Star Fox Zero
El espacio en tus manos.
Star Fox Zero (Wii U) - Análisis
Ahora sí, ¡a por Andross!
Una vez vayas dominando el control, toca iniciarse con el propio juego. La variedad de situaciones que vamos a vivir es lo más destacado del juego, que hará que te lo quieras pasar del tirón. Todos ya hemos podido ver las fases en Corneria que nos recuerdan mucho al original, donde se suceden los enemigos por todas partes atacándonos de mil y una formas mientras intentamos esquivar todos los elementos en pantalla para no chocar.
A este concepto ya conocido se le van sucediendo otras situaciones. Tenemos fases por el espacio exterior, en estaciones espaciales, en el desierto, en el hielo y otras que prueban nuestra habilidad de pilotaje superando obstáculos a toda velocidad, todas ellas entretenidas y bien niveladas, con montones de elementos destruibles y vías alternativas que tomar para llegar al final de cada nivel. Mención aparte merecen los jefes finales enfrentándonos a enemigos mastodónticos, de nuevo muy del estilo de la bruja de Umbra y que dan la talla también en cuanto a la dureza de los mismos, poniéndonos en más de un apuro para superar algunos.
A ello le sumamos variedad en los vehículos, ya que no sólo podemos manejar el Arwing, sino que éste se puede transformar en Walker, cual Transformer a dos patas para poder realizar misiones a pie o para introducirnos en la nave enemiga y poder destruirla desde dentro. También contamos con el ya conocido Landmaster, una especie de tanque todoterreno que también cuenta con una versión voladora, el Gravmaster.
Con el Walker nos cambia la perspectiva ya que usamos la televisión para desplazarnos por los interiores pudiendo levitar para alcanzar plataformas o lugares inaccesibles, función que también tiene el Landmaster para poder recoger objetos en plataformas elevadas aunque en este caso el control se parece más al Arwing aunque desde tierra. en todo caso, el control es perfecto cojas el vehículo que cojas.
Dejamos para el último lugar el que ha suscitado más polémica por basarse en la infiltración, hablamos del Girowing, el cual realmente es como un dron de espionaje con el que colarnos en las bases enemigas. Efectivamente el sigilo es primordial en estos casos pero para nada está exento de acción, ya que como el resto de vehículos también puede disparar y aquí nos aparece un nuevo invitado, el Direct-i, un pequeño robot que será el encargado de activar interruptores o recoger ítems y al que dirigimos con el Gamepad en vista en primera persona.
Estas fases no sólo no rompen el ritmo del juego sino que consiguen darle un gran dinamismo, ya que incluso se suceden los cambios de vehículo dentro de la misma fase, consiguiendo así que cobren más sentido argumental dentro del propio juego. Un acierto sin duda que nos hace pedir más.
Como suele ser norma de la casa, las fases tienen numerosos secretos, en forma no sólo de objetos escondidos sino en nuevas rutas con las que acceder a otras fases o incluso enemigos, o la posibilidad de desbloquear más vehículos. Todo ello redondea la fórmula para hacerte probar en cada nueva partida otras estrategias o caminos por los que parece que no se puede ir.
También podemos usar los amiibo de Fox y Falco en el juego, obteniendo del primero la posibilidad de jugar con el Arwing original de Super Nintendo y con el segundo desbloqueamos un Arwing negro más potente en ataque pero más frágil para los ataques enemigos.
El aspecto gráfico, por contra de los visto hasta ahora, sí que confirma lo visto en los vídeos. Tanto las naves aliadas como las de los enemigos sobre todo están a un nivel muy inferior de lo que puede dar de sí una consola como Wii U. No es lo que más importa cuando el juego innova en lo jugable como es el caso, pero sí que se echa de menos un trabajo más cuidadoso en este aspecto. Los propios anillos que parecen sacados del juego de Nintendo 64.
Y lo peor es que contrasta con otros efectos, como las numerosas explosiones, el agua o las tormentas de arena, que sí están a un nivel superior, lo que demuestra que sí es posible sacarle partido y, si ha sido por respetar la estética de la saga, me parece una decisión equivocada porque hace que no luzca como debe hacerlo un juego de este calibre.
Lo que sí que es sublime de nuevo es el apartado sonoro. Además de la propia música del juego, que acompaña a la perfección con la acción y montones de efectos tanto en la tele como en el Gamepad, tenemos los diálogos doblados al castellano, contando con uno de los grandes del doblaje de nuevo como Alfonso Vallés, el cual ya participó en la versión de 3DS. Por poco frecuente, se agradece enormemente este esfuerzo y nos aparecen tanto en las escenas antes de la fase como en el propio juego, ya que oímos tanto las conversaciones de nuestro equipo como las de nuestros enemigos. Todo un acierto porque nos anima las batallas y que debería ser norma en la gran mayoría de juegos.
Con todo ello, no dudes de que estamos ante el juego de Star Fox que todos sus seguidores estábamos esperando. Es más largo de lo que nos tienen acostumbrados en la primera partida y mantiene toda la esencia que lo hace reconocible como saga, con esa invitación a la autosuperación y muchos secretos por descubrir.
Y supone un paso que, por tardío, todos estábamos esperando: es el juego que mejor consigue sacarle partido al Gamepad, haciéndolo indispensable y verdaderamente diferenciándose de los controles tradicionales, que conseguirá atrapar a todo aquel que quiera verse evolucionar en el modo de entender el control de un juego y ver así crecer una saga en el aspecto jugable, cosa que está al alcance de muy pocos y menos aún haciéndolo con la maestría que sólo Nintendo nos tiene acostumbrados.