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Shadow Puppeteer

Cuando los cuentos se hacen videojuego

Shadow Puppeteer (Wii U) - Análisis

En Revogamers muchas veces tenemos que analizar juegos que no nos cuentan nada y otras, como esta ocasión, en las que nos toca “jugar” un cuento. Y, a l hacerlo, nos sumerge en otras sensaciones, adicionales a las comunes en un juego de puzles tradicional, que hacen que la experiencia de recorrer este Shadow Puppeteer sea, por lo menos, distinta a lo que estamos habituados.


Cuando los cuentos se hacen videojuego

Los noruegos de Sarepta Studio son los encargados de traernos este cuento que se estrenó previamente en PC. Plantean una aventura en la que tomamos el papel de un niño al que un extraño hombre le intenta robar su sombra tocando un organillo que expulsa un extraño gas, que es el que atrapa las sombras. Gracias a que el niño se cae al piso de abajo de su casa, el malvado hombre misterioso no consigue robarle su sombra pero, a partir de ahí, la sombra adquiere vida propia separada del cuerpo del niño.

Una historia, por lo tanto, que nos recuerda a la de Peter Pan, pero con un toque siniestro que lo envuelve todo, desde el apartado gráfico, que bebe de Pesadilla antes de Navidad producida por el genial Tim Burton; a la música, que merece la pena escucharla en silencio o con cascos porque consigue sumergirnos en la tétrica historia de Shadow Puppeteer.

Tú y tu sombra, unidos pero separados

Una vez empezamos la aventura, comprobamos en los primeros momentos que tenemos que controlar a los 2 personajes a la vez, tanto al niño como a la sombra. Y utilizamos uno de los sticks para cada uno para movernos, el R o L para saltar y el ZR o ZL para coger objetos, de forma similar a lo ya visto en juegos como Brothers: A Tale of two sons. Los primeros puzles sirven para conseguir que nos adaptemos al peculiar control, ya que tenemos que mover cajas para que pueda subir nuestra sombra, transportar el uno al otro con una especie de escudo de madera o ponernos encima de una chimenea para que no salga humo y pueda pasar nuestra sombra.

 

Todo ello teniendo en cuenta que también debemos mantener cerca al niño y su sombra, ya que en cuanto nos separemos nos aparece un hilo que no se puede romper, ya que si lo hace tendremos que volver a empezar. Una característica que hace que le tengamos que sumar la estrategia adecuada para llegar a todas las esquinas y poder así avanzar en el juego.

Por lo que la cooperación para avanzar y superar los diferentes puzles que nos vamos encontrando se vuelve fundamental. Todo va bien hasta que además de cooperar entre niño y sombra requiere de nosotros coordinación, aumentando considerablemente la dificultad por el reto que supone mover y saltar o hacer otras acciones a la vez mientras escapamos de los enemigos que nos van apareciendo en el final de cada zona.

Digo zona porque la sensación que tenemos mientras recorremos el juego es de continuidad absoluta, sólo nos damos cuenta que hemos cambiado de fase por la aparición de ese enemigo final de fase, ya que la atmósfera que nos consigue transmitir nos atrapa y sólo queremos seguir avanzando.

 

En los escenarios, además de tener que avanzar ayudándose entre ellos, tenemos que recoger las esferas que hay repartidas en el escenario, amarillas para el niño y moradas para la sombra, lo cual nos ayuda a rejugarlo hasta conseguir todas y poder desbloquear con ello los artes del juego y la genial banda sonora.

Y también adquirimos habilidades especiales para poder utilizar con la sombra, pudiendo utilizar unas tijeras para cortar cuerdas, poner una bomba para destruir paredes o utilizar una cuerda para poder unir unos ganchos y poder avanzar. Todo ello teniendo en cuenta que si cortas la sombra de una cuerda, se caerá ese objeto en el mundo real o que para destruir una pared del mudo real tendrás que romper la bomba en el mundo de las sombras.

Mejor entre 2

Teniendo un planteamiento de juego con 2 personajes a controlar a la vez, hubiera sido un crimen no incluir juego cooperativo. Por suerte, Shadow Puppeteer sale indemne e incluye dicho modo. En este caso, los controles se adaptan más a lo natural en otros juegos y se vuelve mucho más divertido por tener que compartir con otra persona el estrujar las neuronas para poder pasar ese puzle pero, por contra, es mucho más sencillo superar las zonas que más coordinación requieren al no tener que estar uno sólo controlando a los 2 personajes a la vez.

 

El estilo gráfico utilizado para provocar la aparición de sombras, con muchas luces alumbrando zonas oscuras provoca que en ocasiones que no distingamos bien incluso los objetos a utilizar en los escenarios y también requiere de nuestra pericia al ajustar los saltos, ya que muchas veces acertar en el objeto o zona al que nos queremos subir no es nada sencillo.

Un cuento sencillo y breve, pero entrañable

Obviando esos dos pequeños “peros”, lo único que nos quedaría pedirle al juego es una mayor duración. Quizá sea el absorbente del desarrollo el que nos hace que se nos queden cortas las 5 horas aproximadas de juego que nos va a durar. Cortas pero divertidas y, en todo caso, dejando tan buena sensación que volverás a él hasta dar con todas las esferas de cada fase.