Swords & Soldiers 2
Más grande, más largo y sin cortes
Swords & Soldiers II - Análisis
En exclusiva a Wii U llega Swords & Soldiers II, secuela del juego de Wiiware que más tarde fue adaptado a Wii U en HD. El vikingo Redbeard y su tropa de glotones vuelven a darnos diversión por los cuatro costados pero a qué precio.
Otra de vikingos
Este Swords & Soldiers II es, en esencia, igual que su predecesor pero con algo más de historia, de hilarante historia. Nuestro héroe de la primera entrega, el vikingo Redbeard, se unirá a su vendedor de kebab favorito, Al-Yucaneet, en la búsqueda de una lámpara mágica robada por su archienemigo, Blackbeard, que ahora trabaja para los persas, que a su vez trabajan para unos demonios. Todo muy loco. Esta será una de las principales diferencias de esta segunda parte, y es que habrá continuamente un hilo conductor y una única campaña. Si el anterior juego nos proponía unirnos a 3 bandos distintos, en este todas las facciones se entremezclan de la forma más ingeniosa (o ingeniosamente ridícula) que os podáis imaginar. En el juego pasa de todo, hay hasta una Liga de Villanos Malhechores y aparecen personajes reconocibles por todos como un marinero llamado Sinbad, y es que este es uno de sus puntos fuertes: el humor. Desde el diseño de personajes hasta las habilidades o magias, pasando por la historia y acabando en los títulos de crédito, está creado para sacarnos una sonrisa o mejor, una risotada.
Que todo sea tan animado hace que un juego de estrategia (poca) sea sumamente jugable y divertido para todos los públicos. Esto es una verdad a medias, ya que tiene una pega bastante notable: no viene traducido a la lengua de Cervantes. El anterior sí lo estaba pero no éste y, costando sus buenos 18,99 €, bien podría haberlo estado. Pero el juego tiene sus puntos fuertes, que son muchos, como veremos a continuación.
Jugando a la guerra
Coged un juego tipo Age of Empires y ponedlo en 2D, ya os estáis haciendo una idea de cómo se juega a Swords & Soldiers II. Hay que matizarlo, por supuesto, pero la base para explicar su jugabilidad es esa.
En el título que nos ocupa debemos derrotar al enemigo (el cómo a veces varía) y, para ello, debemos por lo general destruir su base antes de que él haga lo propio con la nuestra, todo ello mientras avanzamos en 2D por un camino con bifurcaciones, a las cuales podremos acceder cambiando la dirección de la flecha, como cambian las vías de un tren. Aquí solo hay una dirección, y esa es hacia delante. Así las cosas lo primero será crear peones que consigan oro o maná de las minas, ya que serán la moneda de cambio para desbloquear las unidades o hechizos que podamos ir creando. Pero hay más, y es que no desbloquearemos una nueva unidad o hechizo hasta no haber comprado antes la anterior, valga la redundancia, algo así como lo que nos encontramos en un árbol de habilidades en un RPG. Por cierto, de todo esto hay a porrillo, más que en la primera parte.
Los hechizos serán curativos, como la sanación, otros servirán para atacar, como el rayo o la bola de ovejas y otros nos darán potenciadores como escudo o más maná. Además habrá ataques especiales propios de cada héroe (una unidad con coste mayor que el resto) que deberemos afrontar como si de un minijuego se tratara. En lo referente a las distintas unidades, serán las típicas del género: las habrá rápidas y débiles, con ataque a distancia, fuertes y lentas, hechiceros y finalmente, héroes, los más caros. Las unidades de batalla pertenecerán a una de las 3 facciones (recordemos: vikingos, persas y demonios) y será el propio juego el que nos delimite con cuál de las 3 jugamos.
Sin ser esta la única novedad de este Swords & Soldiers II, sí que es la más llamativa, pero también habrá diferencias en los hechizos e incluso en la forma de superar las fases, donde incluso veremos algún pequeño puzle, que no tardaremos en solventar, eso sí. Dicen que en la variedad está el gusto, y aquí hay variedad de sobra, por lo que nos gusta.
Modos y modales
Como en la anterior entrega, los modos se resumen en 3, que son: modo historia, multijugador y escaramuzas. Del modo historia ya hemos hablado, un modo guiado mediante una divertida historia narrada en parte por uno de los guerreros de Redbeard que está de baja por las palizas que recibió en el anterior juego, con buen ritmo y una duración que podría ser mayor pero que no da la sensación de que hemos pagado de más por el producto y con una dificultad que va in crescendo hasta volverse endiabladamente difícil en sus últimos compases. Este modo cuenta además con fases de bonus, que rompen la monotonía de las batallas normales. También es aquí donde deberemos conseguir las medallas, hasta 3, recibiendo una por completar la fase en un determinado tiempo, otra por cumplir el objetivo y otra por hacer lo propio con los objetivos secundarios. La obtención de estos galardones alargará exponencialmente la vida útil del juego, si es que el modo multijugador o el modo escaramuza no lo consiguen por sí mismos.
En el modo multijugador, uno de nosotros jugará en el Wii U GamePad y el otro en la televisión, pudiendo usar cualquier mando de los que admite la consola (válido igualmente para cuando juguemos solos). Lo primero será elegir facción, pudiendo crear un ejército propio mezclando unidades de cada bando o permitir que el juego elija por nosotros al azar. Luego meteremos mano a las opciones de batalla, como puedan ser el oro inicial, el maná, el coste de las unidades o el % de daño. Y ya por último elegiremos el escenario entre más de una decena disponibles y nos echaremos a batallar. En este modo los piques están más que asegurados, lo que pasa es que, al igual que en el modo en solitario, si los contendientes están igualados, tendremos la sensación de no ganar por nuestra habilidad, sino por un descuido del contrario. Hay momentos en el juego en los que parece que todo lo que hacemos es aglutinar oro y maná como locos al inicio para luego crear unidades a tropel tan pronto como recibamos el primer ataque de nuestros enemigos. Será fundamental el saber usar adecuadamente los hechizos, pero ese toque de aleatoriedad en el resultado de la partida está ahí y queda feo.
El modo escaramuza es exactamente igual que el multijugador salvo que lucharemos contra la CPU (de nivel ajustable). Tanto este modo como el comentado anteriormente pueden ser infinitos, y al ser un juego descargable, no dará pereza iniciarlo para echarnos una partida rápida y seguir a nuestras cosas cuando hayamos acabado.
Hachazo final
Ronimo Games, creadores del juego, han sabido crear un producto con interesantes novedades respecto a su precuela pero manteniendo y mejorando la base jugable, pero sigue arrastrando los mismos fallos, como su duración o la aleatoriedad del resultado de las batallas. Swords & Soldiers II es muy divertido y muy adictivo, fácil de controlar y con una bonita puesta en escena. Es agradable para la vista, cuenta con más y mejores animaciones que el primero y la música es buena, así como los efectos de sonido del juego, pero el hecho de no llegar traducido a nuestro idioma y su, para algunos, elevado precio de salida, son dos escollos que no serán fáciles de salvar para más de uno. Sin embargo, quienes sí lo hagan, se verán recompensados con un producto lleno de cariño y con muy buenas mecánicas. Más pronto que tarde estaréis enganchados y controlando vuestro ejército como aguerridos jefes vikingos, que llenéis la tripa antes de entrar en batalla ya será cosa vuestra.