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MegaMan X3

El broche de oro a la trilogía X de Mega Man en Super Nintendo.

Mega Man X3 - Análisis

MegaMan es uno de esos personajes que han escrito su nombre con tinta dorada en la historia de los videojuegos. A pesar de que en la actualidad sea poco su protagonismo, y se dedique más a realizar cameos en juegos de lucha o en otros juegos de Capcom, el robot azul tuvo un arranque meteórico con una serie de títulos para NES mucho antes de la llegada de MegaMan X3, con unas primeras entregas que fueron un auténtico éxito. A la hora de dar el salto a Super Nintendo se quiso actualizar la fórmula de MegaMan y hacerlo acorde a la nueva sobremesa, expandiendo su mundo y jugabilidad.

Así es como vio la luz una de las mejores reimaginaciones de una saga de todos los tiempos. MegaMan X, que adaptaba la premisa básica de unos de los mejores plataformas de NES a la nueva consola de Nintendo, manteniendo su esencia e incorporando nuevos elementos. La fórmula de MegaMan X permanecería casi inalterada en sus dos secuelas para Super Nintendo, MegaMan X2 y X3, el juego que ocupa este análisis.

MegaMan X3 llegó a Super Nintendo en su versión occidental ya entrado 1996, y sería la entrega que cerrara la trilogía en la consola de 16 bits de Nintendo. La premisa básica es la misma que en los otros juegos, derrotar a los 8 robots malvados, adquirir sus poderes y completar las últimas 4 fases finales para completar la aventura. Se trata de un título con muchas características que le añaden fuerza, creando una conjunción de aspectos técnico, jugable que lo hacen muy notable, y un trato al jugador sobresaliente.

El aspecto gráfico de MegaMan X3 es uno de los mejores sprite-art que se puede ver en Super Nintendo. Su estilo artístico y su colorido lo hacen un lujo para la vista en calidad 16 bits. El apartado musical, si bien no está a la altura de otras entregas de la saga, también goza de una calidad más que aceptable, pero es en la jugabilidad donde destaca por su excelencia el título.

Jugar a MegaMan X3 es un frenesí de acción donde todo el poder está en manos del jugador. No existen controles toscos o situaciones injustas que acaben en muerte. Cada vez que se pierde una vida es por un error del jugador, y cada vez que se cosecha un éxito también es fruto del usuario. Se trata de un sistema adictivo que da recompensas y a la vez es capaz de penalizar los errores de una manera justa. Los escenarios están llenos de secretos, mejoras para MegaMan y contenedores que aumentan la vida máxima, y tienen un tamaño superior a entregas anteriores, creando un mínimo de elemento de exploración y búsqueda que añade interés al juego. MegaMan se mueve con una fluidez y con precisión, ejecutando saltos y embestidas con un control absoluto. Es casi imposible que el robot se mueva o dispare su característico rayo de una forma que no sea la que el jugador quisiera, convirtiendo MegaMan X3 en un claro ejemplo de cómo poner el control total en manos del jugador.

En resumen, MegaMan X3 sigue teniendo la misma fuerza que tuviera a mediados de los 90. Sigue siendo un título de plataformas con una solidez ejemplar y que ha envejecido estupendamente. Puede ser un fuerte reclamo tanto para aquellos usuarios que lo recuerdan con nostalgia como para aquellas personas que no pudieran jugarlo y quieran experimentar un plataformas de hace 20 años que sigue funcionando a pleno rendimiento.