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Zelda II: The Adventure of Link

El Zelda de los experimentos.

Zelda II: Adventure of Link - Retroanálisis - Análisis

Zelda II: The Adventure of Link es el ejemplo más claro de que Nintendo no tiene ningún tipo de reparo en coger una fórmula que funciona, desmontarla, y hacer algo completamente nuevo. Y con Zelda, nada menos. Vale, por aquel entonces sólo había habido un juego de la que hoy es una de las sagas más importantes de Nintendo, pero en su favor hay que decir que ese primer juego fue legendario para su época, instaurando una serie de novedades que dejaron a todo el mundo con la boca abierta.

Pero ahí tenemos a este Zelda, el de los experimentos, una rareza dentro de la saga y que, lamentablemente, no alcanzó la calidad de su predecesor y se le atragantó a muchísimos jugadores. Y es que la gente esperaba una segunda parte al uso, de esas que usan el calificativo `más´ para aplicarlo a todos los apartados. Sin embargo, Nintendo se destapó con un título completamente renovado, que poco tenía que ver con su primera parte salvo en unos detalles básicos.

Zelda II retronanálisis 

Zelda se hace épico

Los servidores de Ganon buscan la forma de resucitar a su señor. Link, el joven héroe que salvó el mundo y reunió las partes de la Trifuerza de la Sabiduría, ve ahora cómo aparece en su mano la marca de la Trifuerza, lo que lo marca como a un héroe aún más grande, destinado a más cosas. Una nueva princesa Zelda, la primera de todas ellas, permanece dormida en un antiguo templo y es la única capaz de enfrentarse a la amenaza que se cierne sobre el reino. Es el deber del jugador reunir las diferentes gemas, ocultas en mazmorras, a fin de despertarla de su letargo.

Un cuento clásico que aquí abandona la mecánica pura y dura de aventura y exploración e incorpora muchos más elementos roleros. Comenzando con un sistema de subida de experiencia con el que se podían mejorar ciertas estadísticas del personaje, la inclusión de movimientos especiales que se podían aprender, numerosos pueblos donde hablar con habitantes que daban muchas pistas sobre el mundo y un sistema de combate que no tenía nada que ver con la vista cenital de su predecesor y que ahora adoptaba el scroll horizontal y permitía el uso de hechizos mágicos.

Hyrule ya no era un erial, un lugar relativamente pequeño y vacío. Ahora, Link se movía en un mapamundi y se podía ver mucho mejor la geografía del reino de Hyrule. Había ríos, montañas, cuevas, caminos, llanuras… ypueblos. Una de las novedades más importantes fue incluir asentamientos y habitantes con los que el jugador podía hablar y recopilar pistas sobre adónde ir, no dejarlo todo a la libre exploración.

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Combates en 2D

Posiblemente el mayor cambio de todos fuera el sistema de lucha. Si caminábamos por el mapa podían aparecer enemigos. Tocarlos significaba cambiar de pantalla y acceder a un pequeño escenario de combate en el que la vista cambiaba a scroll lateral. Esta vista era idéntica a la del interior de los pueblos y de las mazmorras, que dejaron de contar con mapas y brújulas y eran mucho más laberínticas. Link sólo tenía su espada y su escudo (y posteriormente algún hechizo) para derrotar a los enemigos. Los había sencillos, como los chu-chus de toda la vida, aunque también aparecían criaturas más peligrosas, armadas al igual que Link, contra las que había que tener muchos reflejos y saber cómo usar el escudo para defenderse.

Los cambios no gustaron demasiado y, de hecho, Zelda II: Adventure of Link es único en la saga. Adolecía de una alta dificultad y de ser un pelín monótono, además de que se eliminaron casi todos los puzles de las mazmorras, lo que quitó parte del encanto al juego, demasiado centrado en los combates. Además, estos podían convertirse en un verdadero infierno y eso ya en su tiempo. Hoy en día es un hueso durísimo de roer para el jugador medio.

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Zelda II: Adventure of Link sigue siendo un juego de Zelda, no obstante, y no se puede decir que fuera malo. Sólo supuso un cambio demasiado radical y las expectativas que había sobre él no se cumplieron. Su mayor lacra fue su excesiva dificultad y que fuera incapaz de conectar con el jugador. Un experimento que queda ahí, un símbolo de que Nintendo, por tocar y cambiar, lo hace con sus sagas más emblemáticas sin que le tiemble el pulso.

¿Qué recuerdos tienes de Zelda II: Adventure of Link?