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Sonic Lost World

Sonic, el erizo, recupera su gloria en Wii U.

Sonic Lost World - Análisis

Mucho se ha hablado sobre Sonic y muchas entregas nos han prometido para devolver la gloria al personaje que luego no sólo no la ha alcanzado, sino que han conseguido justamente lo contrario. Pero desde que Sonic se encontró con Wii parece que la cosa ha ido mejorando poco a poco. Sonic Lost World da la sensación de que por fin es el definitivo y de que aúna todo lo aprendido en las anteriores entregas, mas tiene en cuenta todas las quejas que los fans han estado vertiendo durante años. ¿El resultado? Pues, por fin, un Sonic que vuelve adonde siempre se ha merecido estar.

Historia

Volvemos a tener a Sonic, Tails, el Doctor Eggman y a Los Siete Malvados, además de los inventos raros, robots e inteligencias artificiales que salen de las manos de Eggman. La sensación es la de encontrarse en uno de esos capítulos de aquella serie de animación de los años noventa, lo que nos encanta. Pero que esto no llame a engaño; estamos ante una historia algo básica, quizás hasta predecible, pero que cumple con el tono y lo que se espera de ella, con muchos colores, muchos saltos y un diseño de enemigos un tanto extraño, al que no te terminas de acostumbrar del todo y que no sabes en ningún momento si te gustan o si son demasiado feos.

Volvemos a la fórmula más clásica, pero con un toque moderno: siete mundos con varias fases diferentes en cada uno, además de las bonus y alguna que otra secreta, junto con un malo malísimo final. Esto, junto a las nuevas ideas y todas las novedades que tiene Sonic Lost World, hacen que esa base clásica sea la mejor idea que han tenido los programadores.

Toda esta presentación con sabor a clásico se ve ensombrecida por un absurdo fallo que esperamos Sega arregle lo antes posible. Si tenéis sistema Dolby 5.1 y estáis jugando en el televisor, las voces de todos los personajes, perfectamente dobladas al español, no se escucharán en ningún momento. Esto nos obliga, siempre que no nos importe jugar sin voces, a pasarnos todo el juego en el Gamepad de Wii U, que no presenta este problema.

Sonic Lost World análisis

Controlando a Sonic

Dentro del variado y multicolor mundo de Sonic Lost World se nos presentarán situaciones que nos propondrán varias formas de control, que resumiremos en Sonic en 2D y Sonic en 3D.

En los momentos de Sonic 2D disfrutaremos de un scroll lateral clásico y preciso, donde podremos saltar, correr e incluso trepar hasta cierto punto por paredes verticales, además de asestar el famoso Homing Attack del erizo, cargando contra los enemigos en el aire. Hay una alternativa en forma de patada que hará que, además, Sonic salga despedido por los aires, pudiendo crear de esta manera combinaciones de golpes, combos y permitiendo alcanzar lugares más altos. Sin embargo, y a pesar de que funciona de maravilla en la mayoría de los casos, sí que es cierto que en momentos puntuales, sobre todo cuando se nos cruza un adversario de improviso, un mal rebote termine con Sonic cayendo al vacío. En las fases con 3D este problema se hace algo más pronunciado, debido a que los enemigos pueden venir de varias direcciones.

Eso sí, estamos sin duda alguna ante el mejor control de Sonic en un juego 3D. Muy preciso e intuitivo, aunque sigue sin ser todo lo fluido que debería, ya que estamos hablando de Sonic; ese Sonic que presume de ser el erizo más veloz, pero al que habrá que parar los pies más de una vez y más de dos o que en ciertas fases se mueve extremadamente lento para lo que se supone que realmente puede hacer. Seguimos echando de menos niveles para hacerse del tirón, a toda velocidad, dándole al botón del salto en el momento justo y sin tener que parar por nada ni por nadie. En esta entrega podremos hacerlo, sí, pero después de echar horas y horas a un mismo escenario, cuando ya nos lo hayamos aprendido de memoria.

Sonic Lost World Wii u

Todo esto intenta solucionarse con momentos de control automático, donde Sonic saltará correrá y volará de las formas más llamativas posibles, dotando al juego de una espectacularidad que le sienta de fábula, además de que se agradece para apreciar los impresionantes escenarios y el apartado gráfico, ambos como sacados de una peli de animación en 3D.