Steel Empire
Disparando como locos
Steel Empire (3DS) - Análisis
Los juegos de disparos de avance lateral son un género que en los 90 vivió su momento de gloria con grandes clásicos como R-Type y que a día de hoy sólo sobrevive cuando de vez en cuando nos traen a la eShop alguna de estas joyas. En este caso, y tras las dudas que hacían parecer que no iba a llegar a Europa, tenemos por fin en nuestras manos a Steel Empire, el clásico juego de disparos originario de Megadrive y que también tuvo su aparición en Game Boy Advance. En este caso, y a pesar de ser originario de la consola de Sega no pertenece a los 3D Classics, sino que viene de la mano de Teyon, por lo que, ¿mantendrá la calidad de las adaptaciones que nos trae Sega? Pasemos a comprobarlo.
Orgía de disparos
Estamos en un juego de disparos de estética steampunk y lo primero que tenemos que hacer es elegir entre las 2 naves disponibles, Etopirica, un avión de guerra y Zappellon, un dirigible, siendo este segundo un poco menos ágil que el primero aunque un poco más contundente en los disparos. No supone gran diferencia en el juego, pero al menos la variedad se agradece.
Una vez nos ponemos en marcha vamos a lo básico, que es disparar a todo lo que se mueva, y ¡vaya si se mueven! en ocasiones es tal la cantidad de disparos en pantalla que más que disparar parece que estás bailando con la nave evitando que te den los numerosos enemigos con sus disparos normales, teledirigidos o bombas a la vez que intentas evitar chocar con las propias naves enemigas o esquivas las piedras que hay en el camino.
Podemos disparar y soltar bombas, éstas últimas con mucho poder destructivo pero como casi todo lo bueno, se acaban. Para remediarlo, tenemos items desperdigados por los niveles, que nos dan más bombas o vamos recogiendo unas P´s, que con cada tres nos hacen subir de nivel (hasta el 20), recoger dinero o hacernos con 2 naves adicionales que nos ayuden.
Y necesitarás coger todo lo que encuentres porque la dificultad como suele ser norma en esta clase de juegos es alta. Aunque lo podemos cambiar en las opciones, de entrada contamos sólo con 3 vidas y 1 sola continuación, siendo bastante sencillo que acaben con nosotros. No obstante, contamos con 4 niveles de dificultad aptos para todos los públicos. Con un poco de práctica acabarás dominando el nivel “Normal” pero si quieres un verdadero reto has de probar los niveles “Complicado” y “Difícil”.
Sobre todo en éste último caso sudaras de lo lindo siendo en ocasiones exagerado los numerosos disparos que pueden caber en pantalla y milagroso el poder salir con vida de ellos, sin olvidarnos de los grandes enemigos finales que cumplen el papel de ser enormes y ponernos las cosas difíciles.
Como extras, tenemos, la posibilidad de entrenarnos en cualquiera de las 7 fases disponibles y la posibilidad de ir desbloqueando logros, lo cual se agradece para picarnos con diferentes maneras de pasarnos el juego o hacerlo sin subir de nivel, por ejemplo. Y se agradece porque las 7 fases de las que consta el juego se hacen extremadamente cortas, ya que en poca más de media hora nos podemos pasar el juego. Algo ridículo para los tiempos que corren pero a pesar de ello nos picaremos por ir dominando los niveles superiores porque es un juego tan adictivo que nos deja con ganas de más.
Gráficamente, las 3 dimensiones están perfectamente adaptadas con varios planos de scroll destacando la acción sobre los fondos. Y todo ello con una música que consigue aumentar la tensión en los momentos más críticos para hacernos demostrar que tenemos nervios de acero. Al final, su escasa duración junto a su elevado precio de salida pueden echar atrás a más de uno, Eso sí, su acción frenética y su dificultad progresiva te harán disfrutar de un buen juego que engancha mientras dura.