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Puzzle Labyrinth

Cuando un arquitecto le encarga a su becario construir un laberinto.

Puzzle Labyrinth (3DS) - Análisis

Puzzle Labyrinth es el juego más reciente publicado por CIRCLE Entertainment para la portátil de Nintendo. Una empresa asidua de la eShop, que en esta ocasión nos trae un título desarrollado por INTENSE. Es una propuesta que nos resultará familiar y nos propone el desafío de escapar de un intrincado laberinto, donde deberemos resolver acertijos mientras enfrentamos a peligrosas criaturas.

Un laberinto donde es imposible perderse

Cuando uno escucha la palabra laberinto, lo primero que le viene a la mente es una extensa red de pasillos que explorar, con caminos sin salida, peligros en cada cada esquina, misterios que resolver, ... algo así como lo que encontraríamos en Entrian Odyssey o Persona Q. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, en Puzzle Labyrinth damos vueltas por pequeñas salas que nunca sobrepasan un tamaño predeterminado. Y no sólo son pequeñas, si no que el mapeado es completamente visible desde el principio, con detallados marcadores para indicar puntos de interés.

Así pues, el supuesto laberinto se extiende a lo largo de 60 niveles independientes, entre los cuales no existe una historia o conexión. Además, todos ellos comparten un mismo diseño casi monocromático, así como otros elementos recurrentes presentes de principio a fin. Entre los cuales podríamos incluir a los monstruos, que dentro de su limitado repertorio, se van alternando de forma arbitraria para cada puzzle. Lo que nos lleva al sistema de combate o, mejor dicho, sistema de interacción, que básicamente consiste en utilizar el objeto adecuado, en el momento oportuno contra la criatura correspondiente.

 

Cuando tus propias reglas fallan

Hablemos ahora de los puzzles, el núcleo de esta propuesta jugable. Nuestra primera toma de contacto con el laberinto es un puzzle introductorio donde enseguida nos acostumbramos a los controles. Siempre empezamos delante de la salida, observando como la misma puerta acorazada se cierra ante nosotros una y otra vez. Si miramos a un lado, encontramos una tablilla donde podemos leer cual es nuestro objetivo. Luego, mientras recorremos los pasillos, también damos con una serie de pistas o mensajes sin utilidad alguna en los muros. En ocasiones, la resolución resulta evidente, mientras que en otras, resulta complicado determinar que se espera de nosotros.

El principal problema reside en que podemos abrir un número limitado de niveles, y al mismo tiempo, podemos acceder a ellos en el orden que queramos. Es por ello que no hay una curva de aprendizaje y pasamos de niveles que no representan ningún desafío a niveles que tenemos que saltar porque no podemos resolverlos. Al final, una vez hemos abierto un máximo de cinco niveles que no podemos completar, estaremos bloqueados hasta que la inspiración divina nos de la solución.

 

De este modo, antes de caer víctima de esa restricción, me he enfrentado a puzzles poco inspirados que juegan con sus propias reglas, en ocasiones absurdas, sin llegar a aprovechar todo su potencial.

Técnicamente uniforme

Lo primero que llama nuestra atención, tal y como mencionaba líneas más arriba, es que todo el juego luce exactamente igual. Con un diseño minimalista que hace omisión de cualquier tipo de detalle, se reutiliza el mismo muro de bloques grises para dar forma a todos los niveles, hasta el punto de que parece un prototipo más que un juego terminado.

Tampoco tiran la casa por la ventana en el resto de apartados, contando con animaciones mínimas y sonido el justo, ya que sólo cuenta con tres melodías para amenizar el menú principal, la exploración y los combates respectivamente. Las cuales todo sea dicho, no están nada mal.

Por otro lado, más interesante resulta el diseño de los monstruos, que aún siendo genéricos, son llamativos y están dotados de vida mediante cuidadas animaciones. Esta poca variedad de assets (recursos utilizados para la creación de un videojuego) de algún modo la podíamos intuir antes incluso de empezar a jugar dado el minúsculo tamaño que ocupa el título en nuestras tarjetas. Sin olvidarnos de mencionar que el juego está íntegramente en inglés y su comprensión es imprescindible para entender lo que hay que hacer o al menos tener una ligera idea de ello.

 

Conclusiones

Puzzle Labyrinth es una oportunidad perdida que no sabe estar a la altura del potencial que podría haber atesorado la premisa original. Que veamos combates y que la aventura se desarrolle en un laberinto, no debe llevarnos a confusión, porque ni es un juego de exploración ni tiene la más mínima similitud con un rpg. Todo lo que este juego tiene para ofrecernos, y su único atractivo, es una serie de puzzles poco inspirados que o bien se resuelven por inercia o bien son casi imposibles de completar porque fallan en su presentación. Además, el modo en el que se organizan los niveles es contraproducente y lo único que se consigue es bloquear y frustrar al jugador. En resumidas cuentas, un juego simple a todos los niveles y mal planteado que sólo el más acérrimo fan de los puzzles podría encontrar entretenido. Tampoco ganará el premio al nombre más original del año.