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Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos Río 2016

Las caras más conocidas se enfrentan en Río de Janeiro.

Mario & Sonic en los juegos Olímpicos: Río 2016 (3DS) - Análisis

Mario, Sonic y el resto de personajes de las dos franquicias más conocidas de los videojuegos vuelven a disputarse el oro en multitud de disciplinas deportivas en Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016.

La nueva iteración de la saga deportiva llega con fuerza a Nintendo 3DS con novedades tan interesantes como un modo historia, nuevas modalidades y el uso del Street Pass, entre otras.

Las caras más conocidas se enfrentan en Río de Janeiro

Han pasado cuatro años desde el anterior Mario & Sonic en los JJOO sin contar su homónimo de invierno, un tiempo en el que tanto SEGA como Nintendo han trabajado para pulir su propuesta jugable y la presentación de la obra. Si entonces la acción se desarrollaba en Londres, ahora Mario y el resto de personajes de las dos franquicias se desplazan a Río de Janeiro en la lucha por la medalla de oro.

 En esta ocasión los Juegos Olímpicos reúnen en la portátil a 40 personajes que van desde caras conocidas como Bowsy y Vector a otros más recientes como Zavok de Sonic Lost World. Entre tanto personaje no se echa en falta ningún peso pesado de ninguna de las dos sagas –mención especial a Caco Gazapo y Rouge, dos nuevas inclusiones-, y la elección de ellos según el tipo de deporte es un detalle que le da cierta verosimilitud a un universo que es claramente fantástico.

Con semejante plantel hay suficientes diferencias como para elegir a nuestro favorito atendiendo no solo a su apariencia, sino también a sus estadísticas en la pista. Y es que, aunque la habilidad sigue siendo el punto clave a la hora de disputar las competiciones, también hay que atender a factores como la velocidad, potencia, habilidad y resistencia.

Nintendo 3DS se pone el chándal para entrenar duro

El viaje a Brasil viene acompañado de distintos modos de juego que alargan la vida útil del juego respecto a sus predecesores. En esta entrega se añaden nuevos deportes como fútbol, rugby o golf, que tras 112 años volverá a ser una disciplina olímpica. Sin embargo, más allá de los deportes tan diferenciados que ofrece, la versión de 3DS cuenta con 14 eventos extra en los que se añaden desafíos del universo Mario y Sonic en los partidos.

En esta modalidad reside la auténtica esencia divertida del título al alejarse de las normas propias de los deportes clásicos y añadir nuevas reglas originales como nadar mientras una Roca Picuda crea olas en la piscina o los Boos sostienen dianas en movimiento en el tiro con arco. Estos desafíos representan un soplo de aire fresco entre tanta competición debido a su loco planteamiento.  

Además de las pruebas habituales, la versión de Nintendo 3DS cuenta en exclusiva con un modo historia en el que nuestro Mii viaja a Río de Janeiro para alzarse en el primer puesto del podio. En nuestra escalada por lo más alto del campeonato nos encontraremos con personajes icónicos de ambas licencias a los que habrá que ganar en las distintas disciplinas olímpicas.

Nada más comenzar, dos fans de Mario y Sonic nos preguntarán a qué gimnasio queremos pertenecer. De esta forma, desde el principio habrá que posicionarse en un bando y si bien a nivel argumental no presenta diferencias, la recompensa al completar la historia varía en cada caso con el fin de potenciar la rejugabilidad.

El desarrollo de la campaña es tan sencillo como desplazarse por un pequeño mapa en el que están ubicadas distintas localizaciones como la tienda de ropa, gimnasios en los que entrenar y la entrada a la competición oficial. La historia se cuenta mediante el transcurso de días que acaban una vez superemos la final de cada prueba.

A pesar de esta simple mecánica, hay mucho que hacer en la ciudad antes de enfrentarnos con nuestros rivales. En los gimnasios podremos familiarizarnos con los controles de cada deporte y obtener tanto experiencia como manzanas, la moneda de cambio en el juego con la que comprar nuevos atuendos que afectarán a las estadísticas del Mii. Es importante invertir tiempo en entrenar ya que muchos trajes solo son accesibles en niveles altos y a eso se suma el elevado precio que hay que pagar por cada una.

 

Además del modo historia, otro de los grandes atractivos de esta versión en el modo multijugador que conserva los desafíos y la diversión de anteriores títulos. La posibilidad de poder jugar hasta cuatro personas con un solo cartucho es digna de mención, aunque se echa en falta un apartado online más allá de poder consultar nuestros marcadores personales a nivel mundial.

Por otro lado, en Nintendo 3DS se ha sacado partido al Street Pass de la portátil en el llamado Maratón de bolsillo. En este apartado nuestro Mii recorrerá distintos circuitos de Brasil contabilizando nuestros pasos en la vida real y trasladando esa información al personaje. De esta forma, al poner la consola en modo espera los kilómetros recorridos quedarán representados en el juego.

Mario no solo será el amo en el salto de longitud

Cada modalidad deportiva cuenta con sus propias dinámicas pensadas en función de las posibilidades únicas que ofrece Nintendo 3DS. En este sentido, se aprecia el esfuerzo por sacar partido a la portátil de forma original. En deportes como gimnasia artística, el juego se transforma en un Elite Beat Agents o Theatrhythm Final Fantasy con mecánicas similares que hacen uso del lápiz táctil. En otros, por el contario, se cede el protagonismo al micrófono, al sensor de movimientos o a los botones.

Las múltiples variantes dan como resultado una base jugable ingeniosa y divertida que va en sintonía con las intenciones del título como buen party game. Antes de cada deporte una breve pantalla explica los controles. Eso es todo lo que el jugador necesita para adaptarse a una jugabilidad intuitiva y de fácil aprendizaje.

Los deportes y su control están elegidos de forma coherente, aunque no todos resultan igual de precisos o cómodos. Gritar a la consola para superar obstáculos o mover la máquina para apuntar no siempre funciona como debería y puede llegar a resultar frustrante. En cualquier caso son pocas las situaciones en las que esto pasa y se trata tan solo de un mal menor en el conjunto de la obra.

Los detalles marcan la diferencia en la pista

A nivel gráfico Mario & Sonic en los JJOO 2016 cumple con lo esperado. Los personajes están bien definidos sin dientes de sierra o desperfectos que lastren el conjunto, pero hay cierto conformismo en el plano visual que se traduce en escenarios y modelados anodinos. Se trata de un apartado correcto que si bien no destaca por encima de la media, no es un mal trabajo.

Por el contrario, a nivel artístico se aprecia el esfuerzo de trasladar las localizaciones reales al juego, así como los numerosos detalles de la ambientación. En las ciudades vemos playas, zonas comerciales y personajes con los que podremos interactuar. Además, por el mapa hay zonas secretas de difícil acceso en las que hallar cofres y objetos secretos. 

De la misma forma, la banda sonora acompaña nuestras acciones con gran acierto y facilitan la inmersión en las distintas pruebas. Hay melodías cercanas al rock, otras que beben de géneros como el jazz o el tecno... Toda una amalgama de estilos que roza el sobresaliente. Además, cuenta con un doblaje al castellano que si bien es anecdótico (solo aparece en frases sueltas al más puro estilo Smash Bros), es un detalle a tener en cuenta.

Bendita rivalidad

Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Rio 2016 es un paso adelante en la saga respecto a anteriores entregas demostrando que es una digna propuesta del género en el catálogo de la consola. La versión para Nintendo 3DS brilla con luz propia gracias a una jugabilidad que utiliza con acierto las funcionalidades únicas de la portátil y contenidos exclusivos que alargan la vida útil de la obra.

En el avance nos preguntábamos si llegaría a ser un digno conteniente en la pugna por ser el rey de la fiesta y tras probarlo en profundidad no hay dudas al respecto. Mario y Sonic regresan dándolo todo en un título que tiene claras sus pretensiones de entretener.