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Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO

Analizamos Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO para Nintendo 3DS. ¿Cómo es rescatar Chuchelandia en la consola portátil de Nintendo?

Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO - Análisis

Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO es el último intento de reflejar el espíritu y que los niños jueguen con los personajes de la serie de animación Hora de Aventuras, que representa el arquetipo de programa televisivo enfocado para niños pero que debido a algunos toques sutiles en su humor los adultos pueden llegar a disfrutarla, incluso más que los jóvenes en ocasiones. Al ver la llegada de Explora la mazmorra ¡porque yo paso! (Y en navidades, nada menos) el usuario puede pensar a priori que es de recibo esperar una experiencia similar con el juego, pero por desgracia no hay nada más lejos de la realidad.

Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO

Hora de Repetir

Hora de Aventuras abraza en su llegada a 3DS la sencillez máxima en cuanto a planteamiento y esencia. Esto no es algo malo per se, y están bien algunos elementos como la rapidez con la que el título pone al jugador a lo suyo, a jugar. Una ligera escena de diálogo, elección de uno de los cuatro personajes iniciales (Finn, Jake, Marceline y el SR. Polvorón) y ya estamos inmersos en la mazmorra en la que pasaremos todo el juego. La mazmorra de la Princesa Chicle está a rabiar de enemigos a la fuga y hay que pararles los pies, así que no hay tiempo para escenas largas o introducciones, buen punto por parte del título, aunque una pena que sea de las pocas concesiones que hace al jugador, porque desde aquí todo empieza a ir cuesta abajo.

La mazmorra que da nombre al juego está compuesta por distintos pisos en los cuales el jugador deberá avanzar, derrotar enemigos, recolectar tesoros (pequeñas montañas de oro y cofres) hasta encontrar una escalera que le lleve al piso inferior, teniendo que encontrar antes una llave en sótanos más avanzados.

El primer problema de esta mazmorra viene de la mano del plano de cámara elegido, todo se ve demasiado pequeño. Y por demasiado pequeño quiero decir que los personajes se reconocen porque son similares a sus correspondientes en la caja tonta, pero los enemigos, armas secundarias y objetos desperdigados por el suelo tienen un tamaño tan pequeño que llega a ser difícil hasta identificarlos. El uso del 3D es aceptable y da sensación laberíntica a la mazmorra, pero todo es demasiado confuso por no poder ver en detalle nada de nada.

Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO

Confusión, esa es la palabra que mejor define el control. Se puede hacer poco más que moverse con el stick y atacar con arma principal y secundaria. El ataque consiste en acercarse a un enemigo y aporrear el botón esperando que el rival muera antes de que nos golpee con una animación a tan pequeña escala que ni la veremos. Y así con las decenas de dummies que hay en cada piso, y digo dummies porque en cuanto se llevan completados 10 o 15 niveles el tedio es tal que el jugador descubre cómo esquivar y eludir los conflictos y pasarse las fases lo más rápido posible, porque lo único que se acaba deseando es acabar cuanto antes. En resumen, la jugabilidad deja es bastante deficiente, y el jugador buscará la forma de hacerle trampa al juego para finalizarlo rápido. Mención aparte para la pantalla táctil, que brilla por su ausencia teniendo como único uso mostrar un mapa sobreimpreso en la pantalla superior cuando se da un toque con el dedo en la táctil.

Rolero, descafeinado por favor

El título intenta solventar sus problemas de base añadiendo complejidad a la experiencia con un sistema que podría definirse como de RPG descafeinado. Cada uno de los protagonistas tiene distintos atributos que determinan su vida, fuerza y capacidad para recargar el único ataque especial del juego. Aunque personalmente pienso que Marceline se lleva de calle el juego gracias a su levitación, que ayuda a evitar todos los fosos de agua y abismos del juego que de otro modo hubieran ralentizado aún más al jugador.

Aparte de los atributos existen las fichas, una serie de medallitas consumibles de un solo uso que darán efectos especiales, como más vida o la capacidad de no resbalar en hielo (entre otros, existe una gran variedad). Es conveniente pensar con algo de detenimiento qué fichas se quiere equipar, sobre todo antes de las batallas contra los jefes, que se darán cada 10 pisos. Quizá este aspecto sea uno de los que está mejor encauzados del juego, con un amplio elenco de fichas y efectos diferentes para cada una.

Más allá de fichas y atributos, el jugador podrá emplear los tesoros obtenidos como moneda para distintas transacciones como subir las características de los personajes o comprando consumibles en la tienda del Sr. Ganso. El problema aquí llega al no poder volver a la mazmorra sin perder todo el dinero de que se dispusiera, y haciendo casi imposible alcanzar las estrafalarias sumas que piden por una subida de nivel (sólo pude realizar una de estas compras una vez en todo mi trayecto por el título).

Hora de Aventuras: Explora la mazmorra porque YO PASO

Respeta la serie, pero no la adopta

Es curioso ver en un título con tantos puntos flacos y tan evidentes cómo exhuma respeto por la serie de televisión a la que representa. Los distintos personajes tienen las voces (en inglés, por desgracia para los pequeños, que la verán en castellano) originales del telefilme. Los jefes también serán viejos conocidos de los aficionados a Hora de Aventuras e incluso compartirán con el jugador algunas de sus frases más características, y en general todo el mundo respeta el mundo, pero el problema es que no adopta el mismo tono jocoso que la serie. Donde en televisión hay absurdo humor en el juego es tedio, repetición y falta de ideas en general.

En resumen: jugar a Hora de Aventuras: Expora la mazmorra porque YO PASO da la sensación de jugar a un juego durante sus primeros 10 pisos. A partir de ahí la repetición del mismo esquema ya desgastado comienza a hacer mella en el jugador, que se cansa en poco tiempo e intenta buscar `trampas´ o eludir los combates para acabar cada piso lo más rápido posible. Los pequeños toques de rol dan algo de color al título, pero si el esqueleto del juego está roto poco más se puede hacer para intentar remendarlo. Eso sí, el juego muestra gran respeto por la obra original en televisión, pero fracasa de manera sonora a la hora de transportar sus esquemas a la consola. Lo sentimos Princesa Chicle, pero nosotros también pasamos de explorar la mazmorra. Seguramente a algún niño le pueda hacer ilusión jugar durante un rato con sus personajes favoritos de la serie, pero no es ni de lejos el mejor juego que encontrarse bajo el árbol en estas fiestas.