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Oddworld: Abe´s Oddysee New `N Tasty

A la sombra del original.

Oddworld: New 'n' Tasty (Wii U) - Análisis

Ya está en la eShop de Wii U Oddworld: New 'n' Tasty, un remake del juego original de Oddworld inhabitants, Abe's Oddysee, a cargo de Nephilim Studios empleando el motor Unity 5. Se trata de una adaptación 1:1 del que ya pudimos disfrutar en los años 90, pero con un aspecto visual totalmente renovado. El juego original fue una obra maestra atemporal pero, ¿estará el remake a la altura de las circunstancias?

Bienvenidos a los años 90

Antes de empezar a hablar del juego en sí, conviene ponernos un poco en situación. Antaño, cuando el género de plataformas era el dominante en el mundo del videojuego, no todo eran Marios y Sonic, también existía un cierto número de ellos que apostaban por una experiencia de juego totalmente diferente. Probablemente, Prince of Persia sea el más conocido de aquellos, con Another World como el más recordado. Se trataba de juegos de plataformas orientados más a los puzles que a los saltos, cuyo desarrollo se basaba en el ensayo y error más que en la habilidad.

Debido a las limitaciones técnicas de la época y al afán por mostrar una ambientación que fuera más allá de lo habitual, las aventuras transcurrían en una suerte de habitaciones, por así decirlo, en las cuales se planteaba un puzle que debíamos resolver para seguir adelante. Los errores solían suponer la muerte y posterior vuelta a empezar. Esta mecánica, cuando estaba introducida con maestría, lejos de resultar frustrante se tornaba adictiva. Cada pantalla era un desafío de verdad y superarlas suponía, en sí mismo, una reconfortante recompensa. En el crepúsculo de esta era, con la primera PlayStation, vio la luz el Abe's Oddysee original.

Abe's Oddysee era un juego sencillo, pero con una ambientación extraordinaria que suponía una verdadera explosión creativa para los jugadores de aquella época. Su estética estaba muy relacionada con los dibujos animados que se veían en la televisión, infantiles pero grotescos y violentos. Era un juego embriagador, con un mensaje ecologista y de lucha de clases subyacente, que no tardó mucho en conquistar el corazón de la audiencia. Por si fuera poco, contaba con un excelente doblaje al castellano, algo no muy habitual en aquellos tiempos.

El éxito de aquél dio lugar al nacimiento de una saga que, como muchas otras, tuvo una muerte prematura cuando las 2D se convirtieron en tabú y todos los juegos se tenían que hacer en 3D. Los escenarios cuidados al detalle dejaron paso a habitáculos tridimensionales vacíos y sin encanto alguno, la jugabilidad de ensayo y error se convirtió en una suerte de repetitivas y tediosas tareas sin encanto alguno y el presupuesto destinado a la producción de cada juego se disparó hasta cotas insostenibles.

Esta es la historia del ascenso y la caída de Oddworld Inhabitants, así como de muchísimas otras compañías que quisieron dar el salto a las 3D y no supieron adaptarse. Por suerte para todos, los juegos en 2D vuelven a estar de moda gracias al movimiento de desarrolladores independientes y eso ha dado pie a que el fantástico Abe's Oddysee haya sido transformado por completo en un juego para la actual generación, sin renunciar por ello a la encantadora jugabilidad de antaño.

En Oddworld: New 'n' Tasty manejamos a Abe, un mudokon que trabaja como esclavo en las granjas hostiles, lugares en los cuales, al mando de los temibles empresarios Glukon, se procesa la carne de las diferentes especies animales de Oddworld sin tener en cuenta las repercusiones que esto pueda tener para el medio ambiente. Sin embargo, debido a la falta de salud de los animales, los beneficios de las granjas están cayendo en picado y necesitan un producto revulsivo, que sea tan barato como exitoso. El problema es que ese producto, New 'n' Tasty, no es otra cosa que la carne de los Mudokon procesada.

Así pues, Abe empieza su pequeña odisea, primero escapando de las granjas intentado rescatar a sus compañeros esclavos (99 en el original, 249 en el remake) y después volviendo a las granjas para intentar poner fin a las ambiciones Glukon que están destruyendo el planeta.

Para ello, Abe cuenta con la habilidad de comunicarse con sus compañeros, así como el poder del canto, que le permite mover objetos por vía telepática y, lo que es más espectacular, poseer la mente de los soldados de los Glukon, los Slig. En los casos en los que esto no fuera suficiente, no le quedará más opción que escabullirse sigilosamente, intentar emplear objetos del entorno o, simplemente, correr y saltar desesperadamente. Eso sin contar con la inestimable ayuda del Elum, una suerte de avestruz que hace las veces de montura fiel. De esta forma, Abe se las tiene que idear para escapar y rescatar por el camino a la mayor cantidad de Mudokon posible.

A priori, todo parece muy bonito. Es cierto que no existe una verdadera curva de dificultad, ya que ésta está basada en el ensayo y error y, por lo tanto, el juego es difícil desde el principio, sin tener demasiada compasión por el jugador novato. Esto pasaba igual (en realidad, de forma mucho más severa) en el original y era parte de su encanto. Los problemas de este remake, sin embargo, aparecen precisamente de las supuestas mejoras técnicas.

A la sombra del original

Si comparamos el original con el nuevo, nos daremos cuenta de que en el nuevo cuesta diferenciar los personajes de los escenarios, cosa que no pasaba en el original gracias al contraste que había entre los sprites y los fondos prerrenderizados. También observamos que los niveles ya no están divididos en salas sino que emplean la técnica del scroll lateral, cosa que no sería algo negativo si no fuera porque el juego no es capaz de gestionar bien el movimiento de la cámara y se ralentiza una barbaridad, haciendo que las fases del Elum, que consisten en correr y saltar de forma precisa, se conviertan en un infierno azaroso por culpa de la lamentable tasa de imágenes por segundo.

Por si fuera poco, algunos sonidos son víctimas de errores de programación y se han perdido por el camino. Además, se ha tomado la decisión, además, de que Abe corra por defecto en lugar de tener que pulsar un botón para ello, lo que en un juego en el que la precisión es un factor determinante para la supervivencia supone una verdadera molestia. Menos mal que se puede cambiar desde las opciones, cosa que los propios desarrolladores te recomiendan que hagas.

Otra mala noticia es que hemos perdido por el camino el doblaje al castellano y que la traducción a nuestro idioma, aunque presente, está llena de erratas. Y a todo esto hay que sumarle los diferentes bugs que tiene el juego, que no son realmente muchos y son más una molestia que un impedimento para jugar.

Como añadidos, Oddworld: New 'n' Tasty incluye 150 trabajadores más para rescatar, con nuevos puzles a los que se puede acceder mediante portales especiales, y la posibilidad de crear puntos de guardado rápido con el botón “-”, lo que convierte en anecdóticos a los antiguos puntos de control, que siguen haciendo acto de presencia por si quieres disfrutar de una experiencia más parecida a la original.

Menos, pero sigue brillando

En general, Oddworld: New 'n' Tasty es un gran juego de plataformas de un género muy poco habitual y cuyo mayor error, aparte de la alarmante caída de la tasa de imágenes por segundo de determinadas situaciones, es no estar a la altura del original. Por decirlo de forma simple, el primero fue uno de los juegos de primera línea del catálogo de la consola más popular del momento mientras que éste no es más que un juego de relleno, cosa que se nota principalmente en el acabado. Lo que antaño era mimo y cariño, hoy es torpeza y cierta dejadez. A pesar de todo, sigue brillando con luz propia, aunque sea una luz poco luminosa, algo desgastada y con ralentizaciones.