Elliot Quest
Una aventura ochentera llena de flechas.
Elliot Quest (Wii U) - Análisis
Por fortuna, la eShop ha recibido una gran cantidad de títulos este 2015, siendo algunos de ellos de grandísima calidad. Por desgracia, no todos han recibido la misma atención ya sea por salir en una época en la que abundan los lanzamientos o porque simplemente no consiguen llegar a la gente con su primera impresión. Uno de estos olvidados por estos lares es Elliot Quest, un título creado en HTML5 que tuvo un espacio en una Nintendo Direct americana y que fue uno de los proyectos que interesaron a Dan Adelman.
Piérdete en un mundo lleno de mazmorras
Desde el instante uno de la aventura, Elliot Quest nos recuerda a títulos de los años ochenta como Metroid o The Legend of Zelda II, pero lo hace como un juego que sigue esa estela. Hay una moda por hacer juegos de estética retro y algunos son conceptos actuales con ropa vieja y otros trasladan la experiencia completa de esa época a día de hoy. El título que nos ocupa es de lo segundos, es decir, es un juego que en la ejecución recuerda a la época también, no solo en lo técnico. Y también en el idioma, ya que llega en completo inglés.
Uno de esos detalles es la libertad de avance y del escenario. Realmente hay cierta linealidad, pero el jugador desconoce de ella ya que se le planta en el mapamundi y tiene que elegir dónde entrar, siendo muchas veces necesarios nuevos poderes para avanzar en ciertas zonas. Hay que ser consciente de ello cuando se va a jugar ya que puede ser un plus para algunos, pero para otros es un aspecto que puede echar para atrás (porque prefieran ir más guiados o se han acostumbrado a ello). A pesar de todo esto, en speedrun hay gente que es capaz de completar el juego en menos de 2 horas - lo cual es todo un reto, pero lo normal es moverse por cifras que oscilen entre las 10 y 14 horas, naciendo esa oscilación de desconocer el camino y también de tener que repetir secciones por morir, ya que, sobre todo al principio, es algo muy común. Cada vez que el jugador pierde toda su vida es penalizado con pérdida de experiencia y con tener que regresar al inicio de la zona o al último punto de control/guardado tocado. Y todo esto corresponde a una duración de completar la aventura con un poco de exploración, ya que en caso de querer buscar el 100% se puede hasta triplicar la cifra de horas.
El mapa del juego tiene diferentes zonas a las que acceder, como pueblos, playas, montañas y cuevas, siendo algunas de ellas lugares con secretos, sitios en los que hay gente con la que hablar y a la que comprarle cosas, y la gran mayoría son mazmorras que bien pueden ser un camino intermedio para llegar a otra o bien una que finalice en sí misma. Como buen acierto, tras adquirir ciertas habilidades, muchas veces el camino de vuelta por esos “pasos intermedios” se puede realizar de una manera mucho más rápida y sencilla. Si bien al principio todo es muy básico, el progreso del personaje, con sus mejoras, subidas de nivel y, sobre todo, los detalles de la historia (la cual va haciéndose más compleja conforme avanza el viaje y además nos permite tomar decisiones que nos llevarán a los distintos finales) hacen que al final haya muchos factores a tener en cuenta.
Mucho mundo pero, ¿de qué va esta pequeña joya? En Elliot Quest hay un mapa grande en vista cenital, y al entrar en las diferentes zonas, pasamos a un plano 2D típico de juegos de plataformas. De primeras solo hay un salto (que no hace daño) y un arco que se dispara con poca fuerza, pero luego van creciendo las posibilidades con los tesoros encontrados, con poderes elementales u objetos que permiten interactuar con el escenario. Hay muchos enemigos por el camino y hay que conocerlos bien para esquivar sus ataques mientras los eliminamos. De inicio además, nuestro personaje sólo cuenta con tres toques, por lo que hay que tener mucho cuidado, pero poco a poco la vida también se puede aumentar y hay disponibles pociones para poder usar en caso de emergencia.
La sensación general que deja el juego es muy buena, aunque puede que no sea así su primera impresión para algunos. Hay que saber a lo que se viene. Se debe entender que como en buen Metroid o Castlevania se empieza “siendo un paquete” y que las habilidades que irán viniendo nos permitirán llegar a las zonas que vemos imposibles - o simplemente, acelerarán nuestra forma de jugar. Un ejemplo claro es la posibilidad de aumentar la fuerza o velocidad con la que se disparan las flechas, consiguiendo así llegar más lejos o sencillamente tener más proyectiles lanzados en el mismo tiempo.
Las diferentes mazmorras que se visitan tienen puzles que resolver, enemigos con diferentes mecánicas para ser derrotados y varios caminos, además de tener jefes finales que requieren pensar y estudiar para buscar el momento en el que pueden ser atacados sin que nosotros recibamos daño (ser golpeado es algo muy fácil, y sin buen ojo pereceremos rápido). A pesar de que el estilo visual es muy simple, los juegos de sombras, la luz y los efectos sonoros de cada lugar hacen que cada sitio visitado sea completamente diferente a nuestra percepción pese a que comparten zonas similares con saltos, escaleras y puertas.
Visualmente es un título de 8 bits puro y duro con ciertas mejoras respecto a la época, aunque mantiene fiel la esencia. Lo mismo ocurre con la música, que acompaña bien y tiene ciertas piezas muy destacables en enfrentamientos contra jefes o en algunas zonas. El GamePad permite tener en todo momento el inventario y mapa de zona en pantalla, y el apartado de subida de nivel, además de tener acceso rápido a un sistema de notas por lugares a través de Miiverse, donde se puede ver qué han escrito otros usuarios mientras que estaban en la misma zona que estamos jugando. También está la opción de Off-TV, que con el estilo gráfico del juego no le perjudica y le sienta muy bien.
En conjunto, Elliot Quest sorprende y mucho, siendo una pena que no haya recibido quizás la atención necesaria. Es un reto y poco a poco las novedades hacen que el jugador se sienta más cómodo y poderoso, consiguiendo así tenernos enganchados al final para obtener todos los secretos, o incluso invitándonos a una segunda partida para visionar los diferentes finales. Eso sí, como ya se ha comentado, es importante tener en cuenta que puede ser fácil perderse y que hay que tener paciencia (o una guía de recorrido cerca). En Revogamers hemos querido recuperar este título de 2015 ya que no tuvo análisis en su momento, y así recordaros su existencia de cara a los Reyes Magos, por si os interesa y se lo queréis pedir, o simplemente para añadirlo a vuestra lista de favoritos para próximas compras. Por supuesto, para celebrarlo también hemos preparado un concurso.