Mario Party 10
Mucha fiesta con los amiibo pero a las 12 en casa.
Mario Party 10 - Análisis
Nintendo es especialista en juegos multijugador local. Periódicamente nos brinda experiencias magníficas en forma de Mario Kart, Smash Bros o incluso New Super Mario Bros. Sin embargo, parece que en los juegos de tipo Party no acaba de dar con la tecla. Mario Party 10, el primero de su saga para Wii U, es un juego divertido pero totalmente insuficiente si lo comparamos con otros de Nintendo.
Para empezar, es un juego con muy poco contenido. Tenemos 3 modos de juego principales, uno de los cuales es exclusivo para jugarlo con las figuras amiibo relacionadas con Mario Party 10. Los otros dos son Bowser Party y Mario Party. El segundo es el modo clásico en el que los jugadores, subidos al mismo vehículo, van avanzando por un tablero compitiendo entre ellos. El objetivo es conseguir cuantas más estrellas mejor y éstas se consiguen de diversas maneras, siendo la menos importante de ellas los minijuegos, lo que ocasiona que las victorias se deban más al azar que a otra cosa. No da la sensación de que “cualquiera pueda” ganar, sino de que “hacerlo bien no sirve para nada”. Al final, el mejor tablero del modo Mario Party es Cazamonedas porque prescinde, precisamente, del propio tablero.
El modo más novedoso del juego es el modo Bowser Party, donde un jugador maneja a Bowser y los otros cuatro tienen que huir de él. Bowser gana si les roba los corazones antes de que consigan la estrella. Bowser Party es un tímido intento por indagar en la jugabilidad asimétrica, pero el número de minijuegos es francamente reducido y ninguno de ellos destaca por ser especialmente divertido. Además, el juego propone desafíos absurdos durante el tablero, que no tienen ningún interés y, simplemente, lo hacen más lento y aburrido.
Al modo amiibo party sólo podrás acceder si tienes una figura amiibo relacionada con el juego, con cualquier otra hay que conformarse con un rasca y gana diario. Se parece a un monopoly y hay que conseguir monedas y estrellas para ganar. Cabe destacar que los minijuegos son compartidos con los otros dos modos.
La sorpresa de este Mario Party 10 reside en los juegos especiales. La mayoría de ellos son totalmente olvidables, pero hay uno que se destaca por sí solo como una fuente inagotable de diversión: Mario Bádminton. Podemos jugar partidos tanto individuales como dobles y el juego se maneja moviendo al personaje por la pista y pulsando los botones 1 y 2 del wiimote según queramos un globo o un liftado. Es curioso cómo prescinde del control por movimientos, pero realmente es todo un acierto. Este modo por sí solo ofrece más diversión que cualquiera de los modos principales.
Mario Party 10 también ofrece unos cuantos extras, así como un sistema de logros que nos permite acceder a contenido especial para hacer un poquito más grande la experiencia de juego. Algo que, desde mi punto de vista, para un juego enfocado principalmente al multijugador es totalmente prescindible. Supongo que había que llenar la pantalla principal con opciones...
Pero, en fin, a pesar de que la decepción inunda mi análisis, especialmente después de haber jugado a Mario Party 8, Wii Party, NintendoLand y Wii Party U, lo cierto es que Mario Party 10 cumple su objetivo principal, que es divertir. Eso sí, cualquiera de los antes citados le da un buen repaso en todos los aspectos menos en el visual, en el que sí destaca éste. Pero, claro, ¿para qué quieres que sea bonito si la diversión se acaba enseguida? No obstante, su precio reducido lo convierte en una opción a tener en cuenta.
En definitiva, Nintendo es la reina de los juegos en multijugador local, pero parece que el género del multijugador local por excelencia se le resiste. Mario Party 10 es divertido, pero demasiado aleatorio y con muy poca profundidad. Un paso atrás con respecto a otros juegos del estilo de la compañía. A pesar de todo, no deja de ser una experiencia divertida y, además, incluye el minijuego de bádminton, que es todo un filón.