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Final Fantasy IV: The After Years

Ha vuelto la segunda luna. ¿Seguirá vigente  su vieja  “promesa de paz y armonía”?

Final Fantasy IV: The After Years - Análisis

The After Years es una secuela del FFIV original, que se diseñó como un juego para teléfonos móviles  dividido en episodios descargables y que finalmente nos llegó a WiiWare. Y se nota demasiado. 

La excusa del retorno de la segunda luna (y los acontecimientos que la hicieron partir) vertebra y justifica el argumento de todos los episodios, jugando con la repetición de los temas principales del juego original, lo que incluye esbozos de la historia, lugares y relaciones entre los personajes. Así que nos vamos a encontrar recorriendo las mismas mazmorras que vimos en su día (que alguna nueva hay también), y en varias ocasiones además, y las mismas ciudades, incluso los tesoros se situarán en los mismos sitios. Lo cual es por veces agradable y estimulante, y un poco pesado en los momentos más flojos. La estructura episódica, recibida de su concepción como juego para móvil, perjudica notablemente la calidad del juego al completo, pues cada capítulo parece hecho lucir a sus protagonistas, y muchas veces se alargan redundantemente hasta convertir un episodio entretenido en un aburrimiento.  Además, todo es bastante lineal si obviamos que podemos empezar el capítulo que queramos.

Final Fantasy IV: The After Years

El juego luce muy mal. Prácticamente todos sus sprites son heredados o recreados del original de SNES, tanto enemigos como escenarios y personajes, y no son precisamente de lo mejor que pudimos ver entonces (sobre todo en Europa, que nos llegó en pleno 2002). Además, falla en el diseño de sonido. Extrañamente, abundan los silencios en los momentos un poco trascendentes, sin transición desde la melodía anterior. El resultado es una mala sensación de descontinuación e incoherencia. Al menos la música es tan buena como lo fue en su día... porque es la misma. Todos estos problemas se habrían solucionado fácilmente rehaciendo el juego, y no reciclándolo todo.

Como decíamos, esta secuela está planteada como una reiteración de los temas tradicionales de aquellos primeros Final Fantasy, en especial los del IV (léase el viaje iniciático, la prueba del héroe, la venganza, el pecado, la redención, los cristales, las dos lunas,...), un caramelito más que apetecible para los aficionados más dedicados. En aquellos días, sin voces, con a penas animaciones, los chicos de Square se las arreglaban para conseguir momentos dramáticos con un par de líneas de texto y poco más, algo que en Matrix Software no han sabido recuperar, resultando a menudo en unos diálogos fríos y tediosamente tópicos.

Por otra banda, las batallas aleatorias vuelven, con el mismo sistema de batalla (mítico ATB), solvente, con dos añadidos. Uno son las Bands, unos ataques combinados que dependen de las relaciones argumentales entre los personajes y que hay que desbloquear; y el otro, con implicaciones interesantes, son las fases lunares, que modifican los comandos en la batalla. Por ejemplo, en cuarto menguante se refuerza el ataque básico. Esto también se aplica a los enemigos, resultando en una batalla en la que se hace más daño de lo normal, pero para la que mantenemos el mismo ratio de curación. Las fases lunares cambian cada cierto tiempo y siempre que descansemos una noche en la posada, así que de repente puedes pasar apuros en una mazmorra que estaba resultando fácil. Si a esto además añadimos la gran cantidad de personajes con habilidades especiales, la relativa frecuencia con que nos obligan a cambiarlos y diversas situaciones argumentales (imaginad un grupo compuesto solo por el bardo, o uno con únicamente dos magos, por ejemplo), tenemos que la variedad de retos es muy dinámica y amplia.

Final Fantasy IV: The After Years

Luces y sombras para este Final Fantasy a la antigua y a veces añorada usanza. La repetición de temas se hace muy interesante (y refrescante en cierto modo), tratada con la típica simplicidad romántica de antes. La verdad es que casi parece una expansión de Final Fantasy IV. Volver a pasear por los mismos lugares, las mismas mazmorras, de un mundo que una vez nos esforzamos por salvar, plagado de pequeños guiños al viaje del Paladín Cecil, es algo que complace al jugador del original, al menos ahora que han pasado unos cuantos años. Muy mal el no traducirlo, y el elevado precio del juego al completo, con la tontería te dejas más de treinta euros  en un RPG bien barato de producir. Al menos puedes descargar el primer episodio por ocho euros y hacerte una idea de si te va a gustar porque es bastante representativo. Eso sí, puede durar bastante (unas cuatro horas por episodio de media) y cuenta con mazmorras extra y tesoros difíciles de conseguir que motivan a jugar más allá del final del juego. Con su mal aspecto, es fácil pasar de The After Years, pero el auténtico fan lo disfrutará con devoción.

 

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