Portada » Análisis » Donkey Kong Jet Race

Donkey Kong Jet Race

Una “monada” de carreras a ritmo de Wiimote y Nunchuk.

Donkey Kong Jet Race - Análisis

 Donkey Kong es una de las mascotas de Nintendo que ha protagonizado juegos de prestigio y colaborado en otros tantos como “estrella invitada” así como en los Smash Bros. o la serie Mario Party. Estamos ante un personaje de origen plataformero que en los últimos años ha visto puesta a prueba su versatilidad, tal y como se mostró en Gamecube de la mano de un peculiar control en forma de Bongos. Donkey Kong Jet Race era un juego pensado originariamente para la predecesora de Wii aprovechando el uso de dichos Bongos, pero Nintendo prefirió guardárselo en vista de la inminente “muerte” de su máquina para lanzarlo en la actual sobremesa de la compañía.

El juego por tanto llega con casi dos años de retraso. Los Bongos han sido sustituidos por el control de movimiento del Wiimote, pero el retraso tan largo es una lacra y una gran responsabilidad y el juego no llega a la calidad que podía haber prometido en su día. Los retrasos no son algo nuevo en Nintendo, pero siempre que se producen el jugador espera encontrar después un producto más trabajado, mejorado. En definitiva que si te dicen que van a tardar dos años más de lo previsto en sacar un juego es lógico esperar que la programación del mismo esté siendo mimada y mirada con lupa para ofrecer un gran título. ¡Nada más lejos dela realidad!

Donkey Kong Jet Race no parece un juego del segundo año de Wii, más bien podría pasar por uno paralelo a su lanzamiento, ya no solo por su apartado técnico, sino por su escasa jugabilidad.

El título nos propone una serie de circuitos que tendremos que recorrer con unos bongos propulsados, sacudiendo alternativamente el Wiimote y el Nunchuk. Recoger plátanos aumentará nuestra velocidad y podremos usar objetos para hacer la vida imposible a nuestros rivales. Un planteamiento que en la serie Mario Kart se presenta sólido aquí hace aguas por todos lados, pero vayamos por partes.

El control del juego requiere que alternemos Nunchuk y Wiimote para acelerar; para realizar los giros deberemos sacudir únicamente el control del lado al que queramos desplazarnos y para saltar tendremos que elevar los dos controles simultáneamente. Es tremendamente cansado y cansino, y con facilidad nos entrará fatiga por lo que Nintendo ha optado en poner remedio. Al llegar a la velocidad máxima podremos dejar de sacudir los controles. Es decir que o nos cansamos de tanta sacudida o nos aburrimos por no participar en la propuesta.

 Tras un año de Wii, Donkey Kong Jet Race no ofrece una experiencia novedosa ni satisfactoria. Además, dada la sensibilidad de los controles, muchas veces veremos como nuestro personaje salta cuando no queremos. Sin olvidar que la CPU realiza las curvas por nosotros, es decir, que nos guía al más puro estilo de juego sobre raíles de modo que casi únicamente deberemos movernos a un lado u otro para esquivar objetos o recoger plátanos. El resto de acciones se realizan con el botón A y el botón B o Z. Con el A se ejecuta el ataque básico. Cada personaje ataca de un modo diferente. Este ataque nos permite destruir algunos barriles y golpear a nuestros rivales si los tenemos cerca, y en muchas ocasiones el ataque básico es más efectivo que los objetos. Con el botón B o Z usaremos los ítems que hayamos conseguido. Para hacer uso de los turbos acumulados tendremos que inclinar el joystic del Nunchuk hasta que nuestro personaje se vuelva rojo y entonces soltarlo.

Al principio puede resultar un tanto desconcertante y puede que necesitemos más de una carrera para cogerle el punto para poder ganar y seguir con el siguiente circuito, pero una vez conseguido nos damos cuenta que el juego no es precisamente complicado, más bien simple y fácil, aunque hay circuitos que requerirán mayor pericia, claro está.