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Typoman

May the Words be with you.

Typoman (Wii U) - Análisis

Typoman llega a la eShop con la categoría de Nindie exclusivo, con una importancia muy grande en el último Nintendo Direct y, además, con descuento para todos aquellos que probaron la demo en la campaña Nindies@home. Cuenta con un diseño que puede beber de las obras de Nifflas o del éxito independiente Limbo. Typoman promete ofrecer precisión plataformera y, sobre todo, muchos momentos en los que tendremos que sacar la palabra más adecuada sin dejárnosla en la punta  de la lengua.

Una palabra vale más que mil imágenes

Los videojuegos nunca dejan de sorprendernos. La estampida indie ha provocado que el potencial de las ideas más extrañas y originales salga a la luz estos últimos años, y Typoman es un ejemplo de ello. Podríamos calificarlo de poético incluso. Estamos ante un juego de plataformas 2D con puzles donde los saltos son muy justos y deben ser medidos (seguramente será motivo de muerte en más de una ocasión), pero su verdadero potencial está en su segunda faceta: el poder de las palabras y cómo jugar con ellas usando antónimos y reordenando caracteres es algo que ofrece una experiencia única - aunque por desgracia para muchos, todo el juego está construido sobre el inglés (sería inviable traducirlo sin que todo cambiara), sin embargo los menús sí están en español.

Un universo lleno de palabras donde hasta los personajes están formados por ellas, siendo HERO nuestro protagonista y los enemigos cosas negativas como DOOM o HATE. Casi todo en Typoman está formado por palabras o son objetos que interactúan con ellas, como escaleras desordenadas que tenemos que recolocar o agua que hay que secar. Para ello, el poder de la lengua está con nosotros, a base de empujar las letras que haya por el escenario o lanzarlas y formar así la solución al problema (generalmente un verbo). Los caracteres también pueden estar en un generador, y hay que sacarlos utilizando botones en el GamePad, mando que también nos permite pulsar X y activar un mezclador para reordenar las letras a base de control táctil sin tener que hacerlo con el personaje. Esto mejora mucho el tiempo, sobre todo en situaciones de velocidad, aunque como pega se le puede achacar que todos los caracteres que se quieran ordenar deben estar unidos en la pantalla, no pueden estar separados un poco.

En general, las ideas son muy buenas y originales, utilizando incluso el poder de los antónimos para crear contrarios o palabras positivas para contrarrestar a los enemigos. Nuestro personaje carece de ataques, por lo que el poder lingüístico será su única arma o utensilio con el que realizar acciones como activar interruptores, protegerse de golpes enemigos o provocar una lluvia. Es un camino dividido en tres capítulos principales, constituidos por 47 secciones (que actúan como puntos de control), y sorprende ver cómo siempre se van añadiendo nuevas ideas, a la par que otras se van reutilizando con nuevos fines o simplemente repetir alguna mecánica, aunque nunca en abuso. Lo peor de Typoman es que te empapas tanto de él que cuando te das cuenta se ha acabado. ¿Puede ocurrir antes de lo que esperas? En un principio sí, ya que en poco menos de cuatro horas se puede llegar al final, pero todas las posibilidades que se ofrecen por el camino son enormes, por lo que más tiempo de juego quizás hubiera supuesto más repetición en la partida.

No hay alicientes de rejugabilidad ni de logros, pero se pueden revisitar todas las secciones del título por si se quiere repetir algún momento genial o mostrarlo a los amigos. Aún así, Typoman ofrece algo fresco, sencillo, directo y que hace que usemos el coco y el vocabulario de una manera nueva. Además, pensando en momentos en los que la lucidez no acompañe, hay un sistema de pistas en el que, a través de una poética frase, se nos da la sugerencia de la solución, botón que puede volver a pulsarse en caso de no tener ni idea para que directamente se nos indique la palabra que hay que usar. Si bien lo ideal es no recurrir a él, se agradece que exista esta posibilidad para evitar así que alguien se frustre innecesariamente y, sobre todo, puede resultar muy útil para aquellos que no tienen cierto dominio de la lengua inglesa.

Respecto al nivel necesario de inglés para poder disfrutar de Typoman, cualquiera que haya jugado a otros títulos en el idioma de Shakespeare y sea capaz de entender a nivel escrito por encima puede desenvolverse casi sin problemas, y sino para algo están las pistas. Eso sí, como todo en la vida, tiene limitaciones, y no todas las palabras que el juego permite crear con las letras que van apareciendo realizan alguna acción, pero es algo más que comprensible.  Sobre su apartado sonoro, efectos y música que acompañan muy bien, no se quedarán en nuestra cabeza pero suenan de tal manera que la experiencia visual y poética que se quiere transmitir llega también a través del oído.

No hay Off-TV y los tiempos de carga al morir o empezar una partida son elevados, pero en la partida todo va fluido y seguido salvo ciertas ralentizaciones que son muy puntuales y que lo mismo pueden no producirse. Le falta poco para ser de los mejores indies del año, pero de lo que no cabe duda es de que sí que es uno de los más originales y frescos que ha habido y que saca un potencial brutal que seguro que se volverá a usarse en el futuro. Un exclusivo digital de peso en la sobremesa de Nintendo y una idea digna de elogio y admiración.