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¡Versus! Ronda 7: ¿Ha sido un buen E3 para Nintendo?

¡La lucha llega a Los Ángeles!

Parece mentira pero ya ha pasado como un huracán el E3 y aún hay que reflexionar sobre todo lo mostrado. No es la primera vez que me ocurre. Reconozco que, al igual que muchos, aún no he superado el “triplete histórico” que presentó Sony al mundo el año pasado en el E3. Son perfectamente lícitas las opiniones que claman aquello de que todo lo mostrado entonces era humo o que tan solo The Last Guardian puede considerarse un exclusivo de la compañía pero, ¿y qué?

Bajo mi punto de vista hay dos E3: el del show, la mercadotecnia exacerbada, el hedonismo desmedido; y el de los juegos a pie de calle, el que tiende la mano a los jugadores con productos tangibles aunque renuncien a la espectacularidad. Ambos modelos pueden y deben convivir, y aunque el tiempo ha demostrado que se puede subsistir sin lanzamientos a corto plazo, no ocurre lo mismo sin ilusiones.

Así llegamos a esta edición y si me pidieran un titular sería algo como “Sony y Nintendo salvan el E3 del conformismo”. No quiero que nadie se eche las manos a la cabeza, pero es innegable que Electronic Arts no ha sido capaz de cumplir las expectativas y volvió a salir del paso con vídeos documentales de su equipo trabajando en títulos que aún no saldrán al mercado. Bethesda por su parte estuvo correcta, sí, aunque hace falta más que una cinemática de Quake Champions y Skyrim HD para cautivar a la audiencia.

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La sensación general a medida que avanzaban las conferencias era desoladora. El espejismo que vivimos el año pasado se deshacía ante nuestros ojos y más allá de la acertada presentación de Ubisoft (a Aisha Tyler hay que quererla), hay que hablar brevemente de Microsoft. Quizás no hemos estado ante un E3 histórico, pero sí hemos presenciado un cambio de paradigma en el mercado de las consolas. La presentación de Project Scorpio confirma el fracaso de la generación y la idea de anunciarlo con más de un año de antelación es una decisión poco comprensible. ¿Quién se va a comprar Xbox One S si sabes que se quedará obsoleta en poco tiempo?

Y si alguna compañía ha hecho sus deberes por segundo año consecutivo ha sido Sony. En poco más de una hora presentaron una tralla de juegos sin apenas charlas y una orquesta en directo que desde aquí impongo que todas las compañías utilicen en los próximos años. ¿Hubo mucho humo? No lo sé. Lo que sí tengo claro es que llevar a escena a Hideo Kojima gritando “I´m back!”, presenciar el regreso de Crash Bandicoot (aunque sea con un diseño hasta arriba de estupefacientes) o contemplar el tráiler de Resident Evil VII con claras reminiscencias al difunto P.T son momentos que pusieron al teatro en pie.

¿Y qué pasa con Nintendo? Ay, Nintendo, Nintendo… Primero abandonaron las conferencias, luego los Nintendo Direct y ahora directamente hacen el Treehouse y ya está. Fue la última y todos estábamos expectantes por presenciar el recién bautizado como The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Como curiosidad cabe decir que la última noticia que tuvimos de Satoru Iwata antes de su repentino fallecimiento fue que habían tomado cuenta de las críticas y actuarían en consecuencia de cara al E3 de este año. ¿Qué ha ocurrido? Pensaría que quizás han escarmentado de tanta exposición mediática y de un público en ocasiones demasiado inconformista, pero no puedo evitar pensar que la realidad es que no tenían suficiente material como para llenar una hora y media de Direct.

Por otro lado, me preocupaba haber estado durante años teniendo como única referencia del juego un pequeño gameplay mostrado en un televisor al fondo de una sala y de repente estar expuesto a horas de contenido en un Treehouse. Ya no es solo por la evidente saturación y la falta de un punto medio, sino porque no creo que sea un juego idóneo para mostrar en este formato. Sin embargo, me equivoqué. ¡Qué 8 horas viendo gameplays más bien invertidas!

The Legend of Zelda ha pegado el estirón. Las referencias a The Witcher, ICO e incluso Dark Souls (atención al detalle de mostrar el nombre y la vida del jefe de turno) denotan que tras el juego se encuentra un equipo más joven y la inestimable ayuda de Monolith Soft. Link ahora puede cocinar, escalar montañas, obtener armas de sus enemigos y responde a los efectos de la climatología dinámica. No sé vosotros, pero para mí esto es un sueño hecho realidad.

En cuanto al apartado artístico siempre he pensado que este estilo encaja más con la saga que uno más realista. Breath of the Wild es un cuento que perfectamente podría haber firmado el Studio Ghibli y no en balde para gran parte del público asistente se convirtió en el juego del E3. Eso sí, me preocupa lo vacío que están los escenarios aunque Aonuma lo justifique a no querer hacer spoilers. Además, la tasa de imágenes por segundo no es todo lo estable que debería. No son asuntos graves si consideramos que tienen casi un año por delante, pero hay que ser objetivos.

Esto es todo lo que ha dado de sí un E3 con pocas sorpresas pero con las suficientes como para seguir creyendo en la industria y esperar con ansias a que llegue marzo de 2017 para volver a ser el héroe de verdes ropajes. Ah, ¡y que salga una edición coleccionista ya!