Portada » Análisis » Super Meat Boy (Wii U)

Super Meat Boy

Al fin volvemos a encontrarnos.

Super Meat Boy (Wii U) - Análisis

Super Meat Boy es uno de esos indies que destacó en su lanzamiento y que le dio fama a sus componentes, siendo su siguiente trabajo recibido con gran interés (The Binding of Isaac). En la época de Wii fue uno de esos juegos que quisieron estar en WiiWare, pero finalmente las limitaciones del sistema de descarga de Nintendo provocaron que esa versión no llegase a ver la luz. Sin embargo, fue un “hasta luego”, y prueba de ello es que ahora llegue a Wii U años después de su aparición original en una excelente conversión de Blitworks.

Salta, muere, salta y vuelve a morir

Una de las grandes bazas con las que muchos indies se promocionan es con la vuelta “de la dificultad clásica” de hace décadas ante súper producciones que en teoría se han vuelto mucho más asequibles. Pese a que han pasado unos cuantos años desde su debut original, a día de hoy sigue fresco, con soltura, y es difícil. El que nos ocupa no es de esos plataformas que son casi imposibles, pero sí de los que tienen una alta dificultad, aunque progresiva y bien planteada. Además, los niveles extra que no son obligatorios para avanzar ofrecen todavía un reto mayor, pero dejándolo como algo que no es necesario para ver “el final de la historia”.

Super Meat Boy propone la clásica historia en la que un tío malo con avaricia y odiado por todos secuestra a la chica del protagonista, no sin antes pegarle a éste una paliza. Lleno de humor un poco “bestia”, animaciones de Newgrounds y unos cuantos cameos a otros juegos, nuestro simpático cacho de carne irá avanzando a lo largo de los seis mundos que conforman el juego (aunque luego existe uno extra adicional). Cada uno de estos capítulos, a excepción del último, se compone de veinte niveles y un “duelo contra un jefe” en el que hay que huir o esquivar los ataques enemigos.

Y por si fuera poco, cada fase tiene una versión de mundo oscuro mucho más complicada; y luego hay unas zonas “retro” de distorsión escondidas en algunos lugares que proponen un reto enorme, pudiendo en alguna de ellas desbloquear a personajes invitados de otros juegos indies con habilidades únicas, como Commander Video. Pero también hay otros que se consiguen de distinta manera, coleccionando tiritas que hay colocadas a mala idea en algunos de los niveles. Y si eres fan de los retos y de superarte, existe un tiempo par en cada nivel (a excepción de jefes y zonas de distorsión).

Y ahora, ¿de qué va todo esto? De plataformas, con acción rápida y niveles muy cortos en los que la enorme cantidad de trampas que hay que evitar con el único poder de saltar, aunque con ello puedan cogerse llaves que abren puertas, pulsar botones, resbalar y rebotar por las paredes y otras pequeñas mecánicas que se van introduciendo progresivamente. Pese a que hay personajes extras que pueden tener la capacidad de planear o “doble saltar”, Meat Boy sólo cuenta con un salto que puede regularse según el tiempo de pulsado del botón, una capacidad para correr mucho y la posibilidad de dejarse resbalar por las paredes, realizando saltos entre ellas o entre la misma pared.

Como buen juego difícil, vamos a morir una y otra vez cada vez que tengamos que acostumbrarnos a una nueva mecánica, y todo será más emocionante si somos un jugador que va directamente a por el rango A de tiempo. Pero gracias a que los niveles son muy cortos, el reto a superar no suele llevarnos nunca más de medio minuto, o incluso unos muy pocos segundos, por lo que la sensación al intentarlo una y otra vez no te penaliza tener que estar mucho tiempo en cada nivel. Además, es importante conocer bien las trampas y cómo se pueden evitar, así como también saber “aprovecharse” de ellas para que rompan cosas que nos interesen o para saber las zonas que son seguras o no. Todo un reto genialmente planteado y que deja una gran sensación. Con su dificultad alta, el tema de duración es algo que queda en la piel de cada jugador, pero la decena de horas como mínimo no se la quita nadie, siendo lo normal que haya diversión y retos por más de veinte.

A nivel gráfico, es todo muy retro y de animación flash, pero incluso a día de hoy no queda mal. Su principal problema reside en acostumbrarse a la pantalla y los escenarios, ya que puede que en cada nuevo mundo se produzca alguna que otra muerte hasta que se entienda que hay zonas “que matan”. El Off-TV le sienta muy bien al juego y también existe compatibilidad con el Pro Controller. Ahora, en cuanto a la música… un alto y un bajo. Acompaña perfectamente y tiene su tono retro y adaptado a cada nivel, pero no brilla. Y el problema es que la versión original tenía una música que era brillante, llena de guitarras y ritmos únicos que eran toda una delicia, pero las últimas versiones del juego se han quedado sin el trabajo original por discrepancias entre el equipo de desarrollo y el compositor original.

Super Meat Boy es, en definitiva, un gran juego de plataformas perfecto para sesiones cortas… y también largas. No es apto para todos los públicos, pero cualquiera que tenga soltura en el género puede proponerse completarlo sin necesidad de demasiados intentos, pudiendo ignorar el tema de la calificación y tomándoselo con más calma si es necesario. Llega tarde a Wii U y es muy probable que mucha gente interesada ya lo haya jugado, pero es un juego que engrandece el catalogo digital de una consola y que tenía que estar en la eShop.