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Mario & Luigi Dream Team

Sueño de una partida de verano. Análisis de Mario & Luigi: Dream Team para Nintendo 3DS.

Mario & Luigi: Dream Team - Análisis

A medida que van saliendo entregas, podemos comprobar si una serie se está consolidando o no. Mario & Luigi: Dream Team Bros nos confirma que este spin-off rolero de los fontaneros ha alcanzado la madurez. La jugabilidad permanece con las mismas bases, los personajes secundarios se van asentando en sus respectivos roles y las novedades se focalizan para dar profundidad a un elemento en vez de repartirse por todo el juego sin ton ni son y sin atinar en el resultado final.

Hay que reconocer que la saga Mario & Luigi consiguió la excelencia en Bowser’s Inside Story. Este juego fue el que realmente se encargó de introducir varias reformas en la jugabilidad, dando lugar al final una aventura redonda, cuya alternancia entre fases de scroll lateral y de mundo abierto ayudaba a eliminar todo atisbo de monotonía. Dream Team Bros asume prácticamente todas las novedades de su predecesor, sin olvidarse de una buena cantidad de personajes secundarios, la dualidad de los mundos o incluso los duelos de colosos, muy puntuales pero por ello también especiales en el desarrollo de la historia.

Análisis Mario & Luigi Dream Team para Nintendo 3DSEs precisamente este parentesco lo que puede pasar factura a Dream Team Bros. La historia no termina de enganchar, diluyéndose entre toda la exploración, y por lo general los personajes son menos carismáticos (algo en lo que el no controlar a Bowser y tratar con su ejército de esbirros tiene mucho que ver). También se da una sensación de sobresaturación de fases de scroll lateral, pues de vez en cuando toca meterse en un sueño de apenas dos pantallas para abrir una puerta o activar un trampolín para llegar a otra plataforma en el mundo real. Poca chicha que rompe el ritmo en las fases de exploración. Las comparaciones pueden ser injustas, por lo que es mejor considerar a Dream Team Bros por lo que ofrece él y no los demás.

Con esto no queremos decir que las fases de plataformas en 2D flojeen, en absoluto. Este mundo de los sueños en el que entramos cada vez que Luigi se echa una cabezada da lugar a algunos de los mejores momentos del juego. Los niveles cortos mencionados arriba pueden ser un poco insípidos; pero es en las fases largas donde Dream Team Bros recibe un soplo de aire fresco.

Todo se basa en una sencilla aportación: el mundo de los sueños está lleno de elementos cuyo comportamiento varía en función de la interacción con Luigi en el mundo real. Elementos que se pueden usar como tirachinas al tirar del bigote de Luigi en la pantalla táctil, provocar vendavales haciéndole estornudar, cambiar la temperatura de la sala calentando o enfriando a Luigi… La variedad está servida. Si Mario está aparentemente atascado en el interior de un sueño, posiblemente haya un tipo de interacción con su hermano del que pueda servirse para avanzar.

Estos elementos “luiginarios” son puntuales y la mayoría no harán acto de presencia más que en un determinado momento de la aventura. Tal vez se esté perdiendo la posibilidad de explotar mejor estas herramientas; pero también da lugar a que estas partes no resulten repetitivas. Sólo hay un caso más recurrente: las luiginaciones. En determinadas ocasiones, Mario puede invocar a un ejército de Luigis que se apilan para formar un “castellet” con su hermano mayor en la cima. El conjunto funciona como un personaje totalmente nuevo, con sus propios movimientos como supersaltos, pisotones o la capacidad de levitar, abriendo así nuevas posibilidades en el desarrollo de las pantallas oníricas.