¿Erró Capcom dejando ir a Inafune, Mikami y cÃa?
El ruido de Mighty No. 9 hace pensar que sí pero el “exilio” no garantiza el éxito.
Aunque lo primero que se te puede venir a la cabeza al pensar en la cancelación de Mega Man Legends 3 y el rotundo éxito de Mighty No. 9 es que Keiji Inafune se debe estar riendo a mares de Capcom, en realidad para él debe ser una situación triste. Ha tenido que abandonar a uno de sus personajes más queridos para poder continuar adelante y está presenciando cómo la compañía en la que estuvo tres décadas pierde cualquier atisbo de personalidad. Y lo peor de todo es que sigue siendo Capcom quien mueve el capital y él tiene que buscarse las habichuelas cada día porque salir con gloria no asegura vender millones.
Es prácticamente incomprensible que una de las empresas con más talentos de la industria japonesa del videojuego se haya vaciado en tan poco tiempo, en tan solo una generación. Uno tras otros, los talentos que dieron origen a los juegos más vivos de la consola entre finales de los noventa y principios de los dos mil han desfilado. Lo más gordo fue el cierre de Clover Studios porque quedarse sin Atsushi Inaba, Hideki Kamiya y Shinji Mikami de golpe es algo difícil de asumir. Cuando lo dejó Inafune todo se volvió oscuro y Yoshinori Ono, Shu Takumi y Riozo Tsujimoto cargaron con toda la responsabilidad.
Mega Man, Devil May Cry, Okami, Resident Evil, Dead Rising, Viewtiful Joe, Onimusha... quienes tuvieron esas ideas, quieren dieron forma a esos juegos y a sus universos, los talentos creativos han decidido salir de una de las grandes para seguir su propio camino. Ahora hay que buscarles en Platinum Games, en Tango, en Comcept, asociados a editores como Nintendo, SEGA, Konami o Marvelous, o intentándolo en solitario como acaba de hacer Inafune. Precisamente la libertad que están encontrando para sacar adelante proyectos es una bandera que todos han ondeado tras salir de las oficinas de Osaka.
No es solo el talento, su imagen también se hunde. Capcom se ha quedado sin sus diseñadores más conocidos y a día de hoy las caras, los nombres, también sirven para vender videojuegos en esta sociedad mediatizada y sobre-des-informada.
Pero salir del nido no es una aventura sencilla. Mikami apenas ha rozado el éxito desde que va por libre. Primero creó Vanquish desde dentro de Platinum Games tratando de ir a la moda de los juegos de tiros y luego se unió a Goichi Suda en Shadow of the Damned: dos fracasos en ventas. Ahora está a punto de sacar otro juego propio, The Evil Within, producido por Bethesda, con el que podría resarcirse.
En cuanto a Platinum, su corta historia ha sido un carrusel de sensaciones en el que su derroche creativo no consigue cuajar con el público. Tan solo Bayonetta, que fue un producto estrella de SEGA, ha logrado unos números notables. Han tenido en sus manos el nombre de Metal Gear y no han llegado al millón de copias, y del resto ninguno ha alcanzado ni el medio millón. El último golpe, The Wonderful 101, un exclusivo de una Wii U necesitada que ha tenido un altísimo presupuesto y que se va a quedar como el resto, en juegos nicho.
Poco se puede decir aun de Inafune porque ha empezado suave, con juegos para móviles, un pequeño cameo en Nintendo 3DS y un Soul Sacrifice que solo ha tenido una buena acogida en Japón quizá por la plataforma escogida, Vita. Si este grupo de talentos “exiliados” quiere demostrar que Capcom se equivocaba, Mighty No. 9 tiene que ser un pelotazo. En tan solo tres días ha logrado recaudar cerca de un millón y medio de dólares en crowdfuning, todo un éxito en videojuegos, así que parece que va el buen camino. También deben llevarse algo más que palmas The Evil Within y Bayonetta 2.
Mientras tanto, Capcom seguirá haciendo Resident Evil 9 y Monster Hunter 6, que venderán millones de copias cada uno sean buenos o no. Y como empresa, quizá, lleguen a pesar que ellos tenían razón porque en los negocios, el beneficio es lo primero.
::¿Qué opinión te merece la situación de Capcom y sus extrabajadores?::
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