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Gradius: Rebirth

Marcianitos pixelados.

Gradius Rebirth - Análisis

Parece que Capcom creó escuela con Megaman 9 al proporcionarle un aspecto completamente retro, incluso recreando los fallos de sprites que tenía la NES, aunque manteniendo intacta su jugabilidad a prueba de bombas.

Y aquí tenemos a Konami, que ha decidido hacer lo mismo con uno de los grandísimos arcades de todos los tiempos: Gradius. Scroll lateral, oleadas de enemigos y una nave para acabar con todos ellos gracias a la habilidad del piloto y a jugosos "power-ups" que mejoraran nuestra velocidad, armas, defensas...


El hecho distintivo de Gradius respecto a otros juegos de marcianitos radica en el componente estratégico a la hora de emplear los power-ups. Nuestra nave tendrá seis tipos de mejora. De vez en cuando, los enemigos sueltan unas esferas rojas. Cada esfera que cojamos resaltará una de esas mejoras. Si cogemos otra esfera, saltará a la siguiente y así hasta llegar a la última, y más poderosa. Si, por el contrario, queremos otra mejora, bastará con pulsar el botón cuando la alcancemos. Así, podremos primar la velocidad de maniobra de la nave antes que un armamento pesado, o ir directos a por el poderoso escudo de protección. Si a esto le sumamos las tres naves iniciales diferentes, cada una con sus mejoras, se abre un amplio abanico de posibilidades en el que la elección del power-up puede ser crucial.

Se ha optado por mantener un estilo visual retro a caballo entre NES y SNES, muy similar al Gradius Galaxies, de GBA. Los modelos de las naves son grandes, pero no tan detallados como los que se pudieron ver en Gradius III, para SNES. La paleta de colores es algo apagada y presenta unos tonos planos.


Los temas musicales son los de siempre y completamente enlatados. Acompañan a la acción y los canales de audio se llenan del sonido de disparos y explosiones con unos FX que nos transportan al bocata de la merienda y al "fase o vida".

Respecto a la jugabilidad... ¡Es un marcianitos clásico! Si te tocan, te matan. Y os van a dar de lo lindo. Hay que aprenderse los niveles al dedillo para saber por dónde ir (el tercer nivel, el de los moais asesinos, es para sudar la gota gorda) y por dónde disparan los enemigos. Hay que tener en cuenta nuestro armamento y capacidad de maniobra. Cuando la pantalla se satura de enemigos y balas, hay caídas de fps y algún que otro sprite desaparece. Los enemigos finales ocupan la pantalla entera y harán lo imposible por hacernos morder el polvo.


Lo único malo: que es muy corto y que no se trata de un juego nuevo propiamente dicho. Son sólo cinco niveles y ninguno es original, sino sacados de otros Gradius. La única salvedad es un enemigo final, exclusivo de Gradius Rebirth.

Si durante tu infancia mataste miles de extraterrestres en los salones recreativos y tienes nostalgia, Gradius Rebirth te encantará. Es difícil (sobre todo para los cánones actuales) y tiene un encanto retro sólo apto para nostálgicos. La lástima es su corta duración y que se trate de un título de reciclaje de la saga. Por otra parte, ¿dónde se encuentran ahora juegos así por 8€?

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