CronologÃa de Mario (I)
Todo juego tiene una historia, pero sólo uno incluye champiñones.
Todos hemos disfrutado de los videojuegos de Mario en todas las plataformas de Nintendo. Desde los salones recreativos con Donkey Kong hasta la última incursión en Mario y Sonic y los Juegos Olímpicos de Londres, Mario siempre se ha caracterizado por tener múltiples talentos, ya sea enfrentándose a monos secuestradores, a monarcas lagartos y su prole demoníaca, o bien jugando al fútbol, ejerciendo de juez de silla o salvando vidas con una bata de médico. Mario es el verdadero hombre del Renacimiento y todos los nintenderos nos hacemos dos preguntas: ¿hasta dónde llega su genio? y ¿cómo consigue hacerlo todo?
La respuesta está en el siguiente manuscrito. Es el secreto mejor guardado de Nintendo, aquel que permanece en un baúl bajo siete llaves, metido en un saco con siete candados, dentro de una caja con una cerradura de siete pernos y protegido por una hidra de siete cabezas, en el sótano de un castillo de siete mil habitaciones con un foso de siete metros de ancho lleno de lava ardiente. Lava ardiente ácida. Con cocodrilos. Cocodrilos venenosos. Siete cocodrilos venenosos y radiactivos. Lo que estáis dispuestos a leer es un tesoro arrebatado a una de las compañías más celosas de su intimidad que existen y es depositario de un conocimiento que harán que no volváis a ver a Mario con los mismos ojos. Gracias a nuestro infiltrado, Israel Ramos (Beregord), podemos compartir con todos vosotros la... Cronología (no oficial) de Mario.
Muchos goombas han muerto para traer esta información.
Los comienzos.
Todos tenemos comienzos humildes y Mario no iba a ser menos. Era un fontanero que sobrevivía en las calles de Brooklyn junto a su hermano, Luigi. Un buen día tuvo que enfrentarse al problema al que tarde o temprano a todo hombre llamado a hacer grandes cosas le surge: rescatar a su novia de las garras de un mono gigante. El simio en cuestión se encaramó en lo alto de una obra y arrambló con todos los barriles que los pobres trabajadores usaban para encender las hogueras en las frías mañanas de enero. Mario, que ante la prensa decidió usar el pesudónimo de Jumpman, derrotó al gorila y salvó a su novia. Este acontecimiento tuvo muchísima repercusión intenacional y los periodistas que se hicieron eco de la noticia se contaron por centenares.