Super Robo Mouse
Ratón inalámbrico en busca de queso.
Super Robo Mouse (Wii U) - Análisis
Super Robo Mouse pone en escena a un ratón que es la mezcla de los dos que estamos acostumbrados a ver, animal y periférico, en un juego de habilidad de RCMADIAX en el que la palabra reto va a estar muy presente. Con el GamePad en mano (no acepta otro mando) vamos a enfrentarnos a uno de esos juegos que, para bien o para mal, nos va a llevar a más de una posible frustración por morir y tener que repetir secciones.
Fallar una y otra vez
Super Robo Mouse empieza directamente con la acción. Tienes 3 mundos con un total de 20 niveles en los que hay que recoger un número de trozos de queso de titanio y llegar con ellos a la salida. Todo ello desde una vista cenital en la que siempre habrá conocimiento de la posición de nuestro roedor y de las cercanías. Sólo hay que preocuparse de moverse sin tener que realizar ninguna acción extra, aunque realmente sí que hay que tener en cuenta algo más: no morir en decenas de ocasiones. No se permite usar la cruceta, y hay que vigilar que no pulsemos el botón B, a no ser que queramos salir del nivel directamente.
Uno de los puntos fuertes de este título es su capacidad de ponerte el reto en pantalla desde el primer nivel. La curva de aprendizaje está bien llevada y cuando ves los niveles posteriores te das cuenta del cambio, pero ya en la primera fase vas a encontrar la muerte seguramente. Y no será agradable, ya que al recibir un mínimo impacto con cualquier tipo de trampa tocará repetir todo el nivel. Y al principio quizás pueda no importar mucho, pero repetir niveles muy largos una y otra vez puede llegar a ser molesto. Es cierto que estamos acostumbrados a ver secciones muy complicadas en juegos como Cloudberry Kingdom o Runbow, pero el tiempo para completar un nivel de ellos es bastante inferior.
En los escenarios hay una gran cantidad de trampas que nos van a poner la cosa difícil, como torretas que disparan o sierras que salen de la pared o recorren el escenario, y otros más que se van descubriendo poco a poco. Cualquier impacto de cualquiera de estas complicaciones y adiós, a repetir el nivel de nuevo, incluso si se tenían todos los trozos de queso. La representación de todas estas trampas a nivel visual queda bien, pero no tienen ningún sonido que los acompañe (algo que podría ser una pequeña ayuda de cálculo de timing).
Hay también unos pocos “jefes” por el camino. Básicamente son fases que presentan mecánicas similares a las vistas en los distintos niveles pero que resultan frescos. Eso sí, de nuevo un toque es igual a la muerte. En conjunto, Super Robo Mouse podría ser un juego que puede completarse en un par de horas si tienes la fortuna de no morir nunca. Con todas las trampas que hay y lo fácil que es tocar alguna, existe la necesidad de hacerse un poco al control del juego. Dada la posibilidad de no percibir alguna trampa si se quiere ir medio rápido, va a ser casi imposible que no veamos el mismo nivel muchas veces.
Se ha comentado que hay tres mundos, siendo la mayor diferencia entre ellos la presentación de colores y distintas trampas (aunque la mayoría de las que van apareciendo son parecidas a las antiguas). El tipo de laberinto por el que moverse al final acaba siendo muy parecido una y otra vez, motivo por el que algún tipo de check-point o diferenciación hubiera ayudado a que repetir por muerte un nivel no se acabe haciendo algo molesto.
A nivel visual, todo es bastante resultón aunque puede dar la sensación de vacío, pero la verdadera pega es que en ciertos niveles puede haber tirones molestos. La música es machacona y peca de ser siempre la misma melodía, algo que junto con la falta de otro tipo de sonidos no ayuda mucho. Respecto al GamePad, si bien sirve para mostrar menús y el número de quesos del nivel, un mapa completo o cualquier tipo de función como el Off-TV podrían haber sido un gran añadido.
No se puede decir que Super Robo Mouse sea un juego condenado al olvido ni mucho menos, puesto que la idea base es buena y el nivel de reto es alto (aunque en varias ocasiones se tiene esa sensación de que “es el juego el que me mata, no mi falta de pericia”). Detalles como mejoras en el uso del Gamepad o en la presentación visual o sonora lo habrían hecho mejor. A pesar de todo, el resultado final merece al menos que cada uno evalúe si ese tipo de retos pueden resultarles satisfactorios.