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Mario Tennis: Ultra Smash

Mario baja puestos del ATP

Mario Tennis Ultra Smash (Wii U) - Análisis

Tras unos meses en los que no se le reconocía en la pista, Rafa Nadal confesó que más que un problema físico parecía tener un problema de mentalidad, quizás tras haberlo ganado todo es difícil encontrar la inspiración, algo parecido parece haberle sucedido a Mario en Mario Tennis Ultra Smash, quien tras un descanso de tres años vuelve a empuñar una raqueta esta vez en Wii U, no faltando así a su cita en las sobremesas de Nintendo que inició hace ya quince años con la versión de Nintendo 64 aunque parece que en Mario Tennis Ultra Smash no termina de encontrarse cómodo en la pista, algo que ha lastrado al conjunto del juego.

Mario Tennis Ultra Smash baja puestos en el ATP

Tras la magnífica introducción de Mario Power Tennis (NGC y Wii) tenía ganas de ver la introducción del nuevo juego y ver qué tal se vería algo similar en HD, pero desgraciadamente, desde el arranque del título ya se empieza a notar que el principal inconveniente del juego es la ausencia de contenido.

El menú principal se divide en Megapartido, Megapeloteo, Duelo en Serie, Tenis Convencional, Juego en línea y logros, ocupando Megapartido casi la mitad de todo el mundo, quedando claro que busca ser el modo principal del juego. Pues bien, en Megapartido disputaremos partidos de tenis al uso, menos por el detalle de que de vez en cuando, un Toad lanzará un champiñón que nos volverá gigantes, cambiando completamente el ritmo del partido y en ocasiones llegando a suponer la diferencia entre la victoria y la derrota, aunque sí siendo gigante recibimos un golpe en el cuerpo, dejaremos de serlo al acto. Si bien es un modo divertido, creemos que no es un añadido que justifique tener un modo de juego exclusivo para sí mismo, en Power Tennis cada personaje tenía su golpe especial y a la hora de iniciar los partidos el jugador podía elegir si jugar con esta característica o no, algo similar se podía haber hecho con los Megachampiñones que si bien puede ser un añadido interesante, también puede llegar a cansar el ver la animación del personaje cada vez que coge un champiñón y ciertamente, es más desequilibrante de los golpes especiales de las entregas anteriores.

Algo similar ocurre con Megapeloteo, un modo de juego que consiste en tratar de dar el mayor número de golpes posibles antes de que uno de los jugadores “gane” el punto, acabando así la partida, no deja de ser un minijuego convertido aquí en un modo de juego que no nos da los alicientes necesarios para enganchar.

Inexplicablemente, este juego deportivo de Mario no tiene las típicas copas presentes en todos sus títulos, lo más parecido es el modo Duelo en serie, un modo que puede dar más juego del que da debido a las limitaciones que trae. Consiste en jugar un maratón de Tie-breaks contra la máquina, no se pueden jugar partidos enteros, sólo Tie-breaks y con la presencia de los Mega Champiñones, que tampoco se pueden desactivar. Este es el único modo de juego junto a Juego en línea que permite utilizar nuestros amiibos para formar equipo con nosotros, pero inexplicablemente, en lugar de convertirse en un partido de dobles, el amiibo formará equipo contigo, mientras que sólo jugará un personaje por parte de la máquina, terminando así el partido en un 2 vs1 nunca antes visto en una pista de tenis.

En tenis convencional podremos jugar partidos sin los mega champiñones, manteniendo los golpes afortunados que debutaron en la versión de 3DS y los ultramates que debutan en esta versión o bien, podemos optar directamente por un tenis más “real” sin golpes afortunados ni ultramates.

Por último, el juego en línea nos permitirá jugar contra jugadores de todo el mundo ya sea solos o formando equipo con nuestro amiibo entrenado y todos nuestros logros los podremos ver en su correspondiente sección, siendo 25 en total y no excesivamente difíciles de conseguir (si alguno se os atasca, siempre podéis desbloquearlo con monedas).

Pero no todo es negativo en Mario Tennis Ultra Smash, gráficamente es un título muy sólido, con buenos efectos, muy buenas animaciones y jugablemente sigue siendo una auténtica bomba que os dará grandes horas de diversión si podéis aprovechar el multijugador local. Aparte de los Mega Champiñones, en esta edición aparecen los ultramates anteriormente comentados por encima, convirtiéndose a nuestro juicio en el gran añadido de este juego, ya que no son desequilibrantes y normalmente se te conceden tras forzar al rival a contestar un golpe complicado, se adaptan como anillo al dedo a la filosofía de los títulos deportivos de Mario. Como ya hemos comentado, los golpes afortunados vuelven tras Tennis Open funcionando exactamente igual con las virtudes y los defectos que pudimos ver en esa versión.

Es difícil llegar a entender las decisiones tomadas para este título, es el Mario Tennis con menos personajes jugables (menos que la versión de N64), no permite jugar con los Miis, es compatible con el Wiimote pero sólo en horizontal (¿no podían reutilizar lo aprendido en Power Tennis de Wii?), no permite utilizar nuestro amiibo en el multijugador local y quedándonos en el tema de los amiibos, el juego nos permite entrenarlos. Nuestro amiibo tiene diez “ranuras” de mejoras (mejor saque, mayor potencia en el mate, etc…) cada cinco partidos se le rellena una ranura con una de estas características, pero no podemos elegir cuales, sino que se rellenan de una manera completamente aleatoria, tampoco tendremos un menú específico para los amiibos.
Hasta el Nintendo Direct del otro día confiaba en una estrategia similar a la seguida con Splatoon cuanto a actualizaciones y ojalá me equivoque pero todo parece indicar que no es así, Ultra Smash respira vacío por todas sus opciones y esperemos al menos contar con algún parche que permita ampliar las opciones ofrecidas por los modos de juego.

Al igual que le pasó a Nadal, Mario Tennis Ultra Smash tiene el físico necesario para reinar pero le ha fallado la mentalidad, el no querer superar sus anteriores versiones y convertirse en el Mario Tennis definitivo, lo tenía todo de cara pero le ha faltado lo más importante, la ambición.