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The Kore Gang

Una pandilla chapada a la antigua

The Kore Gang - Análisis

La historia de The Kore Gang es una historia triste y no es otra que la típica odisea de los juegos que, tras desarrollos largos y enmarañados, tienen encima la mala suerte de atascarse en los circuitos de distribución. 

Inicialmente anunciado como un proyecto para la Xbox original, The Kore Gang nunca llegó a las estanterías durante la pasada generación de consolas, y parecía un proyecto más destinado a quedarse durmiendo el sueño de los justos, hasta que fue anunciado su salto a la sobremesa de Nintendo, destinataria de tantos juegos procedentes de estudios pequeños y medianos. 

Aún así, la mala fortuna se encargaría de que, a pesar de estar localizado en varios idiomas, español incluido, sólo su país de origen, Alemania, recibiese el juego allá por agosto de 2010. Ha tenido que pasar más de un año para que el juego haya visto la luz en América y aterrizado en el resto de territorios europeos, entre ellos España, donde ya nos empezábamos a acostumbrar a que algunos juegos distribuidos en el resto de continente no estén disponibles (el magnífico A boy and his blob o Dokapon Kingdom son dos buenos ejemplos que me vienen a la cabeza). 

Kore Kang Análisis

La pregunta que podemos hacernos a estas alturas es: ¿Estamos ante una nueva joya maldita maltratada por la tiranía del mercado o no nos hemos perdido nada del otro mundo? 

Comencemos por el principio. La aventura de este juego de plataformas tridimensional a la vieja usanza, arranca en la majestuosa ciudad de los rascacielos, cuando Pixie, una joven aficionada a la escalada urbana, termina tras un traspié con sus huesos en el laboratorio secreto del Dr. Samuelson. Allí descubre que el brillante científico ha sido raptado por los malvados hermanos Krank, unos curiosos alienígenas que por una vez no prentenden invadir la tierra desde el espacio exterior sino de sus propias entrañas que es de donde proceden. Pixie, junto con el resto de personajes que se van incorporando a la aventura, Madboy y su mascota Rex (no entiendo el empecinamiento de los germanos con llamar a los perros con este nombre), no dudarán en salvar nuestro planeta e ir al rescate del profesor  con una de sus mejores creaciones, el traje Kore, un traje robótico que otorga a sus portadores magníficas habilidades.

Así, cada uno de los tres personajes que ocupan simultáneamente el traje del profesor Samuelson posee distintas habilidades, que van en aumento conforme superamos niveles y que nos harán usar el Wiimote en todas sus variantes conocidas (apuntar, rotar, agitar, escuchar por el altavoz...). Pixie representa la faceta atlética y junto a una mayor capacidad de salto, dispone de un gancho con el que trepar por muros y acceder a las zonas altas de los escenarios.  Por su parte, Madboy es la fuerza bruta y de él nos serviremos para golpear y lanzar proyectiles a los enemigos. Y por último, el fiel perrito Rex destaca por destrezas inherentes a la naturaleza de cualquier can, siendo capaz de seguir rastros invisibles para el ojo humano, afinar el oído para escuchar conversaciones lejanas, o simpatizar con otros chuchos a priori amenazantes.

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