Olympia Rising
Vuelta al pasado tanto en género como en ambientación.
Olympia Rising (Wii U) - Análisis
Olympia Rising, de la compañía Paleozoic, empezó su campaña en Kickstarter en 2014, consiguió salir adelante gracias a la nostalgia de los títulos plataformeros en 2 dimensiones. También atisbó una gran expectación gracias a su mezcla única de la Grecia mitológica y un género que ya no resulta tan popular. Sin embargo, y a pesar de que las premisas se presentaban muy prometedores, el juego no es tan bueno como pudiera haber sido.
Olympia Rising falla en sobre todo en control y en la ejecución de su idea inicial, sin embargo, la historia y el aspecto visual son muy competentes, a pesar de que se encuentra en completo inglés y no emplea términos sencillos. Vamos a ver cómo ha salido un juego que trata de devolvernos al pasado tanto en la historia como en lo técnico.
Retorno al pasado
El título nos traslada a la historia de Iola, una joven heroína y guerrera que muere prematuramente a manos de un monstruo y se encuentra en el Inframundo. Las leyendas dicen que ella es capaz de escapar durante el tiempo de la 'La Purga', cuando las almas errantes son consumidas por los pozos de ácido. Iola decide arriesgarse y debe derrotar a los jefes y superar numerosos obstáculos con el fin de llegar al Monte Olimpo.
El juego parece seguir una fórmula bastante simple, superar niveles con el único fin de progresar. Iola se va a ver cara a cara con varios niveles, incluyendo fuego, hielo, el propio inframundo, etc. Sin embargo, debemos recoger suficientes monedas para avanzar al siguiente nivel, y aquí es donde la cosa se complica. Las monedas se encuentran diseminadas por los niveles y hay que recoger suficiente con el fin de complacer a Caronte, un esqueleto que nos permitirá o no avanzar al siguiente nivel. Estos niveles alternan y hay varios con el mismo fondo, así que a veces tendremos que obtener las monedas tranquilamente mientras avanzamos y a veces nos encontraremos con un contador de tiempo y antes de que termine hay que recoger las monedas y llegar a la cima antes de ser golpeados por la lava. Las monedas estarían bien si obtuvieran otra utilidad aparte de pasar al siguiente nivel.
Iola utiliza una espada para combatir a los enemigos, y es capaz de utilizar poderes para ayudarla. El fuego, permite lanzar llamas y dañar enemigos desde una distancia. Luego está el agua, lo que crea un escudo de defensa con una burbuja a su alrededor y no permitirá que reciba daños. Por último, hay un poder del rayo que puede fortalecer la espada. Todos los poderes son relativamente útiles, pero se le podría haber prestado más atención al combate con espada. Es bastante corta lo que significa que debemos estar muy cerca del enemigo para poder golpearle. También puede realizar combos con el fin de conseguir monedas adicionales, de nuevo la ejecución resulta bastante incómoda, pero divertido una vez que se le coge el tranquillo. Otra parte negativa es la batalla contra los jefes, a los que es demasiado sencillo tomarles el patrón de ataque y la mayoría se parecen bastante.
Olympia Rising no es necesariamente un juego difícil, solo en algunos aspectos técnicos. Es difícil hacerse a los controles, puesto que algunos aspectos no están muy pulidos como es el salto de Iola que tiene un gran impulso, lo implica a veces ser golpeado contra un enemigo sin poder rectificar y caer al fondo otra vez. Puesto que muchas veces hay que caer con la idea de continuar avanzando, habría sido una buena idea incluir la capacidad de mirar hacia abajo y no tener que morir muchas veces e intentar el nivel de nuevo. Los niveles de lava también pueden ser frustrantes, por eso de que muchas veces no sabes a donde avanzas y caes multitud de veces. Lo que se echa en falta es una profundidad en los niveles que permita explorarlos a fondo.
Píxel Art
Llegamos a la mejor parte del título, el estilo pixel del juego. Es fantástico verlo y recuerda a otros grandes plataformas de hace años. Los personajes están diseñados y ejecutados maravillosamente, muchos de ellos tienen una gran personalidad, y los fondos de los niveles merece la pena pararse a verlos. A veces, sin embargo, el fondo se mezcla con las plataformas, lo que significa que no se sabe muy bien con qué podemos interactuar y con qué no.
La música es el otro aspecto más agradable, y podemos decir que, junto con el apartado gráfico, es lo que más merece la pena. Los efectos de sonido también son excelentes, aunque tiene una pequeña pega y es que el sonido de cuando nos golpean es el mismo que cuando golpeamos nosotros.
Olympia Rising es una experiencia bastante corta, dura aproximadamente 6 horas en total, pero, por supuesto, depende de cuánto tardemos en recoger las monedas y el tiempo que tardamos en completar un nivel, teniendo en cuenta las veces que morimos. No tiene alicientes para rejugarlo, por lo que habría sido agradable que las monedas hubiesen valido para algo más, ya que hubiese sido una buena idea poder volver y recoger todas como un desafío adicional.