Underground.
La medicina y los videojuegos se unen en una aventura bajo tierra.
Underground - Análisis
La historia del nacimiento de Underground no es la de un juego cualquiera, sus desarrolladores, Grendel Games, pretendían que su proyecto fuese algo más que un videojuego. Por ese motivo colaboraron activamente con varios centros médicos de los Países Bajos para desarrollar un juego de puzles que pudiese ayudar a estudiantes de medicina e iniciados en cirugía a aprender las nociones básicas de las técnicas laparoscópicas. Con esta premisa inicial podría parecer que estuviésemos hablando de un juego cuya ambientación y argumento giran en torno a la medicina, pero nada más lejos de la realidad, el único nexo en común entre Underground y la microcirugía es, de hecho, el uso de dos brazos robóticos. Unas extremidades indispensables para ese tipo de cirugía y que sustentan todo el peso jugable del título.
Construye y destruye
La historia de Underground nos pone en la piel de Sari, una niña que intenta ayudar a Sw4nk, su robot mayordomo y a otros autómatas a escapar de unas minas subterráneas en las que han sido encerrados. Para nuestra desgracia, estos pequeños robots no son muy capaces de valerse por si mismos, (únicamente se dedican a buscar de forma automática el camino más rápido hacia la salida de la cueva) y dependerá de nosotros despejarles el camino para poder escapar de cada zona. Es en este punto donde entran en juego los dos brazos móviles con los que cuenta la nave de Sw4nk y Sari.
Estos brazos se controlan a través de los sticks del WiiU Gamepad, cada movimiento que nosotros realicemos con los pads se ve representado en la pantalla. Además, si acercamos los extremos de ambas extremidades en una zona concreta, la cámara hace zoom automáticamente hacia esa posición. Cada uno de estas extremidades dispone de tres cabezales intercambiables: un taladro, unas pinzas y un láser. Estas piezas se asignan directamente con la pantalla táctil y para ponerlas en funcionamiento es necesario mantener pulsado los gatillos L o R. Con estas herramientas podemos, por ejemplo, destrozar estalactitas y bloques de piedra que nos bloqueen el paso, recoger objetos para colocarlos en posiciones estratégicas, crear puentes y nuevas vías de escape, quemar enemigos temporalmente para evitar que nos dañen e incluso espolear nuestros propios robots para que se desplacen más rápidamente dándoles una pequeña descarga.
Este estilo de juego puede parecer sencillo y relajado, pero conforme avancemos en la aventura podremos comprobar como Underground empieza a complicarnos la vida con retos que requieren de más tiempo y preparación. En los niveles más complejos es necesario construir nuestros propios elementos utilizando chatarra que hay esparcida por las cuevas, cambiar los cabezales de los brazos de manera constante y rápida, transformar nuestros “inútiles” robots en ingenieros capaces de reconstruir zonas derruidas y evitar que nuestras construcciones sean atacadas por los enemigos, ya que solo resisten un numero determinado de golpes.
A pesar de ser un puzzle en sí mismo, en ciertas fases, Underground nos da también un toque de aventura. En puntos concretos del juego nos vamos a encontrar con jefes de nivel que van a poner las cosas bastante complicadas a nuestros pequeños autómatas. Estas fases hay que superarlas utilizando también nuestro ingenio y las particularidades de los brazos mecánicos. Completar el título de Grendel Games no es una tarea complicada, pero la dificultad sí que puede aumentar considerablemente si queremos reunir todos los coleccionables (minerales de Quodranita) y robots cuando acabemos cada nivel.
De las minas no sólo se extraen diamantes...
Entrando en un ambiente meramente técnico, hay que decir que Underground tiene sus luces y sombras. En primer lugar queda bastante claro que en sus inicios era un juego destinado a Wii, aunque el juego haya sido trasladado a la alta definición su potencial gráfico es prácticamente el mismo que el mostrado en aquella demo del GDC 2010, los modelados y texturas son simples incluso aunque hablemos de un juego indie de bajo presupuesto. Pese a este punto negativo, artística y conceptualmente el juego está muy bien diseñado. Los escenarios, de una ambientación bastante lúgubre, nos tendrán un buen rato pensando en cual es el mejor camino a tomar si queremos rescatar a cierto robot pero no perder minerales de Quadronita por el camino. Estos escenarios oscuros contrastan bastante con el diseño de personajes, carismáticos y más coloridos (los robots incluso recuerdan vagamente a cierto protagonista Disney de estas navidades).
Mención aparte merece la forma de introducir al jugador en la historia, a través de pequeños vídeos de gran calidad y buscando siempre la emotividad.
No obstante, si Underground tiene un punto que destaque por encima del resto es su banda sonora orquestada, que mezcla temas suaves perfectos para acompañar al jugador durante su aventura con otros más potentes que alcanzan un protagonismo casi absoluto en zonas clave de la historia (como en las escenas de vídeo) o en las fases de los jefes.
A pesar de ser un producto que ayuda a profesionales de la medicina, que presenta una forma innovadora de afrontar los puzzles, con una gran banda sonora y presentación, Underground está muy lejos de ser un producto redondo. El peculiar control escogido es un buen motivo de crítica, y aunque haya que tener en cuenta que ha sido desarrollado específicamente pensando en médicos residentes, eso no es excusa para que, en ocasiones, responda de manera irregular, especialmente al combinar los brazos mecánicos para provocar el zoom.
Otro de los aspectos negativos es la posición de la interfaz de cambio de herramientas, situada en el Gamepad, y que además de ser algo problemática por el continuo cambio entre control táctil y analógico, provoca que el juego no pueda disfrutarse en modo Off-TV. Aunque posiblemente el fallo más grave de este juego está en la inteligencia artificial de los robots, que muchas veces se quedarán esperando a que el jugador desbloquee un camino específico a pesar de haber completado otro más seguro y que permite reunir mayor cantidad de Quadronita. Sus textos en inglés y el precio (15€) son otros buenos motivos para plantearse si hacerse o no con un producto que apenas supera las seis horas de juego.