Winter Sports 2012: Feel the Spirit
Independent Arts nos trae los juegos de invierno directamente a nuestro salón.
Winter Sports 2012 Feel the Spirit - Análisis
Mi primer impulso tras insertar el disco dentro de mi Wii fue el de huir. El menú inicial ya me revelaba que la promesa de un juego con manual y textos en pantalla en castellano había sido rota y que me esperaba un producto de segunda o quizá tercera categoría. Corrí con todas mis fuerzas hacia la puerta con la vana esperanza de la libertad, pero allí estaba el gorila que la revista para la cual tenía que escribir el análisis había contratado. Resignado, volví a sentarme en mi silla e intenté en vano buscar alguna forma de poner el juego en castellano. Finalmente, resolví cumplir mi misión de la mejor manera que el frío invierno de 2012 me permitía: jugando.
Desenterré pues mi Wii Balance Board, que había servido como esterilla a mi perro durante todos estos años en los que no me interesé por ninguno de los, seguro, muchos juegos que la usaron, y le cambié las ya sulfatadas pilas para poder jugar a Winter Sports 2012: Feel The Spirit de la manera más completa posible. Me llamó la atención que, tras avisarme que iba a necesitar nunchuk, los chicos de Independent Arts me preguntaran acerca de si iba a jugar con o sin la báscula de Nintendo. Después mostraron ante mí todo su arsenal de posibilidades. Podía hacer las pruebas de forma separada o bien siguiendo el orden predeterminado que dictaminaban las diversas copas seleccionables. ¡Incluso podía crear las mías propias! Además, contenido desbloqueable luego visible en el archivo. También encontré una opción de configuración, pero fue en vano mi intento por poner el juego en castellano. Tuve que desistir.
Las once pruebas de Ulises
El matón, de iniciales S.F., se estaba impacientando así que me lancé a realizar las pruebas. Me di cuenta que, en el modo Wii Balance Board, no tenía acceso a todas y que tenía que volver a la pantalla de inicio y cambiar el sistema de control. Una pérdida de tiempo, más molesta que otra cosa, que no impidió que probara todos los deportes. El Curling, ese juego parecido a la petanca pero en una pista de hielo, me devolvió la ilusión en este título. Se controlaba de forma similar a la prueba de bolos de Wii Sports, con algunas particularidades propias del juego, pero ampliaba de forma significativa el componente estratégico, amén de su diversión global. S. F. y yo competimos a gran nivel, pero al final tuve que dejarle ganar por miedo a perder un diente. Cabe destacar que, a pesar de contar con un editor de personajes, mi amigo no fue capaz de hacerse uno a medida debido a la alarmante escasez de opciones y a su falta de claridad en el uso. Decidí pasar al siguiente juego, total, el título a nivel visual parecía sacado de las peores pesadillas de Sony para el lanzamiento de su decana PlayStation2.
Las carreras de motos parecían divertidas pero complicadas pues se manejaban usando el giroscopio, así que decidí practicar primero en el tutorial. Lo hice dos veces, no por necesitarlo, sino porque tiene la mala costumbre de repetirse hasta el infinito si no le dices nada. Y se me olvidó la primera vez. Competí contra cuatro motos más en aquel despoblado circuito. La pantalla perdida no le impidió a S. F. mostrar esta vez su clara superioridad sobre mí, así que pasamos a otro juego. Curiosamente, el de patinaje y el de saltos con snowboard se controlaban prácticamente igual, aunque el primero permitía multijugador a pantalla partida y el segundo realizar los tirabuzones menos realistas de la historia de los videojuegos. Como novedad fueron entretenidos, pero a los dos minutos tenía ganas de volver a casa. S. F. fue muy persuasivo, así que seguí probando los demás. Mis brazos estaban cansados de agitar el wiimote, así que probé los de Ski. La experiencia fue un poco desastrosa, ya que los mandos no respondían con toda la precisión que uno desearía y acababa estampándome contra las vallas publicitarias. Tras un par de intentos, mi destreza mejoró bastante, pero siguió sin parecerme demasiado divertido. El modo de saltos se parecía al de snowboard, pero no había que hacer tirabuzones esta vez.. Volví entonces al menú principal y cambié el modo de juego. Mi Wii Balance Board estaba pidiéndome caña.