free to Start. Desde mi punto de vista, un buen ejemplo de cómo hacer un Free to Start y dejar contento al personal es el de SquareEnix con su Bravely Second: The Ballad of the Three Cavaliers, que casi es un juego por sí mismo pero te deja con ganas de hacerte con la edición completa, End Layer. Con Fullblox no pasa lo mismo ni por asomo. Juegas un par de puzles y, en seguida, el juego te está instando desde dentro a que compres los diferentes paquetes que, además, no son juegos independientes, sino los distintos niveles de dificultad. A mí me pareció tan insultante que le puse un punto y final a la saga en mis consolas, pero eso ya es personal.

Con estos antecedentes, desde luego, sorprende menos que haya sido Intelligent Systems la encargada de vendernos como juegos independientes y, probablemente, a precio completo las diferentes partes de la trama. Por un lado, tenemos las dos campañas iniciales y, como guinda, el final del juego se nos vende aparte. Y no solamente es el final, sino que además es la historia canónica, la que de verdad cuenta. Las anteriores son, por así decirlo, milongas.

A uno le puede venir a la cabeza la saga Pokémon, experta en vendernos dos o tres ediciones del mismo juego. Sin embargo, no es un caso comparable ya que las distintas ediciones de una misma generación de Pokémon son, en realidad, el mismo juego y sus diferencias existen, simplemente, para fomentar el uso de las funcionalidades multijugador del cartucho, desde intercambiar criaturas hasta combatir con amigos o desconocidos. No creo que en Fire Emblem Fates podamos intercambiar personajes con los poseedores de la otra edición. ¿O sí?

A la defensa de la decisión de dividir Fire Emblem Fates en tres partes, se dice que cada uno de los juegos aporta el mismo contenido aproximadamente que Fire Emblem Awakening y que del desarrollo de cada uno de ellos se han encargado subdelegaciones del estudio diferentes. Sin embargo, el juego es el mismo y no dejan de ser campañas distintas, contenidos que hace unos años venían incluidos en el mismo cartucho. Bueno, si te compras la edición especial vendrán incluidas en el mismo cartucho, sí, ¿pero a qué precio?

Aquí yace el quid de la cuestión. ¿A qué precio? Desde mi punto de vista, sólo podría justificar medianamente esta decisión si se fuera consecuente con el precio, es decir, si se vendiera cada una de las diferentes partes a precio algo reducido y la edición completa costase como un juego de sobremesa. En cualquier otro caso, me parece una práctica de bastante mal gusto y no es la primera vez que Intelligent Systems se encarga de introducir abusos al jugador. ¡Miedo me da lo que pueden hacer con Papel Mario Color Splash!

El embrujo de Fire Emblem Fates

A pesar de todo, o quizá precisamente sea por esto por lo que me duele tanto, Fire Emblem Fates me parece uno de los juegos más prometedores de este año 2016, incluso con la incomprensible censura de Nintendo of America (que daría para otro artículo aparte, mucho más cargado de odio). El estilo artístico tanto de éste como de Awakening es digno de admiración y, en cierto sentido, me da lástima de que no sea usado para crear un juego de mayor envergadura en una consola de sobremesa, sea Wii U o la futura NX. Deseos aparte, ¿a vosotros qué os parece el troceo de Fire Emblem Fates?